La crisis no detiene la solidaridad

«Detrás de la cooperación no hay estadísticas, ni porcentajes. Hay pueblos, comunidades, alimentos, salud, pozos de agua, escuelas, medicamentos... Es una necesidad vital para millones de personas; un imperativo ético y moral que responde a criterios de justicia social». Así de tajante se mostró el concejal de servicios sociales Manu Egaña al abordar la resolución de la convocatoria anual de ayuda a proyectos de cooperación del desarrollo.

Este año el Ayuntamiento ayudará a 27 de los 33 proyectos que se han presentado a la convocatoria de ayudas. Ha repartido en total 88.382,15 euros, que dejan constancia de que pese a la crisis, la cooperación al desarrollo, sigue estando muy presente en Oñati.

Además el Consistorio aporta otros 40.000 euros a Euskal Fondoa, la asociación de Entidades locales Vascas Cooperantes, con la convicción de que la desaceleración que padecen los países más ricos no hace menores las necesidades de quienes actúan en el campo de la solidaridad y la cooperación al desarrollo.

Distintas ONG, cooperantes, religiosos y misioneros se beneficiarán de una ayuda que llegará a algunos de los lugares más empobrecidos del planeta.

El edil de Bienestar Social tiene claro que «la cooperación al desarrollo no es, ni debe ser un mero lujo para tiempos de bonanza, ni una limosna para cuando las arcas están llenas. Es verdad que la crisis se hace notar a nuestro alrededor, pero nuestra situación socio-económica actual sigue estando a años luz de la de muchos pueblos del planeta. Sus necesidades son mucho más básicas que las nuestras».

Por eso defiende que «no debemos de quedarnos en la mera limosna, en la caridad. Los países en vías de desarrollo necesitan ayuda ordenada y profesional. Es bueno que vayan enfermeras a atender los hospitales. Pero es mejor enseñar a las enfermeras locales. Debemos de hacer algo más que dar peces o enseñar a pescar, debemos de ayudarles a tener su propia industria pesquera» sentencia.