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ECONOMÍA

Los empresarios marcan distancias con Patxi López

Su respaldo en el inicio de la legislatura se enfría tras el giro a la izquierda del lehendakari

MANU ÁLVAREZ

Domingo, 22 de abril 2012, 04:51

Algo ha cambiado en el último año. Si hubo 'amor', que no está del todo claro, ya solo queda una buena relación. La clase empresarial vasca -al menos, algunos de sus más destacados representantes- han comenzado a poner distancia con el lehendakari, pese a que en el comienzo de la legislatura le brindó un apoyo sin reservas. Los responsables de las principales compañías de Euskadi frecuentan menos los actos públicos de Patxi López y ya no aprovechan la menor oportunidad para fotografiarse junto a él. El Consejo Asesor creado por el jefe del Gobierno autónomo, que dio cobijo a buena parte de esos líderes empresariales, ha puesto de manifiesto ese distanciamiento: en sus últimas convocatorias, la ausencia de directivos de grupos punteros ha sido llamativa. El giro a la izquierda que el lehendakari ha imprimido a su discurso tras las elecciones municipales de mayo de 2011, su insistencia en una subida de impuestos para garantizar la sostenibilidad de los servicios públicos y las escasas posibilidades de permanencer en Ajuria Enea, cuando finalice su mandato, que le atribuyen las encuestas son las claves que explica la actual situación, explican fuentes empresariales.

El golpe de efecto se produjo a finales de 2008, en vísperas de la campaña electoral que llevó al poder al secretario general del PSE. En una hábil operación de marketing político preparada por el ahora consejero de Interior, Rodolfo Ares, el PSE consiguió reunir a un destacado grupo de capitanes de empresa del País Vasco en torno a Patxi López en los salones de un hotel de Bilbao. La excusa fue una conferencia europeo y compañero de filas Joaquín Almunia. Pero lo importante era la foto. Su presencia en el acto y la imagen junto a López no podía entenderse como una manifestación de apoyo político o electoral. Pero sí representó una especie de marchamo de calidad. Un sello de homologación del influyente mundo de las grandes compañías hacia el aspirante a protagonizar un hecho histórico: alcanzar Ajuria Enea sin ser del PNV.

«No hay que olvidar que los empresarios somos personas interesadas -señalaba entonces uno de los asisentes- y si estamos aquí es porque creemos que Patxi López tiene opciones de ser el próximo lehendakari». Acertaron.

«De la misma forma que Felipe González reconoció que había descubierto a la Guardia Civil cuando llegó al poder en 1982, tengo que reconoceros que yo he descubierto al empresario». La frase fue pronunciada por el propio lehendakari en un encuentro que mantuvo con el Círculo de Empresarios Vascos a mediados de 2010, cuando ya llevaba un año en el cargo. Sonó sincera. Los hechos han demostrado más tarde que ha asumido la importancia que tiene la empresa en una sociedad moderna. Sus viajes a Brasil, India, Golfo Pérsico, China y Estados Unidos han sido la prueba de fuego. Quienes han participado en ellos saben que López, en cada desplazamiento, se ha colocado la chaqueta de director comercial de 'Euskadi SA' y que ha priorizado el apoyo institucional que su Gobierno podía dar a las empresas frente a cualquier otro objetivo. «Estamos juntos en el mismo barco», les ha repetido una y otra vez a esos directivos que le han acompañado por el mundo.

Poco después de asumir la presidencia del Gobierno vasco, López creó un Consejo Asesor de relumbrón. Una auténtica legión acorazada para apoyar los primeros pasos en la andadura de un Ejecutivo que nacía cargado de debilidades y con un respaldo político exiguo. En torno a 25 empresarios, expertos académicos, curtidos sindicalistas y varios 'cerebros' de la órbita socialista aceptaron pertenecer al cónclave. Ignacio Sánchez Galán, Mario Fernández (BBK), Alejandro Echevarría (Tele 5), José Antonio Jainaga, José Luis Larrea (Ibermática), Josu Jon Imaz, José María Baztarrika (CAF), Emiliano López Atxurra, Iñaki López Gandásegui y María Luisa Guibert (GrupoAlgeposa), entre otros, pasaron a formar parte de este órgano. Pero, con el paso del tiempo, la presencia de estos empresarios ha decaído, entre otras cuestiones por la falta de concreción de los temas que se abordaban.

Críticas descarnadas

Hay quien sitúa el inicio del distanciamiento empresarial en las Elecciones Municipales de 2011 cuando, tras la debacle socialista, el lehendakari reforzó su perfil de izquierdas. La apuesta por una subida de impuestos se había convertido desde unos meses antes en una cantinela recurrente, que siempre ha chirriado en los oídos de los empresarios. «Ha banalizado el discurso -apunta un destacado dirigente empresarial vasco- porque ha acabado diciendo solo obviedades. Decir que tienen que pagar más impuestos quienes más ganan es obvio. Tanto, que ya sucede en estos momentos. Al lehendakari le ha faltado concretar, decir exactamente lo que quiere, qué tipo de gravamen desea. ¿El 70%? Pues que lo diga».

A finales del pasado año, López pudo comprobar en carne propia que su discurso ya no era recibido con tanto agrado. En un encuentro con el Círculo de Empresarios celebrado en septiembre, tuvo que escuchar críticas descarnadas a su gestión. En síntesis, algunos de los miembros de este selecto club le reprocharon su insistencia en el aumento de la fiscalidad y su aparente laxitud en la reforma de una Administración vasca engordada en época de bonanza y que arrastra problemas estructurales que el PSE no ha sido capaz de reconducir.

Donde sí es palpable el enfriamiento de las relaciones es en el entorno de Confebask. No es que sean malas, pero distan mucho de la buena sintonía que existía antes del cambio en el equipo directivo de la organización empresarial.

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