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Las máquinas ya venden tabaco de liar. :: LOBO ALTUNA
10 millones de cajetillas menos
CONSUMO

10 millones de cajetillas menos

La venta de cigarrillos baja en Gipuzkoa un 15% desde la nueva ley antitabaco. «Se nota más la prohibición de fumar en el trabajo que en los bares», dicen los estanqueros

ANE URDANGARIN

Lunes, 21 de noviembre 2011, 04:07

Lo que a principios de año se vislumbraba como una tendencia parece haberse consolidado: la entrada en vigor de la nueva ley antitabaco, que el próximo 1 de enero cumplirá un año, no sólo ha limpiado de humos bares y restaurantes, sino que ha incidido en el descenso en la venta de cigarrillos en Gipuzkoa. Según los últimos datos que ha difundido el Comisionado para el Mercado del Tabaco, en los tres primeros trimestres del año se han despachado en el territorio 56,56 millones de cajetillas, frente a las 66,8 que se vendieron entre enero y septiembre del año pasado. 10.256.214 cajetillas menos, lo que supone un descenso del 15%.

El endurecimiento de la normativa respecto al consumo de tabaco ha influido en esta bajada, más acusado aún en otras áreas del Estado, pero hace tiempo que la curva de ventas comenzó a descender. En 2005, por ejemplo, en Gipuzkoa se vendieron 136.229.800 cajetillas de cigarrillos; en 2006, se despacharon 126 y, un año después, 116. El año pasado, sin ir más lejos, se contabilizó la venta de 87,2 millones de cajetillas, y todo parece indicar que esta año concluirá con una cifra que no llegará a los 80.

Los estanqueros guipuzcoanos se muestran «preocupados» al analizar los datos, aunque tampoco les ha cogido por sorpresa. José Luis Dúo, vicepresidente de la Asociación de Expendedores de Tabaco de Gipuzkoa, reconoce que «es más o menos lo que estaba previsto en función de lo que está ocurriendo en otro países con leyes similares a las que se han implantado aquí».

En 2006 entró en vigor la normativa que prohíbe fumar en el puesto de trabajo, la ley que, según los estanqueros, más ha influido en el descenso del consumo. «La gente que fumaba en el trabajo o ha dejado de hacerlo o fuma menos, porque hay que salir a la calle... Entonces sí se noto el bajón». La más reciente restricción de echar unas caladas en bares y restaurantes también he tenido su incidencia, «pero en este caso es más sencillo salir a la calle, fumar, y volver». No hay más que echar un vistazo a aceras y plazas para comprobar cómo la hostelería se ha adaptado a la ley, instalando terrazas, incluso aptas para el invierno, u otros elementos que agraden a sus clientes fumadores.

No obstante, Dúo recuerda que los bares también han notado el descenso, y algunos llegaron a retirar la máquina expendedora «por coherencia y para evitar problemas», ya que consideran que no es lógico que se venda tabaco en el interior de un local en el que no se puede fumar.

El llamado 'efecto frontera' es otro factor que también hay que tener en cuenta a la hora de analizar el descenso de venta de cigarrillos que se está registrando en el territorio. Buena parte de las cajetillas se despachan en la 'muga', a donde acuden cientos de francesas atraídos por su precio. De hecho, provincias con una población similar a la guipuzcoana manejan cifras muy inferiores, como Jaén, donde en lo que va de año han vendido 35,3 millones de cajetillas, Toledo, con 35,6, y Badajoz, con 37,9. Y las ventas podrían ser aún mayores, dicen los estanqueros. «En Francia, en la frontera siempre ha habido limitación de pasar cartones. La UE les ha dado un tirón de orejas porque entiende que con la libre circulación de mercancías no hay lugar para esa limitación que impone Francia».

Tabaco de liar en máquinas

Mientras baja la venta de cigarrillos, sube la de otros formatos, como el tabaco de liar, que ya se vende en algunas máquinas expendedoras. Las restricciones legales influyen, pero también la crisis, lo que ha hecho que muchos fumadores, sobre todo los más jóvenes, opten por soluciones menos onerosas. De ahí el auge de la picadura de liar. En lo que va de año en Gipuzkoa se han vendido 103.536 kilos de este tabaco, lo que supone un 16% más -el mismo porcentaje en el que caen los cigarrillos- que el mismo periodo del año pasado. Si bien la picadura sigue al alza, la subida se ha moderado, ya que al ver las ascendentes cifras de venta las autoridades decidieron aplicarle más impuestos. Este hecho llevó a algunos fumadores a optar por un tipo de tabaco más barato por su menor carga impositiva: la picadura para pipa. En este caso, las hebras son largas, y lo que hacen los consumidores es deshacerlas en un molinillo. «Hay gente que está haciendo esto, aunque no son demasiados», dice Dúo. De momento, este año la venta de picadura para pipa ha subido en Gipuzkoa un 29%, al pasar de los 7.369 kilos del año pasado a los 9.479 de este 2011.

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