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INFRAESTRUCTURAS

La puerta de la 'Y' vasca al Mediterráneo

La conexión del TAV con Pamplona es vital para unir Euskadi con el Levante, pero su futuro es incierto

LUIS LÓPEZ

Domingo, 5 de agosto 2012, 21:55

Las obras continúan en la 'Y' ferroviaria vasca, la infraestructura que unirá por alta velocidad las tres capitales, quizá, en 2016. Y, pese al enconamiento de la crisis, también se mantienen los trabajos en tierras castellanas, fundamentales para conectar Euskadi con Madrid y el sur de la península. Pero hay más frentes donde focalizan su atención los intereses vascos. Por un lado está el AVE cantábrico, ese que iba a atravesar las comunidades del Norte para unir Galicia y el País Vasco, pero todo apunta a que es una quimera. Y por otro, la conexión con el Mediterráneo a través de Navarra.

Este último corredor, bautizado como Eje Cantábrico-Mediterráneo, también forma parte de la Red Básica Transeuropea, pero su avance es lento. Sobre todo, en el recorrido que unirá la 'Y' vasca con Pamplona. A finales de 2009 el Ministerio de Fomento licitó la redacción del estudio informativo, que aún está elaborándose y baraja diferentes alternativas para que la afección medioambiental sea la mínima. Al fin y al cabo, las vías discurrirán por un entorno de especial riqueza.

El problema es que, a estas alturas, los gobiernos vasco y navarro aún no saben nada sobre la marcha del estudio. Y eso que, según fuentes del Ejecutivo de Vitoria, debería estar terminado para el próximo otoño. A comienzos de junio se reunieron el consejero vasco de Transportes, Iñaki Arriola, y su homólogo navarro en aquel momento -antes de la crisis institucional en el Ejecutivo foral-, el también socialista Anai Astiz, para tratar el asunto. Resolvieron «urgir al Ministerio de Fomento a que presente los estudios informativos y se implique activamente en esta conexión». El interés del asunto, además del evidente, es saber si finalmente Madrid asume la propuesta de los gobiernos autonómicos y conecta el nuevo corredor navarro con la 'Y' vasca en Ezkio-Itsaso, punto donde ya han empezado las obras y se proyecta una estación. Las cosas cambiarían si los planes de Fomento son otros.

Prioridades de Fomento

¿Es realista pensar en afrontar una obra de esta magnitud en la situación económica actual y con unas perspectivas de futuro que, como poco, son deprimentes? Nadie se atreve a responder. Lo que el Ejecutivo central ha hecho en los últimos Presupuestos del Estado ha sido apostar por las grandes obras que están en un avanzado estado de ejecución -por ejemplo, la 'Y' vasca, que a mediados de junio recibió un nuevo espaldarazo al recibir un crédito de 500 millones del Banco Europeo de Inversiones- y relegar proyectos en ciernes. Desde esta perspectiva, no parece que haya muchas posibilidades de que, a corto plazo, se activen los trabajos en esta conexión vasco-navarra.

Pero desde Pamplona hacia el sur las cosas en este corredor ferroviario están algo más avanzadas. Aunque no mucho. Los proyectos de seis tramos en la comunidad foral están en redacción, el de otro está finalizado -el Esquiroz-Zuasti, que rodea la capital-, hay un segmento en construcción -Cadreita-Villafranca- y otro está en licitación y a punto de adjudicarse -Castejón-Cadreita, cuyas obras está previsto que arranquen en agosto-. Estos dos últimos, los más adelantados, tienen una longitud total de 14,8 kilómetros y el plan del Ejecutivo navarro es que estén finalizados en marzo del año 2014.

La construcción de lo que en la comunidad foral llaman TAP (tren de altas prestaciones) es pagado por el Estado, pero gestionado por el Gobierno autonómico. Al menos, en parte. Es decir, tiene un modelo de gestión igual que el ramal guipuzcoano de la 'Y' vasca. El problema es que, ahora, el acuerdo entre ambos Ejecutivos se circunscribe a cinco tramos, los que están más adelantados. Y eso, a juicio de los dirigentes forales, no tiene mucho sentido porque impide hacer un planeamiento global del corredor. Por eso, Navarra ha propuesto a Fomento que contemple el eje navarro en su conjunto, desde Castejón a la 'Y' vasca, y que todo el recorrido tenga un modelo de gestión homogéneo.

Para el año 2019

Todo esto no tendría ningún sentido si las vías que discurren por Navarra no se uniesen a la red global de alta velocidad. En concreto, el corredor debe bajar hasta Zaragoza, donde conectará con el eje Madrid-Barcelona. La conexión con Aragón se divide en dos subtramos. El primero, Zaragoza-Tudela está en fase de redacción de los proyectos constructivos. Y llevan tiempo: Fomento los contrató en 2008, según informa el Gobierno foral. El pronóstico es que las obras arranquen en 2014 y estén terminadas para 2017. El otro subtramo para la conexión aragonesa es el Tudela-Castejón, que aún está en fase de estudio informativo. En el calendario del Gobierno navarro se apunta a un inicio de los trabajos en 2016 y una puesta en servicio para el aún lejano 2019.

Cuando esto ocurra -muchos tacharán de ingenuo el solo hecho de plantear esta posibilidad en la situación actual- al fin podrá viajarse por alta velocidad ferroviaria desde cualquier capital vasca hasta Pamplona, Zaragoza y, de ahí, a Barcelona.

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