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AINHOA CALLEJA
Viernes, 21 de diciembre 2012, 09:08
Finlandia, el país de la luz boreal, de la nieve y de los mil y un lagos. poco tiene que ver en principio con Euskal Herria. Ni siquiera su blanco Papa Noel se acerca a nuestro ceniciento Olentzero, pero hay algo que comparten ambos pueblos: sus habitantes son los únicos en Europa que se comunican a través de una lengua no indoeuropea de uso minoritario.
Un diccionario de traducción entre ambas lenguas parece no tener una gran utilidad, pero ha sido el objetivo de los últimos doce años de la Asociación Suomitar de Donostia, que fomenta las relaciones entre Finladia y Euskal Herria. Y vaya si tiene utilidad y valor para sus miembros. Suomitar Elkartea está compuesta por una docena de socios. Entre ellos se han creado parejas que ahora tienen hijos, y gracias a este pequeño diccionario, el castellano y el inglés han dejado de ser las lenguas de traducción entre ambos idiomas.
«Sin pretensión académica»
Para la presentación del diccionario euskera-suomi/suomi-euskera se eligió el Txoko de Antxon Bandrés de Tolosa, un rincón de la villa papelera muy especial para los amantes de los viajes y la aventura. Fue el lugar idóneo para que tres de los socios de Suomitar Elkartea, Joseba Ossa, Mia Rissanen y Xila Pihlström, contasen las mil y una aventuras que les ligaron con aquel país y a los finlandeses con el nuestro, así como el proceso de creación del diccionario.
«Se trata de un diccionario pequeño, sencillo, sin pretensiones académicas, con cerca de 8.700 entradas, pero de carácter eminentemente práctico», indicó Joseba Ossa. «Cuando fundamos la asociación en el año 2000 - añadió Xila Pihlström- nuestro principal objetivo se centraba en el intercambio cultural, pero enseguida nos dimos cuenta de la necesidad de un diccionario de traducción entre ambas lenguas». Y no es que hayan tardado doce años en elaborarlo. «Ha habido años que lo hemos dejado aparcado, pero nos pusimos como fecha límite el año 2012», explicó la finlandesa.
Han sido los propios socios los encargados de elaborar el diccionario, aunque reconocen haber contado con la ayuda de un amigo filólogo, experto en fonética. Se han encontrado con palabras de difícil traducción y a veces un solo término les llevaba a conversar durante horas, porque ¿cómo traducir palabras como 'jatorra' o 'talo'?
Lo mismo ocurría con otros términos fineses. Una gran ayuda la encontraron en un buen amigo, amante de la naturaleza que viajó a Finlandia y aprendió todos los nombres de los animales, peces y plantas. «Es algo muy valioso para los finlandeses, que apreciamos mucho la naturaleza», expresaba Mia Rissanen.
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