El Bidasoa-Irun aguantó hasta que los jugadores se quedaron sin pilas

Las bajas mermaron demasiado al Bidasoa-Irun. Los irundarras se enfrentaron ayer al Cangas de Morrazo en Artaleku, el tercer clasificado, y lo hicieron en cuadro. Fernando Herrero sólo pudo contar con siete jugadores de campo más los dos porteros para los minutos importantes del partido, a los que se unieron de manera testimonial Koldo Jauregi y Elur Cambronero.

Así es casi imposible sacar algo positivo ante un equipo como el Cangas, llamado a luchar por el ascenso y que cuenta con un fondo de armario muy superior al del conjunto bidasotarra. Aun así, los jugadores del Bidasoa-Irun están demostrando día a día que con un poco más podrían dar mucho que hablar.

El primer tiempo fue para los visitantes, que a partir del 2-2 siempre fueron por delante. Los de Irun poco podían hacer ante dos laterales de gran envergadura como Puosada y Chystabayu, que marcaron la mitad de los goles del Cangas en una primera parte que acabó 12-14.

El Cangas contra las cuerdas

La renta aumentó hasta las cuatro goles a la vuelta de los vestuarios (12-16 y 13-17), pero entonces apareció el Bidasoa-Irun que hemos visto en las últimas jornadas. Guiados por un gran Aranburu y un arrollador Leo Renaud, los de Fernando Herrero le dieron la vuelta al marcador a base de muchas piernas en defensa y efectividad en ataque.

A catorce minutos del final los irundarras ganaban 19-18, la remontada había sido espectacular, pero el esfuerzo pasó factura y las pilas no dieron más de sí. Una mixta sobre Renaud dejó sin argumentos el ataque bidasotarra, que sólo marcó tres goles en el último cuarto de hora y se permitió el lujo de fallar cinco penaltis. Lo mejor, volver a ver que el Bidasoa da la cara contra cualquiera.