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OSKAR L. BELATEGUI
Jueves, 15 de noviembre 2012, 12:38
Un tsunami con agua a 29,3 grados. Esa era la temperatura de los 12 millones de litros del tanque de la Ciudad de la Luz, donde Naomi Watts trataba de aferrarse a un árbol mientras era arrastrada por la corriente. Solo hay un plató acuático en el mundo tan grande como el de los estudios alicantinos: el de la Fox en Rosarito (Baja California), donde James Cameron filmó 'Titanic'. El equipo de 'Lo imposible' no solo tuvo que calentar, purificar y tintar el agua con colorante alimenticio. Necesitaba una corriente tan potente que empleó 36 bombas capaces de remover 900.000 litros por segundo. Si no se ataba a los actores aparecían en el otro extremo del tanque.
Dos años después del rodaje, la Ciudad de la Luz está en bancarrota y la película de Juan Antonio Bayona lleva cinco semanas consecutivas liderando la taquilla. Sus más de cinco millones de espectadores convierten en fenómeno sociológico un filme cuyos secretos se revelan ahora en un monumental libro escrito por Desirée de Fez (Editorial Norma, 29 euros). La película del año es también un colosal esfuerzo de producción de un equipo técnico y artístico español sin nada que envidiar al cine americano. Con los 30 millones de euros de presupuesto (amortizados antes del estreno con las ventas internacionales) en Hollywood no sabrían ni por dónde empezar.
El libro de 'Lo imposible' detalla a lo largo de 350 páginas todo el proceso de rodaje de un filme que tuvo dos centros de producción, Madrid y Barcelona. En Alicante se rodaron las partes más técnicas -la riada y la ola- mientras en Tailandia se reconstruyeron los exteriores arrasados, el 'resort' donde la familia pasa sus vacaciones, la estación de autobuses y el hospital.
Naomi Watts con bronquitis
El equipo se encontró con tantos problemas en el país asiático que solía bromear diciendo que 'Lo imposible' era su particular 'Apocalypse Now'. Los dos primeros meses no paró de llover. El tiempo era tan malo que llamaban a Mario Picazo, el meteorólogo de Tele 5, para preguntarle a diario el pronóstico. Tailandia es un país pacífico, pero por poco vive una guerra civil durante la preparación del proyecto. 500 personas de trece nacionalidades se entregaron para recrear de la manera más realista posible el tsunami que asoló las costas de Indonesia en 2004.
El mandato de Bayona era huir del exceso de efectos especiales en busca de la verosimilitud. Primar el agua real sobre la digital, mucho más cara. Pau Costa y Félix Bergés suman nueve Goyas por sus proezas en títulos como 'La comunidad' y 'La gran aventura de Mortadelo y Filemón'. Sabedores de que ningún software puede todavía recrear el comportamiento imprevisible de los fluidos, decidieron que los actores deberían pasar diez horas al día caladitos.
Los técnicos salieron al océano para medir olas y construyeron simulaciones en tanques. Una maqueta gigante reprodujo el Orchid Beach Resort original. En algunas tomas aparecen los actores y en otras especialistas. Cuando el tsunami sorprende a Ewan Mcgregor en la piscina con sus hijos, el agua procede de un gran depósito móvil. Naomi Watts atraviesa una vidriera de cristal preparada por el equipo de efectos especiales.
Hay un total de 600 planos trabajados en posproducción, como las panorámicas aéreas de grandes extensiones devastadas por la riada. En cambio, todas las escenas en el hotel se rodaron en el verdadero Orchid Beach Resort de Khao Lak, donde la española María Belón vivió la epopeya en que se basa 'Lo imposible'. Una ley promulgada tras el tsunami impide la construcción de bungalows a pie de playa, así que hubo que reconstruir parte del establecimiento para después sembrarlo de escombros, coches y barcos destrozados. El hospital también se reprodujo en escenarios reales.
Encajar la luz de los planos tomados en Tailandia con los filmados en Alicante llevó al director de fotografía, Oscar Faura, a rodar en Asia en diciembre y en España en junio para igualar la altura del sol. Naomi Watts empezó a tener problemas de estómago por la gran cantidad de agua que tragaba cada día y cogió una bronquitis. Algunos de los golpes de su cuerpo exigían tal violencia que ni siquiera se pudo recurrir a especialistas y hubo que emplear un muñeco o 'dummy'.
El sonido también es crucial en una película que sumerge tanto al espectador que ha provocado desmayos en sus proyecciones. El montador de sonido, Oriol Tarragó, es un viejo compañero de Bayona en la ESCAC, la Escuela de Cine de Cataluña. Que los protagonistas fueran en bañador no facilitaba las cosas a la hora de colocar micrófonos. 'Lo imposible' es el primer largometraje mezclado en Imm Sound, un sistema en 3D desarrollado en Barcelona que garantiza la reproducción del sonido en cualquier punto de una sala de cine.
«¿De qué va en realidad 'Lo imposible'?», se pregunta la productora Belén Atienza en el libro. «Después de cuatro años, probablemente cada uno tenga su propia respuesta, pero dudo de que se pueda poner en palabras». Atienza escuchó un día en la radio a María Belón sin saber que esa mañana empezaba la mayor y más exitosa aventura del cine español. Su suerte, contar con una cadena, Tele 5, que confió en el talento y corazón de Juan Antonio Bayona. Como profetizó Paolo Vasile: «Hemos empezado este camino con Jota, y si él se ha resistido a las sirenas de Hollywood, nosotros le daremos la libertad y las herramientas para contar lo que tiene en la cabeza».
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