«El fútbol 5 con paredes es rápido, táctico y tienes que colocarte bien»

Son veteranas del Añorga. De la época en que nadie cobraba nada y el día en que se disputaba una semi, una final en Barcelona o Madrid y en vez de carretera y manta hacían noche en hotel lo consideraban un lujo. Dejaron el fútbol federado. La vida, el trabajo, la edad... pero no han perdido la pasión por el esférico. Se juntan los miércoles al atardecer en los campos de Riberas, en el Soccer World, al otro lado de la terraza cubierta del bar Maritxu y juegan a lo grande en una liga de 15 equipos que representan precisamente eso: el gusto por el balón, la competición y la complicidad. Están orgullosas de las chicas de La Real y del Añorga actual. Felices de que cada vez el fútbol femenino tenga más cancha en los medios de comunicación y les maravilla que las futbolistas de hoy sean profesionales (¡sueldos de 400 euros!) y coticen en la Seguridad Social. Como es lógico, veneran a Homa Sawa, la japonesa Balón de Oro 2011, a la brasileña Marta y a la legendaria Mia Hamm.

Hitzajare, hitzajare... Seguro que significa algo. En euskera, supongo. Hitza como palabra y jare de....¿jario, jaio?

No, para nada. Es el título de una canción.

¿De Benito? ¿De Laboa? ¿De Kortatu? ¿De Barricada?

Creo que de Tina Turner...

¡¡¡!!!

Sí, esa de Its a heartache...

¡Dios! ¡Bonnie Tyler en los 70! Its a heartache, nothing more a heartache. Luego la cantó Rod Stewart y hoy, Russian Red.

Pues ya ves, a nosotros nos gustaba y la transcribimos como nos sonaba: hitzajare.

Me parece de perlas. Sitúame un poco: ¿A qué jugamos? No es fútbol 11, lo sé, pero ¿es fútbol sala?

No.

Fútbol 5 sí que es.

Pero con paredes.

¡¡¡!!!

¿No ves que los campos están cerrados? Por paredes de un metro.

Es verdad... ¿Y eso qué implica?

Por ejemplo, que no hay fueras.

¿De juego?

Fueras de juego tampoco, pero yo me refería a que el balón no sale fuera. A no ser que salga por encima de alguna de las paredes.

Entiendo. Venís del fútbol 11 jugado en campos digamos que de los habituales. ¿Qué diferencias en cuestión técnica y de juego encontrasteis al engancharos al Soccer World de Riberas?

Ante todo, déjame contarte la alegría que nos dio porque al no estar federadas no podíamos jugar más que partidos que nos montábamos en polideportivos o frontones. Aquí tenemos campos, vestuarios, árbitros, una liga, catorce equipos con los que pelear, un bar. Hasta camisetas. Pero en cuanto a las diferencias, muchas: es más movido, más rápido; hay menos contacto físico y, por supuesto, no te permite echar balones fuera, desentenderte del juego o perder tiempo.

Suena más que sugerente.

Lo es. Resulta muy táctico, tienes que estar continuamente bien colocada. Nada de pases largos.

Ni balones a la olla, imagino.

Por supuesto que no. Y en cuanto pierdes el balón, a recolocarte porque el contragolpe del equipo contrario se te viene encima ya.

Poderío...

Has de saber jugar en todas las posiciones. Eres defensa y eres delantera. Las paredes las haces...¡con la misma pared! Cualquier rechace te obliga a reposicionarte. Peleas, te mueves, te cansas. Y te calientas, por supuesto que te calientas. Como no nos salgan bien las cosas, nos enfadamos. Luego todo se olvida. En el bar, con unas cañas. Y puesto que jugamos los miércoles, viendo los partidos de Copa...

¿Cómo son vuestras rivales?

De lo que no hay. No te puedes ni imaginar cómo disfrutamos en estos campos, en los vestuarios y en el bar. Hay chicas de Erasmus y norteamericanas que conocen la pasión que el fútbol femenino levanta en su país. Tenemos increíbles equipos de latinas. Con decirte que en alguno madres e hijas juegan juntas o en alineaciones distintas...

¿Sentís nostalgia de cuando jugabáis a fútbol 11?

No. Nos enorgullece haberlo compartido con futbolistas que fueron de la Selección de Euskadi y España. Nos transmitieron la pasión por competir. Por eso, cuando jugamos estamos a lo que estamos: a jugar bien, muy bien, y gozar haciéndolo.