Iruretagoiena fue el héroe en Ipurua

Ipurua vivió un partido de exaltación a la épica. La victoria del Eibar ante la Ponferradina se escribió con capítulos que recuerdan a las grandes gestas. Primero, el portero Iruretagoiena detuvo dos penaltis. En el minuto 1, Espín tuvo una pugna con Acoran, que cayó en el área y el colegiado no dudó en señalar el máximo castigo. Todo se veía negro porque era empezar el partido con una losa pesada si transformaba Mateo, pero no fue así porque Iruretagoiena, que confiesa que no es parador de penaltis, intuyó la intención del jugador leonés para detenerlo. Decisiva acción.

En la segunda mitad, en el minuto 59, volvió a darse una escena extrema con un penalti que señaló el árbitro a una mano de Añibarro a la hora de despejar el balón. Voluntario o no, fuera o no del área, máximo castigo que esta vez lanzó Borja Sánchez y nueva parada del portero armero. El héroe de la tarde en ese momento.

Pero ya que hablamos de gesta, de épica, la jugada del gol llegó en el minuto 95, apenas a un minuto del final. Tornero pasó al área para que Gabri y Mainz se disputaran el balón. Al final, Mainz se hizo con el balón para tirar cruzado, desde casi del borde del área pequeña, por la derecha, para batir a Orlando en su salida. Ipurua explotó de júbilo y Mandiola y todo el banquillo salieron a celebrar al campo. La grada se transformó en una fiesta. Fue una tarde para la heroicidad y los protagonistas fueron todos, pero muy en especial el portero Iruretagoiena y el delantero Mainz.

El Eibar, con esta victoria, se mete en puestos de play off y desbanca a la temida Ponferradina. El momento de los armeros es francamente bueno, llevan siete jornadas invictos, con cuatro victorias y tres empates. El partido ante los leoneses fue un buen test para los hombres de Mandiola. Fue un partido disputado, peleado ante un gran contrincante.

El Eibar empezó teniendo ciertos titubeos en la defensa y de ahí que llegaran algunas acciones de cierto peligro. Las penetraciones por bandas, buscando rápidamente las contras, llegaron a inquietar un poco a los armeros. En el tramo final de la primera parte, el Eibar estuvo más entonado.

En cuanto a ocasiones hubo una que Mainz, en su intento de rematar, sacó el balón cuando llevaba camino de gol. Fue un remate de cabeza de Espín al segundo palo, previa falta lanzada por Arroyo. El Eibar mantuvo el tipo ante un rival que propuso juego. Fue una primera midad de equilibrio.

Superioridad total

En la segunda parte, el Eibar llevó el peso del juego ante una Ponferradina que salió rápido y trataba de sorprender. La clave, en cuento a juego se refiere, fue la expulsión en el 74 de Sergio Rodríguez por doble amarilla. El Eibar fue consciente de esa circunstancia y apretó. Especialmente la rabia armera llegó a raíz del segundo penalti parado por Iruretagoiena.

Antes, en el 50, Mandiola retiró a Aketxe y sacó a Tornero, que dio alegría a la banda derecha, pasando Mainz a delantero centro. El cambio surtió efecto. En el 82 quitó al defensa Añibarro y sacó a Gabri. Jugó con dos puntas, Mainz y el citado Gabri. El Eibar fue una apisonadora, presionó hasta el último minuto, sin dejar respirar a la Ponferradina. Fue tal el esfuerzo que tuvo su premio en el tiempo de descuento con ese gol de Mainz.