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El Pakea Bizkaia, en una de sus expediciones.
Lecciones a toda vela
MEDIO AMBIENTE

Lecciones a toda vela

El Pakea Bizkaia llega a Gipuzkoa para enseñar el valor del mar. El director del proyecto, Unai Basurko, dará una charla a las 20 horas hoy en el Aquarium

ANE ROTAECHE

Jueves, 17 de mayo 2012, 10:21

Sus ojos han visto los siete mares en calma y tormenta, ha navegado con ballenas rozando la proa de su barco, a las que ha aprendido a evitar poniéndoles música. Unai Basurko, (Portugalete, 1973), después de dedicarse a la vela de competición y de navegar 30.000 millas náuticas en solitario en la Velux cinco océanos, cambia la vela de competición por un desafío diferente, concienciar a los más pequeños de la importancia de cuidar el mar y de preservar su biodiversidad.

Para este marinero, que no recuerda la primera vez que se subió a un barco, el mar se ha convertido en su forma de vida. Decidió cambiar la alta competición por la divulgación como «una manera de devolver al mar» todo lo que le había dado a lo largo de su vida y porque consideraba que ya había conseguido una de sus mayores metas a nivel profesional, dar la vuelta al mundo en vela en solitario. Y lo hace a través de la dirección del proyecto Pakea Bizkaia, una iniciativa que pretende concienciar a los escolares sobre la importancia de cuidar el mar y que combina la divulgación científica con expediciones que la tripulación graba para la realización de documentales.

En sus largas travesías este capitán se encontró con el efecto que el hombre produce en la naturaleza y le invitó a tomar medidas. Aunque ha surcado los siete mares, confiesa que «no hay que ir muy lejos para encontrar daños» y apunta que «cualquier persona en el País Vasco que se acerque a la playa después de un temporal puede encontrarse con un montón de suciedad no orgánica».

Al comprobar la devastadora huella del hombre en los océanos decidió utilizar su hogar ambulante, el Pakea Bizkaia, para intentar que los más pequeños cuiden de nuestra naturaleza. «Es fundamental que las nuevas generaciones que vienen tomen conciencia y que vean los océanos como propios», indica. Para alcanzar este objetivo, el Pakea Bizkaia introduce a los escolares en la vida del barco. «Yo creo que por muchos documentales que hayan visto los niños no es lo mismo que subirse al barco. Ver a la gente que está en esos documentales y que puedan relacionarse con nosotros les gusta muchísimo», apunta el capitán.

En Bizkaia 7.000 alumnos se han dejado ya cautivar por las aventuras de la embarcación en sus diferentes expediciones a lo largo del globo. Los alumnos se sienten auténticos marineros al escuchar las experiencias que la nave y sus ocupantes han vivido en alta mar. Hazañas que la embarcación complementa con información de expertos: «Cuando llegamos a los diferentes puertos en los que vamos atracando contactamos con asociaciones y expertos que nos ayudan a obtener información que vamos añadiendo a nuestros documentales».

Los estudiantes suelen escuchar boquiabiertos y con los ojos como platos las aventuras de la tripulación capitaneada por el vizcaíno. Con la curiosidad propia de un niño, «lo que más les sorprende cuando les hablamos sobre la vida en el barco es cómo podemos desenvolvernos en el interior de un velero que se inclina», cuenta Basurko. Además, les llama la atención que el Pakea Bizkaia genere energía eólica: «Les explicamos que el consumo de agua y energía es limitado cuando navegamos, que hay que tener cuidado. Siempre intentando que ellos hagan el símil con sus colegios e ikastolas. Al fin y al cabo, el barco es como un mundo en pequeño», explica. Precisamente, lo que el proyecto persigue es que cuando los niños vuelvan a pisar tierra firme sientan que el mar es suyo y lo cuiden. «Creo que quien conoce aprende a querer. Y quien conoce a un delfín o una ballena y sus hábitos de vida, al final acaba queriéndoles un poco más. Si sabe que existe una relación directa entre la continuidad de nuestros mares y esos animales, entonces empezarán a cuidarlos», reflexiona el director del proyecto.

De puerto en puerto

A pesar de que Basurko haya dejado de lado por el momento la alta competición náutica, la embarcación sigue sumando millas náuticas. La primera les llevó al Cabo Norte amarrando el bote en diez países diferentes como Escocia o Dinamarca. Tras el éxito de este primer viaje se lanzaron a seguir las huellas de los marineros vascos del siglo XVI, que iban a la caza de ballenas y de bacalao a Terranova. Su próximo rumbo en octubre sigue los pasos de grandes navegantes vascos como Urdaneta, Legazpi o Juan Sebastián Elkano. Llegarán en octubre a Uruguay y Argentina para después explorar la Patagonia, destinos en los que aprovecharán para resaltar la importancia de los orígenes vascos. «Muy poca gente sabe que el fundador de Buenos Aires es vizcaíno, de Orduña, Juan de Garay, algo que creo que los niños tienen que conocer», sostiene el marinero.

Llegar a la península Antártica durante esta travesía resulta especialmente atractivo para la tripulación por varios motivos. «Es un área especialmente interesante por su biodiversidad», asegura Basurko. Seremos el único barco vasco en siglos en llegar a la península Antártica y filmar allí un documental para luego traerlo y compartirlo con los niños», añade.

A pesar de que Euskadi ha aportado a la historia algunos de los exploradores y marineros más ilustres, para Basurko la sociedad vasca «ha dado la espalda al mar, la conciencia de la gente en este aspecto está dormida pero yo espero que en unos años la gente vuelva a mirar al mar», subraya. Los niños guipuzcoanos tendrán la oportunidad de sentirse unos auténticos marineros la próxima semana en los puertos de Hondarribia, Pasaia, Getaria y Mutriku. Pero otros 'marineros de agua dulce' podrán visitar el velero durante los días que permanezca en los puertos guipuzcoanos, en los que habrá también jornadas de puertas abiertas.

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