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BENITO URRABURU ENVIADO ESPECIAL
Sábado, 7 de julio 2012, 03:14
Llueve a mares en la llegada. Los rostros de los corredores denotan la tensión que han padecido. Mientras Peter Sagan conseguía su tercera victoria de etapa al sprint, en esta ocasión en una llegada plana, el pelotón llegaba roto en varios grupos. Gorka Verdugo, con un corte en la tibia, y Amets Txurruka, con su cuarta fractura de clavícula, entraron a 13:24. Eran la viva imagen de la desolación. El equipo Euskaltel vio cómo a 25 kilómetros d la meta, en una montonera que dejó bloqueada la carretera, Mikel Astarloza se rompía el codo y tenía que ser evacuado al hospital.
Samuel Sánchez comentó que «ha sido una pena. Mikel Astarloza ha tenido que abandonar. Txurruka y Gorka Verdugo están tocados. Si se confirman sus bajas, son importantes. Yo iba delante y la caída ha sido un poco más atrás. Cuando te coge, te coge. Nunca sabes. No es un buen día. Son corredores importantes para la montaña», explicó con rostro de resignación. Con todo el Tour por delante, Euskaltel tiene en malas condiciones físicas a varios hombres clave.
En esa misma caída estaba Alejandro Valverde. Junto a él se encontraban además Frank Schleck, que tardó varios minutos en encontrar su bicicleta, Brajkovic, Rolland, Hesjedal, Peraud, Tony Martín, Mollema y Scarponi, entre otros.
Valverde, víctima ayer de dos caídas y que lleva ya cuatro en este Tour, manifestó en la llegada que «me he dado dos golpes muy gordos. Cuando lleguemos al hotel habrá que ver cuál es la situación. En la segunda caída me han dado por detrás y no he podido evitar irme al suelo. En la primera no ha sido más que el golpe. Lo peor de todo ha sido perder 2:09».
Se quejó de que había tenido todo en contra: «Ha sido un día muy peligroso. La gente está muy loca. Hay corredores que no frenan. En la bajada donde se ha producido la primera caída íbamos a 80 kilómetros por hora. Me duele todo, pero al menos he podido terminar».
Primera llegada en alto
Otros corredores como Robert Gesink lo tuvieron peor. Perdió 3:31. Con el caos adueñándose de la carrera por detrás, Cadel Evans entró en cabeza y pedaleó en los primeros puestos del pelotón en los últimos tres kilómetros. Burghardt le llevó muy cómodo, lo mismo que Knees y Eisel a Wiggins.
Klöden, Menchov y Nibali también se mantuvieron delante, como Samuel Sánchez. Ni Valverde ni Samuel tenían muchas ganas de hablar de la primera llegada en alto que afrontará hoy el Tour.
Samuel Sánchez se toma con tranquilidad la ascensión a La Planche des Belles Filles, una subida de 5,9 kilómetros con una pendiente media del 8,5 %: «Llevo un inicio de Tour más tranquilo que otros años, con menos tensión, aunque el equipo está tocado. La Planche des Belles Filles no es una llegada para que se produzcan diferencias. Igual alguien se despista y puede perder algo de tiempo».
No cre que haya sorpresas entre los nombres importantes de la carrera, Evans y Wiggins: «Con una pendiente del 8,5%, salvo que se le atragante a alguien, lo normal es que no haya muchas diferencias. Para sacar un minuto o un puñado importante de segundos hay que estar subiendo una hora. Es lo que desgasta. Son pocos kilómetros y poco desnivel».
Más que por esa etapa, Samuel preguntaba por sus compañeros. Buscaba información del estado físico de Txurruka y Verdugo. Ya sabía que Astarloza había abandonado. Ve cómo el equipo queda muy diezmado.
Christian Prudhome se interesó por la llegada a La Planche por los comentarios vertidos en internet por los cicloturistas participantes en la marcha 'Les Trois Ballons'. Es la primera vez que el Tour termina en esa cumbre, que tiene cuatro pistas para esquiar, una de ellas de color negro y espectacular.
Tampoco Alejandro Valverde, al que la caída de ayer no le va a beneficiar nada, estaba con la cabeza en lo que se iba a encontrar hoy. No daba la impresión de encontrarse muy golpeado, aunque el problema suele llegar varios después de irse al suelo, cuando salen a relucir los golpes: «Nadie obtendrá grandes ventajas porque tampoco son muchos kilómetros. Yo lo subí en coche y no me dio la impresión de que fuera excesivamente duro. No veo que ninguno de los favoritos pueda tener problemas».
Valverde, al igual que Frank Schleck, no lo va a tener fácil para enjuagar esos dos minutos perdidos. Son los más perjudicados por esa montonera que dejó la carretera bloqueada y convirtió en una ratonera los movimientos de los corredores.
Cobo junto a Valverde
A treinta kilómetros de la meta, con un pelotón que ya iba muy rápido en una etapa en la que rodaron a una media horaria de 44,404 kilómetros por hora, la caída provocó una desorganización total. El murciano se quedó sin apenas compañeros de equipo, aunque Cobo estuvo con él. Poco podía hacer Valverde, al igual que Frank Schleck.
Se vació Cobo, pero fue insuficiente. Dejar a dos corredores importantes fuera de los primeros lugares animó más al grupo principal. En seis etapas sin grandes dificultades ya se han producido descartes significativos para la clasificación general.
El Tour se empieza a ganar desde el primer día, pero también se puede perder de la misma forma. Le velocidad, las carreteras estrechas y el querer estar todo el mundo en cabeza están en el origen de las caídas.
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