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BENITO URRABURU
Jueves, 6 de junio 2013, 09:52
Dicen que el tiempo lo cura todo. Falso. Hay heridas que nunca se terminan de cerrar, momentos que nunca se acaban de olvidar, situaciones que se mantienen toda la vida anidando en algún lugar del cerebro. El pasado jueves se cumplieron siete años del inicio de la Operación Puerto con las detenciones de Manuel Saiz, Eufemiano Fuentes y José Luis Merino Batres. Una fecha en el olvido salvo para quienes han vivido una pesadilla que ha acabado con la absolución del juez en el caso del técnico cántabro.
-¿Cómo está Manuel Saiz después de ser absuelto por la jueza?-Tranquilo, con la preocupación lógica por el futuro, como todo el mundo, con las inseguridades que me ha generado todo este asunto. Soy una persona más insegura que antes. Tienes los conocimientos que tenías, claro, pero necesitas recuperar las ganas e ilusión de toda la vida.
-¿Puede dormir tranquilo?-Debería de dormir tranquilo, pero desde entonces no duermo bien. Antes de todo lo que pasó yo me metía a la cama a las 11 de la noche y dormía de un tirón. Ahora no, tengo sueños, pesadillas. Desde que pasó todo siempre me ha costado dormir. Me despierto por las noches. Igual es normal. ¡Tengo ya 53 años! y todo lo que me ha pasado influye. Estuve acostumbrado a estar muy arriba en mi mundo y yo manejaba las situaciones, controlaba las circunstancias. Ahora las circunstancias te controlan a ti. De ahí nacen las inseguridades que tengo.
-¿Qué está haciendo, en que trabaja?-Nada, no hago nada. Las inseguridades que tengo me impiden llamar a mucha gente. Preparo proyectos, me exijo yo mismo el preparar entrenamientos, aunque sean ficticios. Trato de tener la mente despierta lo máximo posible.
-¿Cómo ve todo lo que le ha pasado, finalmente para nada, siete años después?-Lo sigo viendo igual que lo veía entonces. Primero, la realidad de lo que había y segundo, lo que intentaron otros que fuese la realidad. Esos que lo intentaron se convirtieron en seres autoritarios. Lo que buscaban es que ni se cumpliese la ley, para conseguir sus objetivos. En el fondo, esas mismas personas te están haciendo a ti bueno, por mucho que les fastidie. En la vida hay que saber también perder, como en el deporte y hay gente a la que no le gusta perder.
-¿Y usted, se considera un perdedor?- (Medita la respuesta). Sí. He conocido las dos caras de la vida. Lo tuve todo y ahora se puede decir que he fracasado con los negocios (tiene su bar restaurante cerrado y no es probable que lo vuelva a abrir), también a nivel familiar, salvo que tengo dos hijos maravillosos.
- La justicia, la jueza, por fin, le ha dado la razón, eso es una victoria.-Hay un error en eso que dice usted. Es la cuarta vez que un juez dice que no había caso. El juez instructor, Antonio Serrano, lo dijo en tres ocasiones.
-¿Entonces, por qué se ha alargado tanto todo el proceso?-Porque ha habido interés en que esto se alargue. La Audiencia Provincial de Madrid llegó a decir que aunque no había delito, pasaba a juicio oral. En mi caso ha quedado claro que no hubo delito. Cuatro veces han dicho los jueces eso.
-¿Es consciente que usted, hace siete años, generaba animadversión en ciertas personas y estamentos deportivos?-Esas personas y esos entes son las que han querido mantener viva esta historia, en mi caso, para sacar provecho de ello.
-¿Tiene intención de hablar un día con claridad de todo lo que ha pasado?-Tengo ganas de olvidarlo todo. Una editorial me ha ofrecido escribir un libro. Todavía no les he contestado. No sé lo que haré.
-Siempre ha hablado de tres o cuatro personas que le vendieron de forma miserable, entre ellas una de Euskadi.-Sí. Me reservo sus nombres, pero a una de ellas, a la de Euskadi ya le dije a la cara lo que tenía que decirle. Son gente que no merece la pena. La vida también le ha pasado factura a alguna de ellas. Yo les llamo a esas personas los innombrables. Fueron enemigos a los que Pablo (Pablo Anton, mánager del equipo) y yo les ayudamos mucho en su momento. Se olvidaron de todo, se vendieron, y una persona no se puede vender a cualquier precio. Olvidar no olvido, lo aparco.
-¿Suele mirar hacia atrás en su vida?-No quiero mirar hacia atrás, pero si mirase seguro que no haría cosas que hice. Lo que has vivido te ha enriquecido a nivel personal. Quiero pensar en los buenos momentos que he vivido, también en los malos, pero sobre todo mirar hacia delante, hacia el futuro.
- Un juicio supone mucho dinero. ¿Económicamente, cual es su situación?-Todo el colchón económico que tenía ha desaparecido. Entre el juicio y lo que he perdido en el negocio no me queda nada.
- Uno de sus excorredores, Laurent Jalabert, ha dicho en el Senado francés que él nunca tuvo la impresión de que en la ONCE hubiese ningún tipo de dopaje, ni tampoco que los médicos hiciesen nada por su cuenta.-La mejor respuesta a esa cuestión es la siguiente: si tú crees en los controles antidopaje y has pasado 500 o 600 como Jalabert a lo largo de su carrera sobra la pregunta. Si Jalabert hubiese dicho otra cosa, no se preocupe que ya nos hubiéramos enterado. Habría salido en titulares en todos los periódicos. Lo importante es que se recupere de la caída que tuvo. Por poco se mata.
-¿Piensa en volver al mundo del ciclismo? ¿Cree que le van a dejar volver?-Es un reto, pero soy consciente de que con 53 años no tienes el arranque que podía tener cuando empecé. Tengo que encaminar mi vida profesional. También es un reto demostrar que sabía hacer las cosas. El ciclismo es mi profesión, mi vida. Intentaré volver, aunque tengo dudas. Si no vuelvo sería porque he fracasado. Mi intención es volver.
-¿Y si no le dejan?-Sería un error que no me dejasen. Sé que fui incómodo en su momento con la UCI, con el Consejo de Ciclismo Profesional. Me enfrenté al Tour para defender los derechos de los equipos y que nos permitiesen llevar nuestros bidones, nuestros coches, para que se nos tratase dignamente, lo que no quiere decir que antes no lo hiciesen. No se nos daba lo que nos correspondía. Cuando llegué a la ONCE se pagaba por ir al Tour, a partir de 1995 se comenzó a cobrar. En vez de pagar nosotros por ir nos pagaban los hoteles, los gastos. Fírmanos el único convenio colectivo que existe en el mundo del ciclismo.
-¿Por qué cree usted que deberían dejarle volver sin ponerle problemas?-En mi caso, no se puede decir que viniese del mundo del ciclismo, no había sido ciclista profesional. Yo me pregunto si están Marc Madiot, Bjarne Rijs, Giuseppe Martinelli o Eusebio Unzue, entre otros, ¿porque no voy a estar yo si están todos ellos? He demostrado ser inocente y mientras el proceso ha estado abierto me aparté del mundo profesional. Ha habido un juicio, una sentencia y debo de tener los mismos derechos que los demás.
-¿En algún momento se ha sentido un apestado del ciclismo?-En algún momento me he sentido rechazado. Me he encontrado a gente que no ha sabido estar a la altura de las circunstancias. ¿La Pensa? No me siento maltratado por los medios. En algún momento quizá he estado algo olvidado. Mi abogado, Ignacio Arroyo, realizó un gran trabajo dentro y fuera de la sala, que tengo que agradecer públicamente. Me llamó mucha gente que ni conocía cuando se conoció el resultado del juicio.
-¿Qué balance haría de su vida en estos momentos?-Tuve una infancia feliz, con unos padres que me dieron una vida tranquila, una vida que siempre estuvo unida al mundo del ciclismo, un deporte en el que fui progresando hasta que llegó la Operación Puerto. Estaba en lo más alto y hubiese podido seguir más años a ese nivel por carácter, por evolución. Lo tenía todo para seguir donde estaba.
-¿Si tuviese que marcharse a trabajar al extranjero, lo haría?-Me gusta mi tierra, mi país, mi gente, pero también es cierto que cuando he salido fuera me he encontrado a gusto. No me importaría irme fuera, ni trabajar con la base, con un proyecto a largo plazo. No todo el ciclismo es el mundo profesional, aunque es lo que más se ve.
- Ha dicho que no quiere volver a hablar de la Operación Puerto nunca más, ¿por qué?-Porque se ha terminado el juicio y la jueza ha dictado sentencia, que ha sido absolutoria. Nadie tiene derecho a preguntarme por eso. Me lo pueden recordar en una entrevista, que me lo recuerdan, pero no lo admitiría en una sala de prensa, no quiero ser rencoroso. Durante tres meses lo he pasado muy, muy, muy mal, sentado en un banquillo. Nadie se puede imaginar lo que ha sido eso. Empezó mal con aquel linchamiento público. Ha sido un sufrimiento. No estaba acostumbrado a lo que allí se vivía. He estado viviendo en Madrid durante parte de ese tiempo. Las visitas de los amigos, mi hermano, mis hijos han sido un apoyo constante y me han permitido que la situación resulte más llevadera.
-Ha pasado por muchas situaciones comprometidas, por muchos momentos malos que le han hecho vivir al límite a nivel personal, ¿que ha sido lo peor que le ha tocado vivir?-El segundo cerrojazo cuando estuve en el calabozo, que me hizo sentirme como una escoria humana. Primero cierran la celda y luego oyes otro cierre. Ese se me quedó marcado. Después de eso, en siete años hay muchos momentos difíciles. El juicio resultó súper, súper duro.
-¿Por cierto, le han devuelto el dinero que le decomisaron en el momento de la detención, que era una cantidad importante?-Si te digo la verdad, ni lo sé. La jueza ordenó que se me devolviese, pero es un tema que lleva mi abogado en el que tengo total confianza
-Está muy presente en las redes sociales. ¿Cuántos seguidores tiene en twitter?-Cerca de 8.000. Tuve una época en la que estuve muy activo.
- Ha estado metido en el mundo del fútbol, en el Racing de Santander. ¿Cómo vivió esa experiencia?-Yo no viví la experiencia del fútbol, viví la experiencia de un Racing que estaba muy manejado y eso lo condicionó todo. Tuve la suerte de conocer a Juan Carlos Unzue (al que fichó como entrenador), que es un entrenador educativo y que no se parece en nada a su hermano Eusebio. ¿Los representantes? La experiencia que yo tuve con los que hablé fue buena. Sigo acudiendo a El Sardinero. El Racing tendrá que saber vivir de la cantera. Yo soy partidario, en todos los deportes, de trabajar la cantera. Es lo que te da vida. Fichar a alguien siempre es costoso, salvo que te sobre el dinero. La cantera es más satisfactoria.
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