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Hasta Funes. La materia orgánica que ahora se recoge de forma selectiva en Gipuzkoa viaja en camiones hasta Funes, donde es tratada. :: ALBERTO GALDONA
Gipuzkoa exporta basura a 152 kilómetros
RESIDUOS

Gipuzkoa exporta basura a 152 kilómetros

El Consorcio de Residuos pasa de enviar materia orgánica a Itxassou y Ziordia a llevarla hasta Funes

JUANMA VELASCO jmvelasco@diariovasco.com

Lunes, 3 de junio 2013, 17:45

Gipuzkoa se ha convertido en un territorio exportador de basura. En los últimos tiempos, parten cada semana camiones y camiones cargados de residuos con destino a otros lugares donde son tratados. Durante cuatro años, entre 2008 y 2012, la basura viajó a Bizkaia para ser incinerada en Zabalgarbi. Desde el año pasado, en cambio, se exporta materia orgánica. No en vano, la creciente recogida selectiva a causa de la implantación del sistema puerta a puerta en algunas localidades y de la extensión del quinto contenedor en otras, ha generado toneladas y toneladas de materia orgánica que las actuales infraestructuras de tratamiento no tienen capacidad de absorber.

Ante esta realidad, la solución que ha encontrado el Consorcio de Residuos de Gipuzkoa (GHK) es la de enviar la materia orgánica fuera de Gipuzkoa. Hasta ahora se trasladaba a una planta de Ziordia y a otra de Itxassou (Iparralde). Pero desde las últimas semanas se envía a Funes. A 152 kilómetros de San Sebastián. Dos horas de viaje en camión. ¿Es sostenible transportar los residuos a tanta distancia? Desde el Consorcio de Residuos explican que la planta de Funes será un destino «transitorio», hasta que se adjudique en breve «un contrato marco de homologación de plantas de compostaje y/o biometanización», que permita adjudicar el tratamiento a empresas mediante concurso, con la posibilidad de ampliar la cifra de toneladas que se envían. Visto lo visto, todo hace indicar que será necesario exportar residuos orgánicos durante los próximos años.

En la actualidad, en Gipuzkoa solo existe una planta de compostaje de materia orgánica, construida en Azpeitia durante la pasada legislatura. Es la compostadora de Lapatx, con capacidad para 3.000 toneladas al año, y ya no da más de sí. Lapatx está saturada por el aumento progresivo de la recogida de materia orgánica en el territorio, por el sistema puerta a puerta -ya en nueve municipios- y por el quinto contenedor. Prueba de ello es que en Gipuzkoa el año pasado se generó un flujo de residuos orgánicos de 8.000 toneladas, según GHK. Una cifra que, a todas luces, se verá superada este año.

Así son las cosas. Mientras por un lado se acelera la recogida selectiva de materia orgánica, por detrás todavía no se han preparado las instalaciones que se ocupen de tratar esa basura. De hecho, el plan de residuos de la Diputación gobernada por Bildu apenas ha avanzado en este sentido. El consorcio de residuos presidido por Juan Carlos Alduntzin (Bildu), solo tiene en marcha la construcción de una de las seis plantas de compostaje que se contemplan en el plan foral. Es la de Epele, en Bergara, y su apertura se prevé en la segunda mitad de 2014, según señalaron fuentes de GHK a DV. Esta planta tendrá una capacidad de entre 5.000 y 6.000 toneladas, pero su apertura no será suficiente.

Vista la progresión de la generación de residuos orgánicos -Irun y Eibar empiezan con el quinto contenedor y Donostia lo hará el año que viene-, todo hace indicar que será necesario seguir exportando residuos orgánicos fuera de Gipuzkoa durante los próximos años.

El plan foral, que descarta la incineradora, incluye además la construcción de una planta de biometanización -esta sí sería capaz de tratar hasta 50.000 toneladas de residuos orgánicos- y otras tres de tratamiento mecánico-biológico. Mientras, los vertederos de Gipuzkoa están a punto de colmatarse.

A Iparralde y Navarra

De momento, Gipuzkoa no es capaz de tratar todos los residuos orgánicos recogidos en Gipuzkoa. Ante esta realidad, el Consorcio de Residuos decidió el año pasado comenzar a enviar desde marzo la materia a la localidad vascofrancesa de Itxassou, a 67 kilómetros de Donostia. Se adjudicó un contrato de 60.000 euros para gestionar 900 toneladas de biorresiduo para su compostaje. El contrato expiró en febrero de este año.

La planta de Itxassou no era suficiente para dar salida a los residuos orgánicos y se buscó paralelamente otro destino. El Consorcio sacó a concurso un contrato para dar salida a otras 6.000 toneladas. En un principio, el concurso fue ganado por la empresa Cespa Conten, con el objetivo de llevar los residuos a plantas de Burgos, Soria y Segovia. Finalmente, el transporte no se llevó a cabo por las pegas que puso la Junta de Castilla y León. Surgió la alternativa de la planta en Ziordia de la empresa Aralur -a 71 kilómetros de Donostia- a quien GHK adjudicó un contrato por 192.999 euros y un periodo de dos años. La planta de Ziordia se ha ocupado de recibir materia previamente preprocesada en Lapatx para transformarla en sustratos para jardinería y agricultura.

Mientras recibía camiones de Gipuzkoa -los primeros llegaron en mayo-, se dio la circunstancia de que el Gobierno de Navarra abrió un expediente a la empresa por almacenar supuestamente en condiciones no adecuadas el material orgánico procedente de Gipuzkoa. El expediente sigue abierto, según confirmaron a DV fuentes del Gobierno de Navarra.

Como quiera que la cantidad de biorresiduos que llegaron a Ziordia hn sido más de la esperada, los 192.999 euros del contrato se han agotado en un año tras recibir 6.500 toneladas. La empresa dejó de recibir residuos orgánicos de Gipuzkoa en las últimas semanas, según GHK.

Era necesario buscar otro destino a la materia orgánica de forma urgente. Pero la solución se ha ido a 152 kilómetros de distancia de Donostia. En las últimas semanas, el Consorcio ha firmado un contrato por 18.000 euros -lo que no implica concurso- con la empresa Tecnología Industrial del Reciclaje IB, con sede en Funes, para el tratamiento de los biorresiduos (no se incluye el transporte).

Según explican en GHK, se trata de una medida «transitoria», hasta que se adjudique en breve «un contrato marco de homologación de plantas de compostaje y/o biometanización», que permita adjudicar el tratamiento a empresas mediante concurso, con la posibilidad de ampliar la cifra de toneladas que se envían, lo que evitará el baile de destinos de estos meses. Se puede dar el caso de que sea la planta de Funes la que se adjudique el servicio a largo plazo.

Falta de infraestructuras

Mientras los residuos viajan fuera de Gipuzkoa para ser tratados por falta de infraestructuras aquí, existen distintas interpretaciones de las razones que han provocado esta situación. Según GHK, «la pasada legislatura no se impulsó eficazmente la construcción de las infraestructuras para la valorización de biorresiduos, sino que se focalizaron todos los esfuerzos en la construcción de la incineradora de Zubieta».

En este sentido, recuerdan que cuando se construyó la planta de compostaje de Lapatx «se preveía una capacidad de tratamiento mínima de 5.000 toneladas anuales, pero la realidad es que la capacidad de la planta no llega a 3.000 toneladas».

Denis Itxaso, secretario de Medio Ambiente del PSE, tiene otra visión. «Desde que Bildu llegó al Gobierno foral no ha construido ninguna planta nueva de compostaje y la de Bergara lleva un retraso tremendo. Además, el impacto de transportar la materia orgánica fuera de Gipuzkoa es alto. Sin plantas de tratamiento aquí, el balance ambiental de la recogida selectiva está en duda», señala Itxaso.

Por su parte, Carlos Ormazabal (PNV), exdiputado de Medio Ambiente, asegura que Bildu «ha empezado la casa por el tejado, porque ha empezado a hacer una especial incidencia en la recogida de materia orgánica cuando no hay plantas para su tratamiento».

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