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Decenas de miles. Vista de la marcha de Egin Dezagun Bidea, que abarrotó ayer tarde el centro de Bilbao. :: IGNACIO PÉREZ
Una multitud pide otra política penitenciaria
MANIFESTACIÓN EN BILBAO

Una multitud pide otra política penitenciaria

La manifestación de Bilbao reclama al Gobierno del PP flexibilidad con los presos en el nuevo escenario

MIGUEL VILLAMERIEL

Domingo, 8 de enero 2012, 12:14

Buscaban una movilización «colosal» y la consiguieron. El colectivo Egin Dezagun Bidea y los familiares de presos de ETA reunieron ayer a decenas de miles de personas en las calles de Bilbao para pedir a los gobiernos de España y Francia un cambio en la política penitenciaria que acerque a los reclusos al País Vasco y ponga en libertad a los que hayan cumplido tres cuartas partes de su condena o estén gravemente enfermos. La manifestación, una de las más multitudinarias que se han celebrado en Euskadi, se convirtió en un primer mensaje al nuevo Gobierno del PP para que flexibilice su política tras el anuncio del cese definitivo de la violencia por parte de ETA.

La respuesta a la convocatoria fue tan masiva que cuando la cabeza de la manifestación llegaba al Ayuntamiento de Bilbao, aún había cientos de personas saliendo del pabellón de La Casilla, dos kilómetros más abajo. Entre medias, las calles Autonomía y Hurtado de Amezaga bullían de personas con carteles y pegatinas a favor de los presos. Aunque la intención era que la marcha fuera silenciosa, en muchos momentos los asistentes corearon consignas a favor del acercamiento o de la amnistía general. También hubo gritos a favor de la independencia.

Lo que no hubo fueron fotos de presos, expresamente prohibidas por el juez de la Audiencia Nacional Fernando Grande-Marlaska. La cabecera de la manifestación estuvo formada por varios centenares de familiares de reclusos, cada uno con su respectivo cartel a favor del acercamiento, y tras ellos se colocó la pancarta, con el lema en euskera 'Eskubide guztiekin, euskal presoak, Euskal Herrira' (Con todos los derechos, los presos vascos, a Euskal Herria).

Posteriormente, se colocaron representantes de otros movimientos independentistas: catalanes, gallegos, andaluces, comuneros castellanos y madrileños... Cada cual portaba su bandera, lo que destacaba especialmente en una manifestación en la que, curiosamente, apenas se lucieron ikurriñas.

La manifestación, que comenzó a las 17.30 y finalizó hacia las 19.00 horas -aunque una hora después aún seguía llegando gente al Ayuntamiento- colapsó el centro de Bilbao durante toda la tarde. A partir de las tres, las salidas de la A-8 eran un reguero de autobuses provenientes de todos los puntos de Euskadi -la organización fletó más de 300- y todos los aparcamientos de la ciudad tenían el cartel de completo. A eso de las cinco, las inmediaciones de La Casilla eran un hervidero. Justo antes de dar comienzo la marcha se vivió un momento de tensión cuando varios mandos de la Er-tzaintza se acercaron a los organizadores para recordarles las condiciones impuestas por la Audiencia Nacional para autorizar el acto: no podían mostrarse fotos de los reclusos ni se podía hablar de «presos políticos». Poco después daba comienzo la marcha, que se desarrolló sin incidentes de principio a fin.

Cuando la cabecera llegó a la escalinata del consistorio, se procedió a la lectura de un comunicado por megafonía. Dos portavoces de los convocantes, Jon Garay e Inés Osinaga, cantante del grupo musical Gose, leyeron una declaración en la que afirmaron que la marcha de ayer demostró que «hay una mayoría de la sociedad vasca que exige pasos a los Estados español y francés. Que abran las puertas al regreso de los presos vascos a Euskal Herria y a que se respeten todos los derechos de los vascos».

El texto hacía un «llamamiento a la responsabilidad» y destacaba que las reivindicaciones a favor de los presos «son claras y realistas. Ya no hay excusas, la sociedad vasca no espera otra cosa que no sea la desaparición de las crueles medidas de excepción que se aplican a los presos. Una paz definitiva requiere que no haya presos ni exiliados». Asimismo, agradecieron a los familiares el esfuerzo que han hecho este fin de semana al renunciar a visitar a los presos para acudir a la marcha.

Maribi Ugarteburu (izquierda abertzale) pidió al Gobierno que «afiance el camino hacia la normalización», Pello Urizar (EA) destacó la necesidad de que los pasos sean ya «multilaterales», mientras Patxi Zabaleta (Aralar) resaltó el «impulso social al proceso». Oskar Matute (Alternatiba) solicitó al PP «que no sea un obstáculo».

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