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A. GONZÁLEZ EGAÑA agonzalez@diariovasco.com
Domingo, 27 de noviembre 2011, 09:32
Iñigo Urkullu quita hierro a la última polémica con el PNV de Gipuzkoa tras su sugerencia de «reconducir» el discurso del partido y sigue apostando por defender el 'modelo PNV' en todos los territorios. Al futuro Gobierno de Mariano Rajoy le ofrece su voluntad de arrimar el hombro. En el avance hacia la pacificación y hacia una política penitenciaria más flexible dice que le pedirá el próximo enero derogar las políticas excepcionales y analizar la vigencia de la doctrina Parot.
-¿Cómo se tomó la reacción de Eneko Goia calificando de «inoportunas y desafortunadas» sus consideraciones sobre los resultados electorales?
-Con absoluta tranquilidad de espíritu. Son contadas con los dedos de una mano las veces que yo he hecho referencia a declaraciones de compañeros del partido. Soy consciente de que mis palabras han podido ser interpretadas con un grado de susceptibilidad igual excesivo. Pero creo que he medido cada una de las palabras que he dicho y que, además, he hablado en primera persona como presidente del PNV y en primera persona del plural haciéndome por lo tanto corresponsable de todo lo que sean resultados del PNV en su conjunto. He tratado además de mirar a futuro con un carácter propositivo y constructivo.
-¿Ha existido riesgo de que se abriera un nuevo periodo de hostilidad con el PNV de Gipuzkoa?
-En absoluto. Yo he participado también en la campaña electoral en los actos en Gipuzkoa y si fuera que solamente hacemos el análisis en base a la campaña, sería echarme piedras contra mi propio tejado.
-¿Ha hablado con Joseba Egibar del malestar surgido en Gipuzkoa por sus consideraciones?
-Me he comunicado con él con motivo de otras cuestiones de la política, pero no hemos hablado de esto.
-¿Y piensa solucionar esta situación de alguna manera?
- Con absoluta naturalidad. En la reunión que tengamos el lunes en el EBB. Pero si de alguna manera, esto, sacado de quicio, ha provocado una reflexión en profundidad, bienvenido sea. No podemos quedarnos en un mero análisis de los resultados sin contar con la realidad sociopolítica de otros territorios.
-¿Cabe hablar de que habría llegado el momento de la renovación en el PNV de Gipuzkoa?
-Siempre he dicho que es un ámbito que corresponde exclusivamente a los afiliados y afiliadas de cada uno de los territorios. No soy quién para hablar de esas cuestiones.
-¿Cuál es su mayor preocupación ante unas futuras elecciones autonómicas, su propio partido o la fuerza de Amaiur?
-Lo primero que me preocupa es el PNV y eso es lo que me ocupa. A partir de ahí la situación política en general, las estrategias de los demás partidos, la fortaleza o debilidad de otros me preocupa en función de los proyectos que defienden. Si yo miro a Amaiur, lo que voy a insistir es en saber el programa y el proyecto que defiende porque lo desconozco. Está muy bien que coyunturalmente haya vivido de la eclosión basada en la estrategia del victimismo durante unos cuantos años, pero ya es el momento de la implicación. Aunque antes que eso me preocupa la situación de la sociedad vasca como consecuencia de la inoperancia del Gobierno Vasco que tenemos.
-¿Con un PP con mayoría absoluta, sigue pensando que es posible alcanzar un nuevo estatus político en 2015?
-Creo que es posible. No creo que por decirlo en un contexto en el que el PP tiene mayoría absoluta sea iluso ni ingenuo. Soy consciente de que ésta es la realidad de representación en las Cortes Generales del Estado, pero tan consciente como que habiendo vivido toda una dinámica de años de bipolarización en relación a unas elecciones generales, en esta ocasión se ha vuelto a reflejar que Cataluña y Euskadi votan de manera diferente al resto del Estado español. Y el PP tiene que ser consciente de que el 20-N demuestra que, a pesar de su mayoría absoluta, tiene dos realidades, Euskadi y Cataluña, que las tiene que gestionar de manera propia y diferenciada.
-¿Se ve pactando en clave soberanista con Amaiur en Madrid?
-Haremos planteamientos propios desde el PNV y si coincidimos con Amaiur, pues coincidimos. Si Amaiur vota las iniciativas que el PNV presente, bienvenido sea, en clave soberanista también.
-¿Se va a dar un frente vasco abertzale en el Congreso como pedía Amaiur al tender la mano a PNV y Geroa Bai para «ofrecer una respuesta común como pueblo»?
-La defensa de los derechos nacionales la hemos hecho anteriormente, también cuando había representación de EA. Que no venga Amaiur ahora a pretender darnos lecciones de nada y ponernos el cebo de nada.
- ¿Van a seguir siendo implacables con el lehendakari López? ¿Le sigue pidiendo que reflexione sobre un adelanto electoral?
-Yo lo que planteo es la responsabilidad con la que el lehendakari ha de actuar. Una responsabilidad que no se ve cuando sigue manteniendo su disposición a mantener la legislatura partiendo de una fotografía institucional que no es la real y un Parlamento Vasco que no representa al conjunto de la sociedad política vasca. Además, es lehendakari gracias a que no siendo una primera fuerza es apoyado por otra fuerza política y, tras dos años y medio, la suma del PSE más el PP ni siquiera alcanza los votos obtenidos por el PNV.
Conversación telefónica
-¿Qué sensación le dejó la conversación telefónica con Rajoy?
-No deja de ser una primera conversación en la que se establece la voluntad de hablar sobre todo lo que es el proceso de constitución de las cámaras. Cuando empecemos a hablar de cosas concretas hay una preocupación que es la gravísima situación económica que afecta al Estado español y que motivó parte de la breve conversación. También hablamos sobre lo que es el mapa resultante de las elecciones en la comunidad autónoma y en el conjunto del Estado, y confío en que en esa voluntad de hablar también haya voluntad de alcanzar acuerdos.
-¿Confía en que su relación con Rajoy sea igual de cordial que la que ha mantenido con Zapatero?
-Es verdad que he mantenido más relación con Rodríguez Zapatero que con Rajoy. El PNV es consecuente en la relación con unos y con otros desde la discrepancia ideológica, pero también tenemos la voluntad de arrimar el hombro para hacer frente a las circunstancias en las que estamos y hay disponibilidad al acuerdo en lo que pueda ser un futuro que respete lo que los vascos y vascas quieran y decidan. La relación con Rajoy por mi parte será la misma que he tenido con Zapatero, en base a esas claves, absolutamente cortés, educada y con ánimo constructivo. Si hay voluntad por las dos partes, la relación será más afable. Si no la hay, será en clave de adversario político.
-¿Qué cree que deberá hacer el futuro Gobierno en el tema de los presos de ETA?
-Yo le voy a plantear lo mismo que le planteé a Zapatero. Que no puede aplicarse la misma política penitenciaria que la que ha sido gestionada en virtud de una política antiterrorista, en un contexto determinado. Tiene que haber también pasos por parte de los propios presos, pero, dadas las circunstancias de cese definitivo de la actividad armada y con los pasos que los propios presos den, tiene que haber una política penitenciaria absolutamente más flexible.
-¿Se lo va a pedir?
-El PP lo sabe. Con Mariano Rajoy he hablado en otros momentos de esa necesidad. Hoy que ya tiene responsabilidad de gobierno le voy a decir que se deberían derogar políticas excepcionales, que tendríamos que analizar la vigencia de la doctrina Parot y de las políticas penitenciarias en base a una política penitenciaria excepcional o extraordinaria. Se lo plantearé, pero también desde el trabajo por la memoria de las víctimas porque es algo en lo que el PP es muy susceptible. Por supuesto que eso también va a ser motivo de trabajo.
-¿Sospecha que puede haber rodillo por parte del PP por el hecho de tener mayoría absoluta?
-Creo que sería un error. En campaña he denunciado que las experiencias de mayoría absoluta del PP en épocas pasadas para Euskadi no han sido buenas y creo que sería un absoluto error pretender aplicar el rodillo cuando además tiene que proceder a atar un buen número de reformas dada la situación en que vivimos, tiene que buscar un consenso lo más amplio posible. Lo hemos planteado desde el PNV con la reedición de los pactos de la Moncloa y también con la redefinición del modelo de Estado. Por tanto creo que sería de una absoluta irresponsabilidad por parte del PP autosatisfacerse con la mayoría absoluta y llevarlo con una pretensión de rodillo.
-¿El cese de ETA es irreversible?
-Cuando anunció el cese definitivo, dijimos que había que seguir construyendo la paz y que esperábamos que fuera un paso que se hiciera cada vez más irreversible. Es obvio que falta un anuncio, que es el de la disolución, pero también soy consciente de cuáles son los tiempos que se tienen que gestionar y que en la gestión de dichos tiempos cabe la preocupación de que haya riesgos de que actúen elementos aislados.
-¿Pero ve riesgo realmente?
-Cuando estamos hablando de una organización terrorista con más de 50 años de historia, que tiene armas, y estamos hablando de un cese definitivo como consecuencia de un fracaso de no haber conseguido nada, y estamos hablando de que siguen en la cárcel personas que han hecho de la lucha armada su bandera, puede haber personas que se impacienten y que la impaciencia les lleve a tomar decisiones de vuelta atrás.
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