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MARIAN GONZALEZ
Sábado, 8 de septiembre 2012, 03:14
«Mi padre nunca fue creyente pero creía en la Virgen de Arantzazu». Estas palabras pronunciadas por Rodrigo Muñoz, hijo de Lucio Muñoz (uno de los apóstoles artísticos de la Basílica) poco después de su muerte, tienen hoy especial relevancia.
Primero porque Arantzazu celebra mañana su día grande, una jornada llena de tradición, pero sobre todo de devoción a la virgen del espino, y segundo porque el próximo sábado, día 15, Arantzazuko Adiskideak y la Fundación Arantzazu Gaur van a homenajear al pintor madrileño aprovechando la conmemoración del 50 aniversario de la ejecución del ábside de la Basílica, que ha sido llamado por algunos la Capilla Sixtina del siglo XX.
Nada más entrar al santuario mariano, que mañana vivirá su jornada más multitudinaria, y hoy a las 13.00 horas acoge el estreno musical de la misa 'Ioannes Paulus II', llama la atención la decoración de madera del ábside. No tiene ni platas ni dorados, solo madera, más acorde con el entorno natural que rodea el templo. Y es que según confesó en más de una ocasión el genial artista cuando llegó a Arantzazu, un día nublado, «aquel paisaje exterior me emocionó».
Homenaje a Muñoz
Tanto es así que para muchos el retablo del Santuario, de casi 600 metros cuadrados, inaugurado el 28 de octubre de 1962, es la obra cumbre de uno de los máximos exponentes del informalismo.
El acto de homenaje del próximo sábado contará con la presencia de los artistas Julio López Hernández y Antonio López, además de con Rodrigo Muñoz.
La presentación del programa tendrá lugar el próximo martes en Donostia, pero ya podemos adelantar que habrá una mesa redonda, un certamen de pintura al aire libre, y música entre otras actividades para recordar la inmortal obra, un mural que como la mayoría de la vanguardista propuesta del santuario, suscitó controversia al plantear un debate en el seno del convento debido a su decisión de despojar a la Virgen del vestido que le cubría y de sustituir el camarín que le arropaba desde hace siglos. La propuesta de Muñoz caló. La virgen fue despojada de los mantos y joyas que apenas dejaban a la vista la cabeza de la Virgen y su mano sosteniendo la bola, y la cabecita del niño Jesús .
Peregrinación y autobuses
Mañana cientos de fieles acudirán a visitarla aprovechando la jornada festiva, algunos a pie en peregrinación, siguiendo una tradición secular, y otros muchos en autobuses y coches particulares. Para los que piensen hacer lo último conviene recordar que la carretera a Arantzazu se cortará a la altura de Zahor en cuanto se llenen los parkings de Arantzazu.
El Ayuntamiento invita a utilizar el transporte público y ha reforzado la línea dominical. De 7.30 a 9.30 habrá autocares cada media hora, de 9.30 a 13.30 cada 15 minutos y de 13.30 a 20.30 cada 30 minutos. Además habrá dos líneas. La primera con el recorrido Olakua, Kalegoiena, Benedictinas, Arantzazu y viceversa; y la segunda con el trayecto estación de Correos- Benedictinas-Arantzazu.
En cuanto a la peregrinación, la parroquia ha hecho un llamamiento a la participación. Los primeros miembros de la comitiva partirán desde la Parroquia de San Miguel a las siete de la mañana. Los más madrugadores se reunirán con el grueso de los caminantes y los franciscanos a las ocho, en Zapata, para ascender juntos en oración hasta el Santuario. La misa mayor dará comienzo al mediodía, presidida por el obispo José Ignacio Munilla. No habrá ningún acto protocolario en el exterior de la Basílica.
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