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El doctor Martínez es un profesional enteramente entregado a su vocación. :: FERNANDO DE LA HERA
«Para mí, la medicina no es una profesión... es la profesión»
Juanjo Martínez, Médico cirujano y responsable de la Ong DOA

«Para mí, la medicina no es una profesión... es la profesión»

Profesional de la medicina curtido en mil batallas, nunca mejor empleada la expresión, opera aquí, pero también en Bolivia y Guatemala

MAÑU DE LA PUENTE MAÑU DE LA PUENTE manudelapuente@yahoo.es

Martes, 6 de diciembre 2011, 03:26

Da un valor muy grande a ese componente humanista con el que se asocia al universo de la medicina. Es médico y cirujano de vocación, incluso muy temprana. Lleva años alternando su actividad profesional en nuestro entorno, con otros más lejanos como son Bolivia y Guatemala. La Ong DOA es la bendita culpable de tanto viaje y tanta operación. Juanjo Martínez Rodríguez, irundarra de la calle Estación desde hace 56 años, se vuelca con sus hijas Juncal (24 años) y Ania (19). Estudió parvulitos en San Vicente de Paúl, luego siguió en La Salle-San Marcial y en el 'Pío Baroja'. Se licenció en Medicina en la facultad de Valladolid, reconociendo que fue «gracias al generoso esfuerzo de mis padres». Pasó por Madrid antes de formarse con el MIR en el Hospital Provincial de Gipuzkoa, donde fue adjunto. Tras pasar por el ambulatorio de Eibar, inaugura los quirófanos del nuestro Hospital Comarcal, de la mano de Luis del Campo. Después pasó por Zumarraga y ahora ejerce la medicina privada en la Clínica Quirón, donde montó la primera unidad de coloproctología de Gipuzkoa. Con dos compañeros, mantiene consulta en Irun, Eibar, Azpeitia y Beasain. Vamos, que no para.

-Juan José, supongo.

-Supones bien. Y es así por un tío de mi padre que se murió en un accidente de navegación. Pero, bueno, soy Juanjo para todos, mi familia, mis amigos y mis compañeros.

-Nos saliste médico, una bonita profesión, ¿no?

-Para mí, no es una profesión, sino la profesión, mi profesión. Mi madre me recordaba que yo decía que quería ser cirujano antes de tener uso de razón. Me encanta mi trabajo por la parte del componente humanista que tiene para con los pacientes. Yo prefiero que un paciente esté más contento con el trato que le he dado que con el resultado de la operación. He hecho muchos amigos con los pacientes y eso es algo impagable.

-O sea que, lo tuyo es una vocación temprana.

-Lo es, de siempre. Y cuando saqué plaza en el MIR como cirujano y me enteré en Donostia, pegué tal salto que bajé las escaleras volando.

-Y antes pasaste por Valladolid.

-Me lo pasé muy bien en Pucela. Entonces empezaba la UPV aquí. Coincidí con Siso Fernández de Ávila y con Javier Errazquin. También y en el piso, con compañeros como Luis Antón Sirvent, Pedro Oliván y 'Poli' Ayerbe.

-Haríais de las vuestras, sospecho.

-Éramos formalitos. Íbamos a Salamanca, a ver al Real Unión; y a Madrid para estar con el recordado Kike Escalante y con tu colega Jesús de Castro, que estaban en el piso con José Manuel Susperregi.

-¿Cómo aterrizas en la Ong?

-Siempre había tenido interés por el voluntariado, pero las estancias eran largas, de seis meses. No pudo ser al terminar la carrera, estaba casado y tenía hijas. Pero surgió un tema en un congreso de Marbella y un compañero me dijo que se iba a Guatemala con una Ong. Poco tiempo después se enteró de que yo operaba varices y me 'fichó'. En 2001 un equipo quirúrgico de cuatro personas formado dentro de su Ong y denominado 'Irun' nos fuimos para Guatemala, solo para operar varices. Luego...

-¿...?

-Entré en contacto con la concejala irundarra de Cooperación, Marian Guerra, que me dió el visto bueno a una subvención de 1,5 millones de pesetas, y nos fuimos para Guatemala.

-¿Cuándo nace DOA?

-Se crea el 26 de febrero de 2002. Se llama así por el nombre que apuntó una enfermera y que viene de 'Denok Osasunaren Alde'. Y es que, en DOA no solo estábamos médicos, sino también enfermeras y auxiliares.

-Y ahí te dejas las vacaciones, ¿no?

-Con las vacaciones y permisos sin sueldo. Luego, también me arreglo bien desde mi situación en la medicina privada. Suelo hacer dos viajes anuales para operar y otro más de gestión. Duran 18 días, quince de trabajo y tres de viaje, siempre a Guatemala y Bolivia.

-¿Cuántas operaciones hacéis al año?

-Entre 1.200 y 1.300, amén de tratamientos de odontología. Las intervenciones son, sobre todo, de bocio, vesícula, hernias y varices.

-Oye, que me da que tienes un punto de misionero...

-Yo me quedo con ese componente humanista que tiene la profesión médica. Lo nuestro es ayudar a los demás, aquí y allá. En nuestro entorno, la medicina está universalizada; pero en Bolivia y Guatemala, no. Allí hay hospitales pero no recursos. Solo te operan si llegas con lo necesario para la intervención, algo que se compra en las farmacias. Les hace falta todo y más.

- ¿Es cierto eso de que el paciente te da más de lo que tú le ofreces?

-Por supuesto, porque ellos te enseñan mucho, te enseñan a ser persona y compruebas lo felices que son con lo poco que tienen, igual que aquí... Te transmiten esos valores y la satisfacción es enorme, lo mismo que el cariño y el agradecimiento que te regalan.

-¿Cuántas vidas has salvado?

-Alguna, seguro que sí, sobre todo en situaciones de urgencia. Como anécdota y en un viaje de gestión, en San Ignacio de Mojos, nos llegó una joven con un aparente cólico nefrítico que resultó ser una apendicitis y que pudo haber derivado en peritonitis. Había inundaciones y no se le podía trasladar. Así, con una anestesia local y una sedación que poco menos que se 'inventó' un compañero, le pude operar. Al día siguiente le ví tomarse unas galletas con un zumo.

-Bueno y cuando estás aquí, ya eres un médico 'normal', digo.

-No creas que tanto, porque dedico muchas horas a DOA, bien a través de internet y por contactos. Mi ocio lo dedico a la Ong.

-Eso, cuando no te dedicas a correr.

-Suelo ir con un grupo, con 'Ormaza' y con mi colega Txema Senosiain. Vamos los martes, jueves y domingos. Y este año hemos hecho medias maratones en Berlín, Praga y Lisboa, amén de la Behobia y la Donibane Hondarribia.

Pues que lo cures bien.

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