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Nueva asociación. Jon Garay, de Herrira, en Donostia. :: MICHELENA
«La vía Nanclares no es adecuada porque se utiliza como chantaje»
POLÍTICA

«La vía Nanclares no es adecuada porque se utiliza como chantaje»

Jon Garay Portavoz de Herrira. «La articulación de la mayoría social vasca obligará al Gobierno del PP a moverse en favor de los presos»

JORGE SAINZ jordisainz@diariovasco.com

Lunes, 13 de febrero 2012, 10:19

Jon Garay (Antsoain, 1978) es uno de los portavoces de Herrira, la asociación nacida el pasado día 5 para trabajar en favor de los presos en el nuevo tiempo abierto tras el cese definitivo de la violencia de ETA. Un grupo nacido de la iniciativa Egin Dezagun Bidea y que, según explica Garay, trasciende de la órbita de la izquierda abertzale y abarca a personas de otros ámbitos preocupados por la situación de los reclusos, una de las cuestiones clave que está ahora sobre la mesa.

- ¿Cuáles son las prioridades más urgentes para Herrira?

- Desactivar las medidas de excepción aplicadas a los presos. Posibilitar que quienes han cumplido sus condenas o las dos terceras partes, y los que padecen enfermedades graves puedan ser puestos en libertad. Y que cese la dispersión y se les acerque a Euskal Herria.

- El lehendakari y Urkullu se reunieron con el presidente Rajoy y le vieron «receptivo» a sus demandas para flexibilizar la política penitenciaria. ¿El Gobierno del PP se moverá?

- La realidad es que no está aplicando ningún tipo de flexibilización. Pero no tenemos duda de que eso va a cambiar, de que el Gobierno va a moverse, no tanto por una cuestión de voluntad política, sino porque una inmensa mayoría de la sociedad vasca, desde diferentes ideologías políticas, entiende que tienen que darse esos pasos de manera urgente, incluso López y Urkullu. La articulación de esa mayoría es la mejor manera de posibilitar que el Gobierno se mueva. Le va a ser muy difícil mantener una posición de cerrazón ante una cuestión que la gran mayoría entiende de otra manera.

- Habla de sumar a otros sectores. ¿Tantos años de violencia han alejado a una parte importante de la sociedad vasca de las reivindicaciones de los derechos de los presos de ETA?

- Sí. Es uno de nuestros retos. Generar puentes y vías de comunicación. Es verdad que puede existir un alejamiento, pero hay una cuestión curiosa: todos los estudios sociológicos hablan de una mayoría del 75% favorable a movimientos en política penitenciaria. Nos comprometemos a generar nuevas dinámicas para acercarnos, abrirnos y escuchar. Este nuevo tiempo tiene que facilitarlo.

- ¿Para favorecer ese acercamiento, cabe una postura más autocrítica, por ejemplo, respecto a la violencia de ETA?

- Herrira todavía no, porque acaba de nacer, pero a ese nivel, Egin Dezagun Bidea se ha sumado con otros agentes al Acuerdo de Gernika, donde hemos compartido que evidentemente se tienen que dar pasos para avanzar en ese sentido. También apoyamos la Declaración de Aiete. Y en ambas se recoge de forma muy nítida la necesidad de reconocimiento a todas las víctimas.

«Proceso largo»

- ¿Asumen, como advierte el Gobierno español, que no habrá amnistías ni medidas colectivas para los reclusos?

- No es de recibo que el PP utilice el chantaje y la venganza para poner un precio político, que tantas veces han rechazado para otras cuestiones, a los derechos de los presos. A nosotros no nos parece tan importante el debate terminológico. Lo importante es que, si aborda definitivamente la solución al conflicto, como conclusión debe arreglarse la situación de presos, exiliados y huidos. El cómo, cuándo y demás será otra cuestión.

- ¿Puede cundir el desánimo entre los familiares de presos si no hay cambios en las cárceles?

- Va a ser un camino largo y dificultoso, pero exitoso. Es verdad que en las últimas semanas estamos viendo las consecuencias, con dos presos que han padecido sendos infartos, algo que no es casualidad en personas 25 años encarceladas. También es urgente la situación de Txus Martin (preso de Basauri enfermo). Mantener estas medidas de excepción es una bomba de relojería. Y todos los fines de semana, cientos de personas se juegan la vida en las carreteras para visitar a sus familiares dispersados. Esto genera desazón, especialmente en un momento en el que se sobreentiende que puede haber posibilidades de cambio. Pero sabiendo articular a todos los sectores, esto va a llegar a buen puerto.

- El Gobierno del PP apuesta por una salida para los presos basada en la vía Nanclares, aplicada a un grupo de reclusos disidentes de ETA y basada en la petición de perdón a las víctimas. ¿Qué le parece esta opción?

- Nos parece legítima la vía que quisieron tomar esas personas, pero la vía Nanclares se circunscribe a un sector sobre el que se aplica una política concreta, que pasa más que por criterios de justicia, lógica y ética, por un planteamiento claro de venganza y chantaje. No nos parece una vía adecuada. Se utiliza como vía de presión.

- ¿En todo caso, los presos de ETA deben realizar gestos hacia sus víctimas, en la línea del perdón y el reconocimiento del daño, que favorezcan una mayor comprensión de sectores como las propias víctimas ante posibles cambios en política penitenciaria?

- Cuando hablamos de abordar todas las consecuencias del conflicto, también hay que abordar las víctimas generadas. Nosotros, y el colectivo de presos, somos partícipes del Acuerdo de Gernika, que ha hecho una manifestación clara en torno a las víctimas. Conforme el proceso vaya adelante, este tipo de cuestiones necesitarán de una concreción general y clara. El colectivo de presos, con la reflexión que ha hecho dentro de Gernika, se compromete a caminar en ese sentido, pero no puede hacerse desde el chantaje.

- ¿Herrira va a reunirse con el Gobierno Vasco o el PNV para recabar apoyo?

- Nuestra propuesta va a ser mantener reuniones formales con todas las fuerzas. Queremos escuchar porque damos mucha importancia a la opinión de todos.

- ¿Observa un cambio en la postura de los socialistas en la cuestión de los presos?

- La ola social de las 110.000 personas que se manifestaron el 7 de enero ha llevado a que otras fuerzas que hasta ahora no se habían posicionado a ese nivel, se posicionen de manera clave. Evidencia la importancia de la movilización social, que hace que diferentes fuerzas asuman como propias esas reivindicaciones porque sus propias bases las comparten.

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