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JORGE SAINZ jordisainz@diariovasco.com
Martes, 7 de febrero 2012, 09:17
Alfredo Pérez Rubalcaba ha iniciado su nueva etapa al frente del PSOE con varios objetivos, entre ellos cerrar definitivamente cualquier fricción con el PP y, en este caso, el Gobierno, respecto a la gestión del final de ETA y el futuro de Euskadi. Este será, junto a la salida de la crisis económica, uno de los puntos fuertes de colaboración que abordarán en la reunión que va a pedir mañana en el Congreso al presidente, Mariano Rajoy, el hombre con el que va a disputar la batalla política en esta primera parte de la legislatura.
De esta forma, el nuevo secretario general del PSOE quiere consensuar con Rajoy el nuevo tiempo abierto en Euskadi y sumarse al entendimiento abierto por el nuevo Ejecutivo central tanto con el lehendakari Patxi López como con el PNV de Iñigo Urkullu.
Rubalcaba lo expuso ayer en Madrid en su primera intervención tras reunirse con su nuevo equipo surgido del congreso del pasado fin de semana en Sevilla. «Ofreceré cooperación en la lucha antiterrorista porque, aunque la violencia ha acabado, ETA no ha desaparecido». La lucha contra ETA es un aspecto que domina el nuevo dirigente socialista, ya que desde su cargo de ministro del Interior ha dirigido los últimos golpes a la cúpula etarra y debilitado a la banda. También abanderó la presión contra la izquierda abertzale acuñando la frase de «o votos o bombas».
Pese a ello, nunca logró el favor de los populares, que siempre han recelado de él por el papel del Gobierno de Zapatero en el fallido proceso de paz de 2006 y, en especial, por la polémica del caso Faisán, el presunto chivatazo policial a ETA en aquella época de conversaciones con la organización terrorista. No obstante, el cese definitivo de la violencia, el cambio de Gobierno y la nueva etapa abierta en el PSOE pueden servir para inaugurar un nuevo tiempo en esta materia entre los dos grandes partidos españoles.
«Lealtad»
Al menos así lo considera Rubalcaba: «Voy a ser un leal colaborador en materia de política antiterrorista. No me va a costar nada decirlo y muchísimo menos hacerlo. Parte de la lealtad en política antiterrorista está en las declaraciones públicas y lo que quiero hacer se lo diré al presidente», anunció en su primera rueda de prensa. Si el encuentro, todavía sin fecha, tiene éxito, PP y PSOE lograrían un acuerdo institucional de calado en el asunto que en los últimos años más ha emponzoñado las relaciones entre ambos.
El presidente Rajoy no ve con malos ojos la propuesta de Rubalcaba, con quién mantiene una buena relación personal. El dirigente popular felicitará personalmente mañana en el Congreso al nuevo líder de la oposición, aunque ya lo hizo por teléfono el mismo sábado. La reunión tendrá lugar con toda probabilidad en el Palacio de La Moncloa, respetando el formato habitual de este tipo de contactos institucionales entre un presidente del Gobierno y un líder de la oposición. La cita podría materializarse esta misma semana si las agendas de ambos lo permiten.
El secretario general del PSOE también adelantará al mandatario popular cómo será su tarea de oposición. Le trasladará sus discrepancias con sus políticas económicas y su voluntad de confrontar «si se concretan los recortes en derechos» sociales conquistados. Rubalcaba cree que el presidente del Gobierno ha de conocer el tipo de oposición que va a realizar el PSOE en los próximos años, pero subrayó que su intención es que esa tarea sea «útil a los ciudadanos».
Resaltó que en el encuentro también le expondrá las «discrepancias» entre uno y otro sobre política económica, y que le trasladará su opinión de que «sólo con ajustes» no se sale de la actual crisis, al tiempo que advirtió de que el Gobierno tampoco tendrá apoyo de los socialistas si «las políticas de recorte anunciadas se concretan». Al mismo tiempo, dijo que le trasladará la intención del PSOE de proponer una revisión de los acuerdos con la Santa Sede si el Ejecutivo sigue adelante con la «senda de retroceder treinta años» y finalmente lleva a cabo la anunciada reforma de la Ley del Aborto.
Rubalcaba avanzó que también pedirá un encuentro con los empresarios y los sindicatos para hablar de empleo y con el presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz. Por su parte, entre los asuntos prioritarios que el presidente del Gobierno quiere abordar con «urgencia» con el líder de la oposición se encuentra la renovación de organismos como el Tribunal Constitucional, el Tribunal de Cuentas, el Consejo de RTVE o el Defensor del Pueblo.
Piezas en el PSOE
El encuentro entre ambos líderes servirá para abrir un canal de comunicación para el resto de la legislatura, aunque Rubalcaba no quiso ayer aclarar sus planes futuros a largo plazo. En su comparecencia ante los medios, el nuevo líder del PSOE esquivó las preguntas sobre si se presentará a las primarias para ser candidato a la Moncloa, incluso adelantó que no piensa responder en ninguna rueda de prensa. Tampoco respondió si la presencia del lehendakari en la Ejecutiva del partido apunta a que el aspirante podría ser el mandatario vasco. De López se limitó a decir que está en la dirección porque es «de lo mejor del PSOE, un «activo como la copa de un pino» del que el PSOE no puede prescindir para salir de la situación en la que está.
De su nueva ejecutiva, destacó que es «colegiada, plural pero sólo una, de un solo partido», y representa al conjunto de los socialistas. De Carme Chacón, su rival este pasado fin de semana y otra posible aspirante a la Moncloa, señaló que es su «amiga» y que «tiene todo el futuro por delante».
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