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JAVIER PEÑALBA , DIARIOVASCO.COM
Martes, 24 de septiembre 2013, 03:05
El mal tiempo, sobre todo la lluvia y las bajas temperaturas que se registraron durante la primera mitad del año, se ha convertido en uno de los mayores aliados de los apicultores en la guerra que mantienen contra la avispa asiática (vespa velutina). Según estimaciones efectuadas por recolectores de miel de Gipuzkoa, las poblaciones de este insecto invasor habrían descendido hasta un 90% en algunos puntos del territorio.
Julián Urkiola, presidente de la Asociación de Apicultores de Gipuzkoa, afirma que «hemos pasado del invierno al verano y la avispa como otros insectos -también la abeja- lo han acusado. A últimos de abril y primeros de marzo se sucedieron unos días buenos. Entonces, en quince o veinte jornadas, entre tres apicultores capturamos en la zona de Hernani cerca de 4.000 ejemplares de avispas. Pero como posteriormente no tuvimos primavera, llovió mucho e hizo frío, la población de avispas ha disminuido notablemente», explica este experto.
El presidente reconoce que junto a la adversa meteorología también ha contribuido a este retroceso de individuos la amplia red de trampas que los apicultores mantienen desplegada y la campaña de destrucción de nidos. «Ha sido una combinación de factores. Lo que está claro es que no hemos tenido el ataque que sufrimos el año pasado, ni mucho menos», constata Urkiola.
Pero el mal tiempo también ha castigado a las poblaciones de abejas y, consecuentemente a la producción de miel. «Yo habré perdido un 40% de volumen de cabaña apícola. Y la disminución de la producción de miel puede llegar hasta el 60%. A finales de octubre, cuando terminemos de envasar la miel, lo sabremos a ciencia cierta», asegura el presidente de los apicultores
Nuevas pértigas
En la batalla contra la avispa invasora, el sector cuenta desde ayer con una nueva herramienta. Se trata de una pértiga telescópica que permite acceder hasta lugares ahora inaccesibles, allí donde los nidos permanecen ocultos entre el follaje de los árboles. Se han repartido diez varas que se controlarán desde los distintos parques de bomberos de Gipuzkoa, aunque las personas que las van a manipular pertenecen a los grupos que se están creando en los pueblos. Junto con cada pértiga, se han entregado dos trajes específicos y tres más de apicultor. No está previsto que se actúe contra todos los nidos, sino contra aquellos que pueden resultar peligrosos para la población o las explotaciones apícolas.
Por medio de las pértigas se inyecta un insecticida -Diptron con Etofenprox, en concreto- en los nidos que provocará la muerte de los especímenes.
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