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LIDE AGUIRRE
Martes, 28 de febrero 2012, 11:14
Lejos de despejar las dudas que pudiera suscitar la ubicación de la estación de autobuses en Riberas de Loiola, el proyecto presentado el pasado viernes por el Ejecutivo ha «aumentado las incógnitas» sobre esta alternativa entre los grupos de la oposición en el Ayuntamiento.
Ciñéndose al plan presentado por el gobierno municipal, PSE, PP y PNV no ven viable la intermodal en Riberas, una opción que necesita para su puesta en marcha que al menos una formación política la apoye en el Pleno municipal que se celebrará dentro de dos meses.
Las incógnitas sobre el proyecto básico son «múltiples y determinantes», indicaron ayer los grupos municipales tras mantener una reunión destinada a aclarar varios extremos del documento con los técnicos del Ayuntamiento.
En esta línea, la oposición criticó que, «cuatro meses después, el proyecto de la estación en Riberas carece de un informe económico y financiero que garantice su viabilidad futura, de un informe de movilidad que aborde entre otras cuestiones las afecciones que provocará en el tráfico la estación y de otro que garantice la intermodalidad, ya que Bildu admite que no se han mantenido reuniones con Adif y Euskotren», indicaron el portavoz socialista Ernesto Gasco y el edil popular José Luis Arrúe. Durante la reunión, los técnicos informaron de que se irán entregando estos informes, algo «insuficiente» para los grupos municipales «a estas alturas de partido».
«Costes sin definir»
Uno de los interrogantes comunes de las tres formaciones gira en torno al coste que tendrá la estación de Riberas. Bildu indicó que el coste asciende a 25,9 millones, cinco menos que el proyectado para construir la estación en Atotxa, «pero no aclaró qué parte de esos millones correspondería desembolsar al Ayuntamiento», apuntaron las tres formaciones. Así, mientras que con la estación en Atotxa las arcas municipales soportarían un gasto de 10 millones, con la planeada en Riberas «no hay informes económicos que detallen las partidas que le tocaría abonar al Consistorio, como tampoco se define el modelo de explotación que regirá». Por otra parte, Gasco señaló que el proyecto no incluye «el coste de la indemnización a abonar a la UTE adjudicataria de la estación de Atotxa ni lo que costó el Jardín de la Memoria», partidas ambas que superan los 3 millones de euros.
Casi idénticas reacciones mantuvieron los concejales del PNV Eneko Goia y Martín Ibabe. «La falta de un modelo de explotación de la instalación, la ausencia de estudios de acceso peatonal y la pérdida de centralidad respeto a Atotxa y una intermodalidad en el aire» son los «principales lastres» que el PNV ve en la propuesta municipal.
El portavoz jeltzale destacó además la omisión de información del gobierno municipal en cuanto al futuro parking de 500 plazas proyectado en Atotxa, «que iba a prestar servicio a otros proyectos en la zona como Tabakalera y, sobre todo, al TAV. En Riberas de Loiola un parking de rotación no es viable debido a que carece de centralidad», apuntó el portavoz del PNV; y añadió que teme que, una vez rechazado por el pleno el proyecto de estación en Riberas, «Bildu decida no ejecutar tampoco la estación en Atotxa».
El concejal jeltzale Martín Ibabe agregó que el plan se ha elaborado desde los ojos de la compañía del tranvía de San Sebastián, atendiendo a los problemas de acceso para los autobuses urbanos en una ubicación u otra y no a las necesidades de los usuarios. «Tampoco se ha aportado un informe que registre cuántos peatones pueden ir andando a una estación u otra», concluyó.
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