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¿Es razonable cobrar los rescates y salvamentos?
Debate en dv

¿Es razonable cobrar los rescates y salvamentos?

Gobierno Vasco y federaciones deportivas discrepan sobre la eficacia de la ley de tasas que entró en vigor el pasado 1 de enero

Mario García

Domingo, 5 de febrero 2012, 10:48

La ley de tasas por rescates, salvamentos y rastreos entró en vigor el pasado 1 de enero, después de haber sido aprobada por el Parlamento Vasco en medio de un intenso debate social. La norma especifica las actividades de riesgo a las que por su naturaleza se les cobrará el rescate, que pagará la compañía aseguradora siempre que el afectado posea la correspondiente licencia de federado. Y señala que también pagarán la tasa quienes, practicando actividades no consideradas de riesgo, desatiendan las alertas meteorológicas o se encuentren en zonas peligrosas o restringidas. A día de hoy aún no se ha registrado ningún caso de pago por rescate, pero la polémica se encuentra en plena efervescencia. Y aunque el desacuerdo que persiste es palmario, el canal de comunicación está abierto, incluso con la posibilidad de ir alcanzando acuerdos puntuales. En este mismo debate, por ejemplo, ha quedado sellado un compromiso entre la Administración y la Federación Vasca de Montaña: «Se podría informar in situ a los montañeros antes de acceder al medio», señaló Antxon Burcio. «Pues adelante, vamos a hacerlo», suscribió el viceconsejero.

Razones encontradas

¿Por qué consideran o no necesaria la nueva tasa?

Raúl Fernández de Arroiabe. Euskadi es una referencia a nivel internacional en materia de montaña, pero con un alto grado de accidentalidad como efecto colateral. En este sentido, hemos desarrollado un abanico de medidas orientadas a reducir la siniestralidad. Y además la ley pretende que la gente, a través de las federaciones, adquiera un seguro y entre en comunicación con otras personas más experimentadas. Entendemos que la práctica de la montaña y de los otros deportes de riesgo referenciados en la ley pueden minimizar el factor de riesgo si se hacen con otras personas que tienen experiencia. El objeto de la ley, por tanto, no es recaudatorio, porque va muy orientada hacia actividades y situaciones muy concretas. La razón por la que hemos sacado y aprobado esta ley es la de reducir y minimizar la accidentalidad que en este momento estamos padeciendo en Euskadi.

Antxon Burcio. No creo que las tasas sean oportunas. Sí es cierto que hay una buena sintonía con el Gobierno Vasco en el tema de la formación. También es verdad que desde hace bastantes años la federación mantiene un convenio con la Dirección de Atención de Emergencias del Gobierno Vasco y a través de este acuerdo se imparten cursos de autoprotección a montañeros. Entendemos que este tipo de actividad está favoreciendo e incluso minimizando los accidentes. Se dice que esta ley va a contribuir a que la gente se federe, pero nosotros tenemos muchas dudas. Puede que al principio, sí. Pero más tarde, si comienzan a cobrarse más rescates a las compañías de seguros, estas van a reaccionar aumentando las tarifas y la gente dejará de federarse. Estamos, por tanto, por la labor de que el Gobierno Vasco mantenga unas buenas campañas de prevención y que apoye a los clubes y a las federaciones para hacer campañas de seguridad y concienciación, pero no estamos por que esta tasa afecte a montañeros federados.

Koldo Sansinenea. Los espeleólogos vascos no podemos estar más en contra de esta ley. Pensamos que precisamente en estas actividades consideradas de riesgo es donde hay la más alta conciencia de preparación y los menores siniestros. Fuera de estos ámbitos especializados se da la mayor incidencia de accidentes. Es una obligación del Estado en su ámbito competencial el acudir al rescate de esos ciudadanos en peligro sin tener que cobrar ninguna tasa. Los neófitos necesitarán formación, pero no una espada de Damocles que les frene sus expectativas. Y las personas más especializadas, a las que esta ley, entendemos, pretende castigar, no estamos exentas de accidentes. Sería una paradoja y una gran injusticia que estos sectores, que precisamente tienen firmados convenios con Atención de Emergencias del Gobierno Vasco, tuviesen un accidente y en determinadas circunstancias a ellos se les cobrase una tasa. En definitiva, consideramos esta ley discriminatoria, desigual, injusta e injustificada: innecesaria. Por ello, solicitamos la retirada. A cambio, ofrecemos debatir y llegar a unas conclusiones debidamente consensuadas con todos los colectivos afectados.

Jesús Morán. A mí esta norma no me ha generado intranquilidad. Yo tuve que ser rescatado en Peñaprieta. Bajaba haciendo esquí de montaña y en una zona llana me resbalé. Me tuvieron que rescatar. No estaba federado. Pensé que me iba a quedar parapléjico. Tras el estrés inicial, me tranquilicé un poco y le dije a un guardia civil que sabía que tenía que pagar porque yo no estaba federado. El me respondió: «No, este año no se cobra». Yo tenía claro que me iban a pasar la factura. Por tanto, nada tengo que juzgar de la ley de tasas porque me parece natural. Pienso que un proyecto mío, personal, no tiene que comprometer a otros. En el País Vasco, la montaña es muy importante por la cantidad de personas que la practican, pero no nos engañemos tampoco es la mayoría de la población. Y hay que analizarlo como un colectivo que es particular y que tiene que protegerse a sí mismo y vender la cultura de la seguridad.

Cuestión de responsabilidades

¿La nueva tasa va a servir para frenar las imprudencias?

Fernández de Arroiabe. A lo largo de más de cuarenta años de hacer montaña he vivido situaciones muy dramáticas. En el Himalaya, en el Atlas, en el Cáucaso, en los Alpes, Pirineos, etc. Mi compañero de cordada murió escalando. Si vemos los periódicos del año pasado comprobaremos la cantidad de accidentes que hubo. Es nuestra responsabilidad como Gobierno tratar de reducir esta siniestralidad. ¿Qué pretendemos con la ley de tasas? Sancionar las conductas imprudentes. Yo soy montañero federado y con la tarjeta que poseo tengo garantizado el rescate. Hasta ahora ese rescate estaba pagado, pero la Administración no se lo cobraba al seguro. Esa es la realidad que tratamos de invertir. Actualmente hay 30.000 federados de montaña, pero que practiquen esta actividad puede haber unos 60.000 y esporádicamente, 90.000. Subir al Gorbea en unas condiciones normales no es una actividad de riesgo. Y tampoco consideramos sancionable una actividad de riesgo cuyos fines justifican que no se tenga que sancionar. Es el caso de la espeleología cuando está orientada a fines científicos. Sin embargo, para andar por una cueva con un fin lúdico-deportivo lo único que pedimos es la tarjeta de federado. Y sobre el encarecimiento: en este momento cada dos días tenemos un rescate. Raro es el fin de semana que no salimos a buscar a alguien. Entendemos que en condiciones normales esa búsqueda es un elemento consustancial a la propia actividad, pero hay casos de auténtica irresponsabilidad. El objetivo, desde posiciones diferentes, es común: reducir la siniestralidad en la montaña y en los deportes de riesgo.

Burcio. Son muchas más las personas que hacen montaña en nuestro país que los federados. A través de la licencia, la Federación ofrece unos conocimientos para que vayan con seguridad. Pero la mayoría de accidentes son de montañeros no federados, con escasa formación y mal equipados. Es a estas personas a las que tenemos que llegar desde la Federación y desde la Administración, para informarles y formarles. Una montaña tan sencilla como el Gorbea es la que más siniestralidad da en Euskadi. Según la ley, una persona que en circunstancias normales es rescatada en el Gorbea porque no posee ni equipo ni conocimientos, no tiene que pagar; pero sí un escalador con buena preparación técnica, con material específico y mucha experiencia que pueda sufrir un accidente. Esto es lo que me preocupa. Desde la Administración se debe seguir apostando por la formación y la información a los ciudadanos. Bajo este prisma, sí conseguiremos que los accidentes en montaña se minimicen. Porque más del 90% de las asistencias por rescate son de personas no federadas.

Sansinenea. Nosotros estamos absolutamente convencidos de que la formación es la barrera para frenar la siniestralidad, y es la única. Porquepodemos caer en el riesgo de que haya personas con inquietud por iniciarse en una de estas actividades y que se vean frenadas por la ley de tasas. Otra cuestión es quién determina qué es una imprudencia. Si es una consideración subjetiva, al final, corremos el riesgo de que todo se judicialice. ¿Y a toda esta gente que se inicia, que no está federada porque practica esporadicamente estas actividades y que es la que tiene mayor riesgo, se le va a obligar a federarse para dos o tres veces al año?

Morán. Aunque sea por un día, por uno, hay que federarse. No se pueden asumir riesgos innecesarios. Yo he hecho algún curso de montaña, pero esta formación no se extiende a la ciudadanía en general. Y tenemos que cambiar la mentalidad de depender siempre de la Administración. Es la sociedad civil, las federaciones, las que tienen que tomar sus propias iniciativas y elaborar un plan de educación para trasladarlo al resto de la sociedad, a los colegios, etc. Yo no sé si la ley de tasas puede o no ser un error, no lo sé, pero si no se pone en marcha no sabremos qué virtudes y qué defectos tiene. Los rescates han de pagarlos los seguros, son los que tienen que asumir esta responsabilidad. ¿Y cómo tipificar la negligencia? Yo creo que se ha tipificado muy bien. Además, se pueden evaluar los comportamientos mediante formularios y en cuatro preguntas se puede conocer la responsabilidad y el grado de pericia. El juez no tiene que hacerlo.

Fernández de Arroiabe. Contesto al tema del sobrecoste. Hemos hecho los números y en el peor de los escenarios posibles, el peor, el sobrecoste del seguro sería de cuatro o cinco euros. Otra cuestión es la objetivación del cobro. La existencia de una negligencia es un elemento profundamente subjetivo. Nosotros huimos de ese elemento y tratamos de objetivizar las situaciones. Y decimos: toda aquella práctica deportiva que en sí misma suponga un determinado factor de riesgo, si hay que rescatar a esa persona, conlleva el coste. Bien a ella, o al seguro. Y también intentamos tipificar las negligencias, es decir, aquellas actividades deportivas que no conlleven riesgo en sí mismas, como puede ser subir al Gorbea o al Aizkorri, pero en determinadas condiciones meteorológicas pueden suponer una actividad de riesgo. Respecto a la concienciación, lo estamos haciendo con mensajes en los medios y materiales didácticos para dar formación en los centros escolares. Respecto a la espeleología, estoy de acuerdo en la complejidad de los rescates. Lo hemos tenido en cuenta. Por eso pusimos un techo máximo de cuatro horas.

Burcio. Esos cinco euros que podría incrementarse la cuota de federado por persona, siendo realistas, para una familia de cuatro personas ya es demasiado. No debemos tratar de que la gente se federe para adquirir un seguro ante posibles rescates. No, hay otros valores añadidos a la licencia de federado que son los importantes, centrados en la formación y la información a los montañeros y a los ciudadanos en general. Los países con tradición montañera lo tienen claro: apuestan por la formación, pero el rescate no se cobra.

Sansinenea. La sensación es que la ley tiene un afán recaudatorio. Está en vigor, pero hubiéramos preferido que se hubiera debatido más previamente para que hubiera tenido un consenso mayor.

Morán. Felicito a la Administración por los acuerdos con las federaciones y por la valentía de poner encima de la mesa un problema que genera una polémica enorme. La parte negativa es la discrepancia, pero la positiva es que va a obligar a reflexionar a todas las personas.

Alcanzar acuerdos

¿Cuáles serán las consecuencias?

Fernández de Arroiabe. El debate está en el seno de la sociedad y como resultado del mismo las consecuencias no pueden ser más que positivas.

Burcio. No considero que la ley de tasas vaya a solucionar los problemas tal y como está. Se pueden hacer otras cosas. Por ejemplo, se puede informar in situ a los montañeros antes de acceder al medio, en las entradas de nuestros parques, en los sitios por donde se llega a la montaña. Esto se está haciendo en los parques franceses y lo está haciendo la Federación Aragonesa a través de su campaña Montañas seguras. Una serie de personas participadas por la Administración informan directamente al usuario. Si te ven con zapatillas, en pantalón corto, etc. te dicen usted va mal equipado, por favor no suba.

Fernández de Arroiabe. Pues adelante, vamos a hacerlo.

Burcio. Creo que sería eficaz.

Fernández de Arroiabe. Pues vamos a llevarlo adelante.

Sansinenea. Quizá el lado positivo es que estemos aquí reunidos y esperemos que sigan surgiendo más debates constructivos. No obstante, la ley va a generar una cierta confusión entre los colectivos a los que puede llegar, una confusión que debería de haberse evitado.

Morán. De esta norma, estoy seguro, va a salir un fomento de la cultura de la responsabilidad y de la seguridad.

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