Atracan un banco de Donostia tras hacer un butrón durante varios días

Ni los de 'Misión imposible' lo habrían hecho mejor. Fue un robo de película. Los protagonistas fueron esta vez tres individuos que accedieron al interior de un banco en Donostia mediante la realización de un butrón en el que habrían estado trabajando cerca de dos semanas. Tras el robo, la Ertzaintza desplegó un operativo para tratar de detener a los autores, que mantuvieron amordazado a un empleado de la entidad.

Sucedió sobre las cuatro de la tarde, en la oficina que Targo Bank -creado por el Grupo Banco Popular y el francés Crédit Mutuel- tiene en la calle Corsarios Vascos, en el barrio donostiarra de Amara Nuevo, en la trasera del centro comercial Arcco. Tres individuos irrumpieron de manera sorprendente en la entidad después de que rompieran un tabique falso existente en una de las paredes de la oficina. Testigos del suceso indicaron que el boquete que realizaron fue de considerables proporciones.

Una vez dentro, los ladrones, que llevaban los rostros ocultos con caretas, intimidaron con dos pistolas al único empleado que en aquel momento se hallaba dentro del banco. Seguidamente, procedieron a amordazarlo.

En cuanto redujeron al trabajador, los ladrones trataron de hacerse con una suma de dinero. Aunque en un principio se desconocía si habían logrado llevarse alguna cantidad, el posterior recuento confirmó que habían obtenido un botín, cuya cuantía no ha trascendido. Previamente, los atracadores intentaron acceder a una cámara blindada, si bien tuvieron que desistir, dadas las medidas de seguridad con la que estada dotada.

Transcurrido un tiempo, los ladrones abandonaron el banco por el mismo lugar por el que habían entrado.

El robo pasó totalmente inadvertido para los vecinos de la zona, aun cuando las dependencias del banco son visibles desde la calle a través de dos grandes cristaleras.

Los hechos se conocieron sobre las cinco de la tarde en el instante en que el empleado logró soltarse de las ataduras, salió al exterior y acudió de forma apresurada a un bar cercano. «Cuando ha llegado aún tenía pegada en la ropa trozos de la cinta que los ladrones habían utilizado para atarle. Lo primero que nos ha dicho es que le habían atracado y que llamásemos a la Er-tzaintza», indicó un vecino.

Testigos reconocieron que el trabajador se encontraba «muy alterado» por lo ocurrido. «Más que nervioso, estaba acojonado. Cómo quieres que esté si acaban de apuntarle con dos pistolas en la cabeza», indicó uno de ellos.

Desde un garaje

Tras el robo, dotaciones de la Er-tzaintza acudieron al lugar del suceso y desplegaron un operativo por el barrio de Amara en busca de los autores. Anoche, las averiguaciones no habían dado resultado positivo.

Las primeras investigaciones permitieron descubrir que los ladrones habían llegado hasta la oficina del banco a través de un garaje comunitario existente bajo la plaza de Eibar, próxima a la oficina.

Según informaciones consultadas, los autores utilizaron los conductos de refrigeración o ventilación del párking subterráneo para aproximarse hasta la pared de la entidad financiera. Al parecer, una vez ante ella, procedieron a perforarla hasta que finalmente ayer alcanzaron su objetivo.

El empleado confesó minutos después de que lograra soltarse que llevaban cerca de dos semanas escuchando ruidos de obras procedentes de la zona por la que accedieron los ladrones. No obstante, precisó que no le dieron más importancia al creer que se trataba de trabajos que se desarrollaban en el inmueble anexo.

Agentes de la Ertzaintza examinaron las conducciones por las que accedieron los ladrones al objeto de obtener huellas dactilares u otras evidencias que les permitan su identificación.

Anoche, el director y otros empleados de la entidad realizaban un recuento del dinero sustraído.

En un locutorio

No fue, sin embargo, el único atraco de la jornada. En Irun, tres individuos irrumpieron en un locutorio del que se llevaron una cantidad de dinero.

El suceso tuvo lugar poco antes de las siete y media de la tarde, en un establecimiento situado en la calle Pikoketa de la ciudad fronteriza. Los ladrones amenazaron con un arma de fuego, al parecer una escopeta de cañones recortados, a las tres personas que en aquel instante se hallaban dentro del locutorio.

Seguidamente, los atracadores exigieron la entrega del dinero que había en la caja y una vez obtuvieron el botín emprendieron la huida a bordo de un turismo.

Al igual que en el atraco al banco en Donostia, la Ertzaintza estableció un dispositivo para detener a los autores.

Se investiga si los autores de ambos atracos son los mismos individuos.