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I.A.
Martes, 24 de septiembre 2013, 09:41
Un espléndido día acompañó a la puesta en marcha del Cub Hiruzta, un club que, en palabras de los rectores de la bodega «hemos creado con mucha ilusión para agradecer a la gente que ha apostado por nuestro txakoli, gente vinculada al mundo de la gastronomía. Algunos están haciendo una gran labor por ayudarnos a difundir el txakoli de Hondarribia y de esta manera se lo podemos agradecer».
La bodega Hiruzta se puso en marcha en primavera de 2012, de la mano de la familia Rekalde, que en los años anteriores tuvo que poner en marcha todo lo referente a los viñedos, la construcción del edificio y la tarea burocrática. Antiguamente en Hondarribia se producía txakoli, pero hacía mucho tiempo, siglos, que este producto había desaparecido de la ciudad. Hiruzta se encargó de recuperarlo y ahora está empeñado en darlo a conocer en la comarca, Euskadi y, por qué no, en el mundo, donde el txakoli prácticamente ha sido un desconocido hasta hace bien poco.
Cuatro primeros miembros
El gran maestro y cocinero Luis Irizar, el restaurador Luis Mari Bujanda del Restaurante Abarka de Hondarribia, el Bar Zeruko de la parte vieja donostiarra y el distribuidor de productos delicatesen Solbes Gourmet fueron ayer nombrados como primeros miembros del Club Hiruzta.
Entre sus privilegios están la colocación, ayer mismo, de una placa identificativa con su nombre en una fila de viñedo, la posibilidad de vendimiar su propia hilera, la oportunidad de ser de los primeros en catar cada nueva cosecha en el acto que se celebra cada año en Hiruzta en fechas próximas al día de San Antón y la posibilidad de visitar la bodega cuando lo deseen.
Dentro de las obligaciones, los miembros del Club Hiruzta se comprometen a difundir su aprecio por el txakoli y su vínculo con la historia de Hondarribia, como así prometieron en el juramento que realizaron en el acto de ayer. Recibieron un diploma acreditativo y cada uno estampó su firma en una botella que quedará expuesta en lugar preferente.
Dentro de los actos de inauguración del club Hiruzta, los cuatro primeros miembros y acompañantes pudieron visitar las instalaciones de la bodega, donde recibieron explicaciones sobre el proceso que se lleva a cabo cada año y que culmina con la producción de más de 120.000 botellas de txakoli.
Este año la vendimia se va a tener que retrasar ligeramente, por culpa de la climatología. De hecho, estamos en las fechas donde se debería empezar la recogida de la uva, pero habrá que esperar hasta mediados de octubre.
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