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JUANTXO UNANUA
Domingo, 17 de junio 2012, 05:15
Las obras se encuentran ya en su recta final. Con ellas concluye una largo proceso que arrancó en los pasados años noventa con la consolidación de los edificios del Conjunto Monumental de Igartza, a través de los campos de trabajo de Kutxa- Aranzadi.
Después llegaría su rehabilitación y la inauguración y apertura del Molino, la Ferrería, Dolarea, el Palacio, el albergue del Camino de Santiago, y la Ermita. Ahora resta el acceso al molino y el txoko habilitado para la presa de madera, que se pretenden inaugurar en breve.
DV visitaba, con la inestimable guía del técnico de Igartza Juantxo Agirre, las dos zonas que se encuentran en la recta final de sus obras. La de entrada al molino ubicada en la casa de la molinera de Igartza -la última fue Martina Irizar, que dejó el edificio el último día de 2010, junto a su familia-, es una de las afectadas.
En ese zaguán de entrada, un hermoso local de 80m2, «has sido eliminados la tabiquería y otros elementos, así como los añadidos de obras de adecuación efectuadas en las últimas décadas, en los tiempos que fue vivienda». Se han sacado a la luz la viguería de madera y elementos pétreos. Se ha dotado de solera nueva, de una iluminación apropiada y, ante todo, se ha mejorado la accesibilidad para entrar al zaguán, y desde éste al molino.
Se han eliminado también las humedades que, desde el canal, se hacían un hueco en el local. «En definitiva, se le está dotando de un aspecto rústico», indicaba un más que satisfecho Juantxo Agirre. Tras las obras, éste será el espacio de acogida de los visitantes y el punto de información, en toda clase de visitas de colegios, de grupos, de empresas particulares...
Cabe recordar que esta zona del molino era la de la venta de pan y a donde llegaba el trigo de los caseríos para la molienda. Además, tenía teléfono, por lo que «era en definitiva el punto de reunión social de los habitantes de la zona», destaca Agirre.
El mobiliario a colocar en el nuevo espacio le dará el deseado toque. Se recupera el mostrador original que existió en este local, una 'garikutxa (cajones para guardar el trigo)... «Tendrá un toque familiar, doméstico, ya que éste era, en buena parte, el marco de la vida social de Igartza», remarcaba Agirre.
En lo que respecta al txoko de la presa, tiene acceso único y directo desde el palacio. Una parte de la misma ha sido nuevamente montada y musealizada y puede ser contemplada por todas sus esquinas desde un mirador. «Este elemento se ha ligado directamente a la cultura del agua y a la arquitectura en madera tan presente en todo el Conjunto de Igartza», concluía el técnico Agirre.
Zonas con encanto
En todo el proceso vivido en la rehabilitación de los distintos elementos del Conjunto de Igartza, «el patrimonio existente ha condicionado mucho dando mucho juego a todo el proceso, y rodeado del encanto que llega del interior de la ferrería, del 'tolare' de Dolarea o del patio del Palacio de Igartza», señalaba el técnico.
En lo que respecta a las últimas obras, desde el ayuntamiento se les ha puesto ya una fecha de inauguración, el 22 de junio. Pero el técnico de Igartza es cauteloso. «Todavía hay mucho trabajo y éste se esta llevando a cabo con toda celeridad, pero quiero ser cauto y prefiero no entrar a señalar posibles fechas».
Cabe reseñar que en las últimas semanas Igartza se ha visto inmersa en un proceso de participación, con gentes de la educación, la cultura y el turismo, en torno a la futura utilización de sus elementos.
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