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RAMÓN GORRIARÁN
Viernes, 13 de abril 2012, 03:57
El Gobierno y el PP hicieron ayer una demostración de fortaleza parlamentaria y dejaron al PSOE con un palmo de narices al conseguir la aprobación en el Congreso de la ley de Estabilidad Presupuestaria con el respaldo de CiU, UPyD, Foro Asturias y Unión del Pueblo Navarro, y la abstención del PNV. Mariano Rajoy consiguió así sacar adelante su primera gran ley de la legislatura, la que establece el déficit cero en todas las administraciones para 2020.
La norma reconoce la especifidad del País Vasco y Navarra, amparada respectivamente por el Concierto y el Convenio Económico. La votación adquirió tonos rocambolescos para impedir el voto en contra del PNV. Los nacionalistas habían pactado con los populares su abstención a cambio de que la norma reconociera la singularidad financiera vasca, para lo que la bancada popular debía votar antes a favor de una enmienda del PNV en este sentido. Pero los populares se equivocaron y rechazaron la enmienda, ante el estupor de los jeltzales que, en consecuencia, amenazaron con votar en contra de la Ley. La solución llegó desde el PSOE. La enmienda del PNV era idéntica a otra que los socialistas habían presentado a propuesta de sus diputados vascos, antes incluso que la del PNV. Esa enmienda socialista fue votada aparte y esta vez sí salió aprobada, circunstancia que permitió la abstención de los nacionalistas.
El reconocimiento de la singularidada vasca y navarra es uno de los escasos cambios introducidos. Para ganarse a CiU, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, aceptó pequeñas modificaciones sobre el plazo para la reducción de la deuda de las autonomías. También avaló alguna variación de UPyD para introducir más controles en las cuentas de las comunidades.
Lo que no fue posible fue el acuerdo con el PSOE, pese a los innumerables contactos hasta el último minuto. El Gobierno se mantuvo firme en su apuesta por lograr el 'déficit cero' de todas las administraciones en 2020 y los socialistas se remitieron al acuerdo de agosto, cuando pactaron ese tope en el 0,4% del PIB.
Las negociaciones se llevaron al extremo de aplazar la votación hasta última hora de la tarde. Una postrera reunión entre Montoro y la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaria con la portavoz socialista, Soraya Rodríguez, y el extitular de Trabajo Valeriano Gómez, fue infructuosa.
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