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IÑAKI ZARATA
Domingo, 11 de marzo 2012, 12:34
La excursión invernal de la Fundación Kursaal, capítulo Músicas populares y de querencia orientalista, propuso anoche un viaje a la región del desierto de Thar, en el Rajastán indio, plena de bosques, lagos salados y frondosa flora. En su colorista capital Jaipur (la Ciudad Rosa) reside el respetado músico Vishwa Mohan Bhatt, hijo, nieto, bisnieto y ahora padre de una saga de instrumentistas tradicionales en el seno de la música clásica popular india.
Lidera el conjunto Divana de gitanos rajastaníes, que interpreta viejas ragas de cruce cultural hindú-árabe. Y lo hace como solista de su propio instrumento, el 'mohan veena', transformación artesanal de la guitarra occidental 'slide', orientalizada en un nuevo nivel sónico, con maneras de sitar y una veintena de cuerdas. El músico jaipurí, cuyo nombre se traduce significativamente por 'encantador del mundo' lo inventó en los años sesenta.
Vishwa y colegas encantaron ciertamente a la audiencia donostiarra con su repertorio de ragas 'bageshri', 'shahana', 'bhairav', 'kalingra', 'malhar', 'des' y otras variantes. Una riqueza de matices mayormente inescrutables para nuestras profanas entendederas occidentales. Algo así como los vericuetos del mundo del flamenco. Y aires cuasi jondos hubo en alguna ocasión por parte de los gitanos rajastaníes, saludados con un 'olé' por uno de los músicos.
El arrope del maestro lo componen el cantante solista, las percusiones de la tabla y el tambor dholak, el gimnástico tañedor del kartal (especie de castañuelas indias) y el instrumento de cuerda kamanchiya en clave de bajo. Más la maquinita que da el permanente tono ambiental a las interpretaciones musicales de aquellas tierras asiáticas.
El set constó de seis piezas, la mayoría en clave romática. La composición más directamente religiosa (Vishwa explicó la importancia de Dios y la música para la humanidad), una plegaria a la divinidad, fue precisamente la más alegre y hasta bailable. Y la fiesta llegada desde Rajastán (la llamada tierra de príncipes) acabó con un alegría colectiva en plan 'we love you'. Hay otros mundos en este.
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