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CRISTINA LIMIA
Sábado, 25 de agosto 2012, 03:16
El barrio de San Juan ha sido el último blanco de la avispa asiática, que se dejó ver por primera vez durante el verano del año pasado en Legazpi. Esta especie, declarada «invasora» por el Gobierno Vasco, especialmente dañina para la abeja local y cuya picadura es siete veces más potente que la de una abeja para los humanos, ha creado varios nidos durante este mes en dos chalets del barrio. El primero fue detectado en el número 12 a comienzos de agosto, cuando los propios habitantes de la casa dieron la voz de alarma a la Policía Municipal. Allí las avispas habían creado un nido debajo de una cornisa del tejado. «Era del tamaño de una pelota pequeña, de unos 10 centímetros de diámetro», explica Patxi Imaz, apicultor legazpiarra y vicepresidente de la Asociación de Apicultores de Gipuzkoa, que hace el seguimiento de esta especie invasora en el Goierri junto al urretxuarra Xabier Lizarazu. «Desde las instituciones se ha establecido un protocolo de actuación ante la avispa asiática, que funciona a través del 112, todas aquellas personas que se encuentren ante un nido o plaga deben llamar inmediatamente a este número de teléfono y los bomberos acudirán para exterminarla», informa Imaz. Fueron los mismos forestales quienes, haciendo uso de un camión autoescala, accedieron al nido que se había formado en el chalet número 12 de San Juan y lo destruyeron. «Pero el caso no quedó zanjado, ya que al día siguiente fue descubierto un segundo grupo de avispas que estaba a punto de anidar en una ventana del citado chalet», explica Imaz. «Tuvimos que esperar un par de días hasta que crearan los cimientos del nido, con el fin de poder atraparlas allí a todas juntas y así se hizo, nuevamente a través de los bomberos», relata el apicultor legazpiarra.
El tercer y último foco de avispas fue localizado muy cerca de allí, en el chalet número 7 de San Juan situado justo detrás. «El nido era bastante más grande que los otros, de unos 25 centímetros de diámetro y se encontraba en el pórtico de entrada de la casa», detalla Imaz. «Fue exterminado nuevamente por los bomberos, tomando las máximas medidas de seguridad y eficacia, dos personas con vestimenta de protección especial para las avispas abordaron el enjambre, cortándolo de cuajo y metiéndolo directamente dentro de un saco, por el cual se introdujo un tubito a través del que fueron impregnadas con insecticida, murieron en cuestión de segundos», cuenta el apicultor.
«Ante un caso de avispas asiáticas es fundamental activar cuanto antes el protocolo establecido», apunta Patxi Imaz. Si alguien se encuentra ante esta situación, es crucial que no actúe por su propia cuenta, sino que llame cuanto antes al 112 para que desde el mismo se puedan tomar las medidas oportunas. Y es que la avispa asiática, también conocida como Vespa Velutina, es una especie depredadora que se alimenta de casi todo tipo de insectos, nutriéndose especialmente de la abeja local. También puede ser muy dañina con los humanos. «No ataca por naturaleza, pero si se siente amenazada puede ser muy agresiva», relata Patxi. Ocasiona mordeduras más que picaduras, resultando siete veces más potentes y dolorosas que las de las abejas.
Esta especie se ha convertido en la pesadilla de los apicultores locales que, desde el año pasado aúnan esfuerzos para erradicar su expansión por la zona. «Es una avispa que procede de China, se piensa que entró a Europa por Normandia con algún cargamento de leña, fue conquistando toda Francia, entró por la frontera a Irun y va extendiéndose por nuestra zona siendo cada vez más los casos», explica el apicultor legazpirra.
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