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AINGERU MUNGUÍA
Viernes, 13 de enero 2012, 12:28
El gobierno municipal sigue adelante con su idea de construir la estación de autobuses bajo el Jardín de la Memoria de Riberas de Loiola, pese a que ya no cuenta ni con el apoyo del PP, el único grupo que le prestó provisionalmente su apoyo y que se lo retiró a final de diciembre ante la concurrencia de nuevos interrogantes en el proyecto y en su gestión, y ante la evidencia de que el equipamiento pretendido no se podía hacer realidad inmediatamente. El concejal de Movilidad, Jon Albizu, dijo ayer en rueda de prensa que la posición del ejecutivo local «no ha variado» tras el desmarque del PP porque Bildu está convencida de que «podemos concitar los apoyos necesarios» para construir la estación de autobuses bajo el Jardín de la Memoria.
Lo que no aclaró el concejal es cómo piensa llevar a la práctica este proyecto, cuestionado ya por los tres grupos de la oposición (suman 19 concejales de los 27 que hay en el Pleno). El apoyo provisional ofrecido por el PP a finales de octubre para que, en un mes (después ampliado a dos meses), el gobierno municipal ultimase un proyecto de ejecución inminente de estación de autobús en Riberas de Loiola fue tropezando con un problema tras otro. Primero, un informe del Gobierno Vasco dejó claro que el TAV no podría tener una parada en la zona por no existir espacio suficiente para los andenes ni playa de vías. Además, Lakua señaló que no quiere una estación de autobuses en la parcela donde, a futuro, piensa edificar su sede administrativa en San Sebastián. Sólo dio al Ayuntamiento la opción de comprar el solar, al precio de 13 millones de euros. Luego se conoció el rechazo de la Diputación foral a financiar el Metro de Donostialdea, un proyecto estratégico para el PP. Finalmente, el ejecutivo local propuso llevar la estación a la parcela del Jardín de la Memoria, lo que exigiría demoler el parque, construir la estación y volver a reponer el jardín. Según Bildu, todo saldría más barato y estaría listo para finales de 2015, sin aclarar además cuánto dinero debería poner el Ayuntamiento de más en su deseo de coparticipar en la gestión de esta estación. Por si fuera poco, la UTE que se adjudicó la construcción y gestión de la estación en Atotxa ha reclamado 1,3 millones de euros por la suspensión temporal del contrato efectuada por el gobierno municipal.
El concejal de Movilidad, Jon Albizu, dijo ayer que el gobierno sigue pensando que «la ubicación más acertada y que genera más intermodalidad es Riberas de Loiola» y cree que «existen mimbres políticos económicos y técnicos para poder llevarlo adelante». Bildu cree que puede «concitar apoyos», para que el proyecto «sea una realidad lo antes posible».
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