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'Badu, Bada' recupera la memoria del euskera para hablar de su futuro
EXPOSICIÓN

'Badu, Bada' recupera la memoria del euskera para hablar de su futuro

La exposición del Museo San Telmo está abierta a la contribución de los visitantes. Se inaugura esta tarde, se podrá visitar hasta el 17 de febrero y cuenta con un extenso programa de actividades

TERESA FLAÑO

Viernes, 16 de noviembre 2012, 08:28

La frase de Koldo Mitxelena «el verdadero misterio del euskera es su pervivencia, no su origen» es el eje de la exposición 'Badu, Bada' que presenta a la lengua vasca como ejemplo práctico de muchos interrogantes sobre la diversidad lingüística y la convivencia entre las lenguas en el seno de una misma comunidad.

El comisario de la muestra es Joxean Muñoz que ayer explicaba que «es una exposición sobre el euskera, está pensada desde el euskera, implicada con la pervivencia del euskera, pero no está dedicada solo a la gente que habla euskera. Por eso esta exposición habla cuatro idiomas -además del euskera, castellano, inglés y francés-. Queríamos animar a quienes no son euskaldunes a que vengan a verla visitarla para informarse, para disfrutar y para participar en una reflexión y en una conversación, que hay que renovar e impulsar, sobre uno de los patrimonios inmateriales más importantes que tenemos en esta sociedad, la lengua. Porque no solo es un patrimonio que tengamos nosotros. Aquí se puede ver que en Europa hay muchas lenguas pequeñas que han vivido, sufrido o sufren todavía procesos de minorización. Hay muchos euskeras en el mundo, mucha gente dedicada a cuestiones lingüísticas convencida que la diversidad es una de las riquezas fundamentales de la humanidad».

Muñoz también señaló que «nos dirigimos a todo el mundo porque pensamos que a todos puede interesar la experiencia de una lengua minoritaria como la nuestra que ha pasado de una situación de casi muerte segura a una de recuperación, pero a la que todavía hay que impulsar. Es necesario implicarse».

El comisario explicó la razón del nombre de la exposición. «El título, 'Badu, Bada' está compuesto por dos verbos. Por un lado una afirmación. Badu es 'ya tiene', es la afirmación, es que sí tiene muchas cosas para sobrevivir. Bada es que sí es muchas de las cosas que cualquier lengua necesita para seguir siendo contemporánea, para tener futuro. Pero al mismo tiempo badu y bada son también condicionales. Si tiene y si es una lista de cuestiones necesarias para su pervivencia que buscamos. Queremos mostrar los condicionamientos en lo que hay que seguir trabajando».

Diez espacios

La exposición cuenta con diez espacios en los que predomina la incitación a la participación del visitante, a que se implique porque lo que se busca es que sea un espacio cambiante donde se puede hablar, escribir y, sobre todo, opinar. todo ello para que crezca y se enriquezca.

El recorrido comienza con el apartado denominado 'Voces' que muestra la lengua como algo intangible formado por sonidos que adquieren significado en el seno de una comunidad. Después se pasa a los 'Códigos', con distintos alfabetos que codifican los sonidos y que son necesarios para transmitir. A continuación se incide en el 'Idioma vivo' como un elemento necesario para comunicarse y para sentirse miembro de una comunidad. También se pregunta las condiciones que debe reunir una lengua para pervivir.

El paseo continúa por 'El euskera en un mundo multilingüe'. Con el techo cubierto por decenas de bolas de colores, por cada uno de los 64 idiomas que hay en Europa, aparece una en rojo iluminada, es la representación del euskera, considerado un caso único en el mundo y donde se recuerda que en el planeta hay alrededor de 200 estados y 6.000 idiomas, de forma que el mapa de las lenguas y el de los estados no coinciden.

'En la pervivencia del euskera' se destaca que todos los idiomas provienen de otros anteriores; sin embargo, el origen del euskera es desconocido. Se trata del único testigo de la pervivencia de las antiguas lenguas en el continente anteriores a la llegada de las indoeuropeas 4.400 años a. C.

En la sexta estancia, que lleva por nombre 'El pueblo del euskera' se va penetrando en el aspecto más social. Además de las cifras sobre el número de vascoparlantes y su distribución por territorios, se recuerda la necesidad de que exista una comunidad para poder vivir la lengua porque «la cantidad de hablantes de un idioma no asegura su uso porque si no hay comunidad no hay comunicación». Muñoz puso como ejemplo Bilbao y Azpeitia donde el número de euskaldunes es el mismo, pero su penetración muy distinta.

La exposición que comienza con una estética minimalista va tomando contundencia a medida que se avanza por ella. En 'Usar, amar, aprender, enseñar' se entra en una especie de ciudad. Se pasea por ella para recordar la necesidad que tiene una lengua de ser utilizada en la vida cotidiana para mantenerse en el tiempo y se llama a mantener ese esfuerzo colectivo en el que han tenido un papel fundamental, sobre todo hace treinta años, los euskaltegis. 'Badu, Bada' quiere recoger fotos de esa época.

Muñoz recordó un hecho muy habitual. «Los chavales estudian en euskera pero en su tiempo de ocio emplean el castellano. Hay que cambiar eso». Lo mismo sucede con las redes sociales donde la lengua vasca tiene poca presencia. Y para mostrar cómo se puede disfrutar del euskera se ha habilitado la sala 'Disfrutar, jugar' donde se podrá ver teatro, leer, escuchar la radio o ver una película.

En la exposición también hay espacio para la reflexión y el debate en 'La convivencia de las lenguas'. La despedida corre a cargo de una selección de bertsos realizada por Maialen Lujanbio.

Prolongación

Pero 'Badu Bada' no es solo una exposición, también es badubada.com, porque la muestra también se va a poder disfrutar en la red, y Badubadatzen es un intenso programa de actividades. La exposición es una experiencia física con el recorrido por los contenidos de los espacios de San Telmo, pero también es virtual porque todo lo que va a ocurrir en el museo se va a trasladar a la web y es una experiencia social porque va a haber muchas actividades para que cada uno pueda vivir la exposición a su manera, incidiendo en las cosas que más le preocupan. Con todo ello «esperemos que en febrero, cuando esté a punto de finalizar, sea algo totalmente distinto y que por ejemplo badubada.com no tenga nada que ver con lo que es hoy», señaló Muñoz.

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