Iker, de 4 años, cantó con «el jefe» y se llevó la gran ovación

Se hizo el silencio, Bruce le puso el micrófono e Iker cantó con seguridad, brazo en alto y mirando a 45.000 personas: «Waitin'... waitin' on a sunny day...». La ovación fue estruendosa, y el propio Springsteen, que sostenía en brazos al niño de 4 años, le miraba entre incrédulo y emocionado. Bruce volvió a darle la entrada al estribillo, y el chaval, que en cuanto ve la imagen del músico dice «es el jefe», lo repitió. En un instante, Iker Santiso se convertía en la estrella de la noche, mientras su padre lloraba de la emoción y su madre trataba de encuadrar en su temblorosa cámara el mágico instante. «Fue increíble, todavía me cuesta contener la emoción al recordarlo», reconoce Óscar, el padre de la artística criatura, que al final del concierto se hizo más de cincuenta fotos con fans de Bruce que querían tener un recuerdo de su breve pero conmovedora intervención.

Óscar y Belén, los padres de Iker que se desplazaron desde Lugo a San Sebastián junto a su tío José para ver al ídolo de todos ellos, no ocultan que habían soñado con este momento. Óscar ha visto una docena de veces a Springsteen en directo, y sabe que en 'Waitin' On a Sunny Day' ha cogido más de una vez a un niño del público para subirlo al escenario. «Pensábamos, ¿te imaginas que coja a Iker, con lo que conoce las canciones de Bruce?». Pero tampoco iban buscándolo. «Estábamos abajo, en la zona de pista, pero no en la zona VIP. La gente, al vernos con el niño, nos decía que fuéramos hacia adelante». Y es que todo el mundo se quedaba con el chaval, porque no paró de cantar y jalear brazo en alto al Boss durante todo el concierto. «Cuando los de seguridad nos vieron, nos dejaron pasar a la zona VIP». Y así, con el empuje de los propios fans, Iker llegó a primera fila con su familia.

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