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Obreros excavando el paso soterrado que cruzará la carretera de Oñati, a altura de Magdalena. :: OLIDEN
El bidegorri Arrasate-Oñati, para mayo
ARRASATE-MONDRAGÓN

El bidegorri Arrasate-Oñati, para mayo

La Diputación Foral invertirá 3,29 millones en esta infraestructura que recibe el elogio de los usuarios

:: KEPA OLIDEN

Domingo, 24 de febrero 2013, 14:47

Construir y acondicionar un bidegorri no sale barato. No al menos en el Alto Deba, donde una intrincada orografía y una red viaria tortuosa y atestada se confabulan para complicar y encarecer cualquier infraestructura no motorizada. Descontando los túneles y puentes 'heredados' de la antigua plataforma ferroviaria del Vasco-Navarro, los 8,3 kilómetros del bidegorri que en mayo unirá Arrasate con Oñati salen a casi 400.000 euros cada uno. La construcción de sendos pasos soterrados para cruzar la carretera en Magdalena (Oñati) y en San Prudencio, el voladizo añadido al puente de Zubillaga, la impermeabilización de los túneles, la iluminación, asfaltado, pintura, vallado. elevan la factura de esta vía verde a 3.290.000 euros. Un dinero «sin duda bien invertido» en opinión de los numerosos peatones y ciclistas que frecuentan los tramos ya abiertos al tránsito. La ciudadanía debagoiendarra comparte el convencimiento de que «ya era hora de que nos hicieran este bidegorri».

Será en mayo, salvo imprevistos, cuando el Departamento Foral de Carreteras dará por finalizadas las obras y abrirá al público los 8,3 kilómetros del bidegorri entre Arrasate y Oñati. Una infraestructura largamente demandada y que articulará por fin las comunicaciones no motorizadas en torno al eje de San Prudencio. Un enclave cuyo intenso tráfico se sorteará mediante un paso soterrado. A partir de mayo, Arrasate, Oñati y Bergara quedarán así interconectados dentro una red de vías verdes que se extenderá desde Eskoriatza hasta Soraluze. Peatones, ciclistas y automovilistas aguardan con impaciencia la conclusión de las obras en curso entre San Prudencio y Magdalena. Los dos primeros colectivos para utilizar de la nueva vía verde que se abre para ellos, y los conductores para librarse de las molestias derivadas de las obras. Porque la construcción los pasos soterrados de San Prudencio y Magdalena entorpece inevitablemente la circulación. En el semáforo que regula el paso alternativo en Magdalena se forman a las horas punta retenciones kilométrica que «llegan hasta el puente del cementerio, en sentido Oñati, y hasta la planta hormigonera de Zubillaga» atestiguaba la empleada de una gasolinera próxima.

Ferrocarril y depuradora

El nuevo bidegorri Arrasate-Oñati es hijo de 'padre' ferroviario y 'madre' depuradora. El antiguo trazado ferroviario sobre el que en buena parte discurre este bidegorri se recuperó gracias a la Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) construida en Epele. Fue la implantación de las conducciones para bombear las aguas residuales desde Zubillaga hasta Epele lo que motivó la recuperación hace dos años de este tramo de vía férrea que incluye los túneles de Barrena (Errekabaltz, de 145 metros) y San Prudencio (Minazulueta, de 165 metros). Su inapreciable pendiente media del 1,66 por ciento y su pavimento hormigonado no tardaron en atraer a numerosos paseantes y ciclistas, soslayando incluso de los cerramiento cautelares colocados en las bocas de los túneles. Su éxito de publico es tal que incluso ahora, con los túneles en obras y los operarios trabajando dentro, hay todavía quien se cuela. Así lo constataba un responsable de la obra cuando señalaba que «no es raro encontrarnos algunos lunes con que nos han cortado los alambres que sujetan las barreras de entradas a los túneles». Hay quienes se aventuran aun con los operarios trabajando dentro. «Una vez se colaron dos señoras, y continuaron adelante pese a vernos trabajar en el interior del túnel. No les dijimos nada continuamos rociando las bóvedas con hormigón. Las dos señoras salieron espantadas y llenas de salpicaduras de hormigón».

Celso, Dionisio, Olegario, Julio y Eugenio, todos ellos jubilados mondragoneses, no son tan imprudentes. En su recorrido habitual hasta San Prudencio sortean los clausurados túneles desviándose a la altura del caserío Barrena por la finca de Etxezarreta, una propiedad privada por la que, como tantos otros viandantes, cruzan para llegar a San Prudencio. Tras esta parada obligada por las obras, regresan por el mismo camino. Afirmaba Celso que «diariamente, cuando hace bueno, se observa una procesión de gente paseando hasta el túnel de Barrena». Y «cuando arreglen el bidegorri iremos hasta Zubillaga» añadía. Mientras presenciaban las obras para abrir el bidegorri soterrado de San Prudencio, Celso compartían con sus amigos la opinión de que este un dinero «bien invertido». «Más inversiones así hacían falta y no se realizaron» para salvar al viejo ferrocarril Vasco-Navarro, se lamentaba Celso. La desaparición del tren hace ahora 45 fue «un gran error y las consecuencia de la falta de inversiones para modernizar el servicio» señalaba Celso rememorando las «sacudidas que daba aquella tartana, donde hasta yendo sentado tenías agarrarte para no caer. Y por el ruido que hacía parecía que ibas a toda velocidad cuando en realidad avanzaba muy despacio».

Celso y sus compañeros de paseo se reúnen diariamente hacia las 4 de la tarde en el hogar del jubilado de Musakola. De allí parten de paseo hasta a San Prudencio, donde 'inspeccionan' durante un rato las obras en curso. Una intervención consistente en la inserción de grandes bloques hormigón prefabricado para configurar el paso subterráneo que sorteará el intenso tráfico rodado de San Prudencio.

Los trabajos se desarrollan debajo la glorieta a lo largo de la margen derecha del río Deba, en la confluencia de los términos municipales de Arrasate y Oñati. La operación se realiza de forma alternativa cortando en febrero uno y en marzo el otro carril del ramal de Oñati.

Un responsable de la obra explicaba que el paso soterrado irá «alineado con el antiguo puente ferroviario de acceso a la fábrica de Tavex». Tras desembocar en el puente y una vez cruzado éste, el viandante podrá continuar a la izquierda por la actual vía verde hacia Bergara, o girar a la derecha y continuar por el nuevo bidegorri en dirección a Zubillaga. Este tramo, perfectamente asfaltado y vallado, sigue más o menos por el antiguo trazado ferroviario hasta llegar al polígono industrial de Fanderia, en Zubillaga. Aquí, y en el vecino polígono de Osinurdin, el bidegorri discurre principalmente por la acera, que se ha reacondicionado debidamente al efecto. El tramo urbano de Zubillaga es recorrido por un bidegorri que ocupa parte de la calzada, reduciendo en 3 metros el ancho disponible para el tráfico rodado. En el caso del viejo puente sobre el río, una llamativa solución en voladizo acoge a la vía verde antes de continuar por la calzada hasta que cruza la carretera poco antes de la rotonda de Santxolopetegi. A partir de ahí el bidegorri discurre por un trazado paralelo al carril sentido San Prudencio. Pasa delante de la gasolinera, y a la altura de la capilla del Santo Cristo atraviesa la carretera mediante un segundo paso soterrado en Magdalena.

Con algunas variaciones debido a limitaciones de espacio (túneles, puentes.), el bidegorri tiene una anchura de 3,5 metros. De ellos dos metros estarán destinados al tránsito ciclista. Señalizaciones horizontales diferenciarán las vías ciclistas y las peatonales salvo en los determinados tramos compartidos como los polígonos industriales de Fanderia u Osinurdin, donde no se pintará el bidegorri. Donde no se disponga de alumbrado público se instalarán luminarias tipo LED, con puntos de luz instalados cada 35 metros a la intemperie, y cada 12 metros dentro de los túneles. Esta iluminación se activará mediante sensores de movimiento para ajustar el consumo a las necesidades reales.

La próxima inauguración del bidegorri Arrasate-Oñati, y la apertura de la conexión 'verde' entre la villa cerrajera y Bergara, brinda la posibilidad de fomentar una movilidad sostenible no exclusivamente vinculada a actividades de ocio.

Desplazamientos laborales

Con la construcción de esta infraestructura 'verde' la Diputación Foral busca promover el uso de la bicicleta como medio de transporte en los desplazamientos laborales. Trabajadores de Ulma Architectural Solutions, en Zubillaga, coincidían en augurar un «incremento en el uso de la bici para ir y venir a trabajar, al menos cuando la meteorología lo permita». Para ello incluso disponen de un pequeño aparcamiento dentro de la empresa.

José Luis, trabajador de Nemesio Zubia y ciclista federado, decía que «se tardan unos 15 minutos en llegar desde Oñati, y algo más de 20 en el viaje de regreso». Aunque confesaba que él no siempre viene en bici, se mostraba convencido que la apertura del bidegorri «sí contribuirá a incrementar» el número de usuario de bicis. Por de pronto, compañero ya le ha mostrado su intención de pedalear aprovechando la nueva infraestructura. Y tiene además otra compañera que ya lo hace «todo el año, llueva o haga sol». Pero «acabar el turno a las 10 de la noche, en pleno invierno y lloviendo, para regresar a casa en bici, no es lo que más le apetece a uno», advertía José Luis. Pese a todo, la bicicleta irá ganando terreno como medio de transporte sostenible, saludable y económico entre los trabajadores del Alto Deba.

Pero son los jubilados y los deportistas (ciclistas o corredores) quienes más partido sacarán al bidegorri. Los tramos ya abiertos, como el que va desde Oñati hasta Magdalena, reciben diariamente la visita de numerosos caminantes, corredores y ciclistas. Luis Lechuga, Jesús González y Vidal Sánchez efectúan a media mañana una ronda tranquila después de haber comenzado el día con otra caminata «más rápida». Los tres se mostraban «encantados» con una infraestructura que aúna «accesibilidad, comodidad y seguridad» y la que recurren «hasta cuando llueve». También Hilario García y su esposa Rosa Mateo son habituales de este itinerario llano que consideran «perfecto para la gente mayor».

El único peligro se deriva de la convivencia con las bicicletas, cuya circulación se «incrementará en cuanto inauguren todo el bidegorri al completo» señalaba Luis. Pero como aseguraba a este respecto el mondragonés Celso, esto tiene fácil arreglo sin peatones y ciclistas respetan sus respectivos espacios».

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