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150 años de la llegada del tren
BEASAIN

150 años de la llegada del tren

Lemniskata recogerá este acontecimiento tan ligado a Beasain en uno de sus actos. A Beasain llegó el 1 de septiembre de 1963 y «todo el mundo quería que el ferrocarril discurriera por su territorio» y muchos municipios guipuzcoanos «aportaron» capital para aquella importante obra

JUANTXO UNANUA

Domingo, 16 de junio 2013, 04:24

La llegada del ferrocarril a Beasain el 1 de septiembre de 1863 supuso una revolución en aquel municipio que respiraba ruralidad por todos sus poros. La estación fue inaugurada esa jornada con la puesta en marcha del tramo Beasain-San Sebastián de la línea radial Madrid-Hendaya. En 1929 el tramo de vía fue desdoblado y electrificado.

Fue una nueva era que trajo aparejada la conversión en villa industrial y la apertura de puertas para otras gentes de otras provincias de la geografía española.

El censo de aquellos años es mudo testigo y notario de esa realidad, si en 1860 Beasain contaba con 1.448 habitantes en 1910 ya había duplicado llegando a los 2.970 habitantes y en 1.930 eran 4.250.

A la postre la llegada del ferrocarril lo hizo con una serie de características que han dejado su huella en el carácter de la villa».

El Beasain de hoy día algo mucho le debe a la materialización de aquella infraestructura cuya obra ,salvando las distancias fue la llegada del TAV del S. XXI.

Es una fecha que no debiera de largo, en la villa. De entrada, será e Lemniskata, el que por ahora tiene previsto recordar el acontecimiento de la llegada del tren a la villa, en el lejano 1 de septiembre de 1863.

¿Cómo sería Beasain de no haber pasado el ferrocarril por el municipio?.

«El ferrocarril y su estación en la villa vagonera así como en otros municipios que lo acogieron se «fue incardinando en el día a día de la misma», así se señala en distintas publicaciones» creándose por ejemplo el popularmente conocido como barrio de la Estación en torno a la misma.

Solicitado por todos

El que por primera vez pasó por Beasain fue el conocido como Ferrocarril del Norte o ferrocarril Madrid-Irun. Según se señala en el libro 'La construcción, evaluación y consecuencias del Ferrocarril del Norte en Gipuzkoa' de Pello Joxe Aranburu y Luis Mari Intza, «a mediados del siglo XIX todo el mundo quería que el ferrocarril discurriera por su territorio, provincia o pueblo. Aparecieron diferentes proyectos a la hora de escoger tanto el tren Paris-Madrid como el Bayona- Madrid y los guipuzcoanos lucharon con firmeza. y la opción de Alsasua-Zumarraga-Irun fue la aceptada».

Pero una de las importantes peculiaridades de aquel proyecto fue la de que muchos beasaindarras y como ellos muchos guipuzcoanos contribuyeron económicamente a la realidad de aquel proyecto de ferrocarril. Mención aparte merecen los millones de reales aportados en esa tarea por vascos favorables al ferrocarril desde Madrid, Cuba ó Perú. Municipios grandes y pequeños, de la provincia todos aportaron dinero en la medida de sus posibilidades sin tener demasiado en cuenta si el ferrocarril pasaba o no por sus dominios. Beasain aportó 27.000 reales (era la moneda d ela época).

Las obras en 1858

Por lo que a la villa respeta atravesó los terrenos más provechosos de Beasain fueron muchas las expropiaciones llevadas a cabo construcción del Ferrocarril del Norte Las obras arrancaron en 1858 uno de los tramos más dificultosos el de Beasain a Otzaurte con un desnivel de más de 400 metros en el tramo que va a Olazagutia fueron finalizadas en 1859. Fue el último recorrido terminado e inaugurado en todo el trayecto entre París y Madrid.

Por el contrario, el tramo ferroviario entre Beasain e Irún era más llano. En el Goierri, la vía del tren, la carretera general y las curvas o meandros del río Oria se juntaban en muchas ocasiones. El problema se solucionaría mediante dando mayor altura a la vía y también gracias a los túneles y puentes construidos», se señala en la mencionada publicación.

Cómo era la estación

La estación de Beasain «además del edificio propio de la misma contaba con su cantina, dos naves de depósito para las máquinas, la plataforma giratoria para cambiar de sentido a éstas, los depósitos de agua para las locomotoras a vapor, los servicios y la nave y la grúa del muelle de carga y cerca de la misma como no una fonda la Urteaga, los describe García.

El cura Santa Cruz, en la segunda guerra carlistas incendió la estación en 1873 «pero las instalaciones incendiadas se volvieron a reconstruir prácticamente tal y como eran en su origen. García recuerda que « Beasain era la estación 112 dentro de la Compañía de los Ferrocarriles del Norte y su locomotora llevaba ese número grabado en el chasis. Se utilizaba de refuerzo se le enganchaba a la que venía con el convoy para que pudiera subir Otzaurte. por el desnivel de 400m metros existente».

En 1963 según relata en su libro Beasain 1900-200 «la villa conmemoró el centenario de la presencia del ferrocarril con diversas celebraciones y la llegada a la estación de un tren de la época».

reales fueron los que aportaron (amodo de acciones) los beasaindarras a una obra presupuestada en 60 millones. Ordizia recaudó 93.000 reales, Legorreta 124.000, o Lazkao 18.000 reales. Pero además fueorn muchos los guipuzcoanos de otros municipios por lo que no discurre el trazado que también aportaron su correspondiente cantidad .

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