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LUCA CORSI
Viernes, 6 de diciembre 2013, 10:47
La madonna del Ghisallo es la patrona de los ciclistas. El Giro de Lombardía, uno de los cinco monumentos, le rinde visita cada año y una multitud de aficionados se aposta delante de las puertas de la la basílica. Coronar en primer lugar es motivo de orgullo. Es un lugar mítico de un deporte muy dado a la exaltación de sus héroes y sus hazañas.
A pocos metros de allí se levanta el museo del ciclismo, idea de Fiorenzo Magni. Triple ganador del Giro (1948, 1951 y 1955) y el primer corredor en ganar etapas en Vuelta, Giro y Tour, su sueño era convertir el museo en un lugar de peregrinación de la familia ciclista internacional. Pero las cosas no han salido como las pensó Magni. Un año después del fallecimiento del 'León de Flandes' (ganó tres años consecutivos, de 1949 a 1951), el museo ha cerrado sus puertas. En principio, es un cierre provisional, pero la noticia ha movilizado al ciclismo italiano.
El motivo del cierre son sus problemas económicos. Arrastra una deuda de 80.000 euros y no cubre los unos costes de funcionamiento de 100.000 por ejercicio. Estará cerrado como mínímo todo el invierno. Si se encuentra una solución podría volver a abrir las puertas en abril de 2014.
El museo del Ghisallo se inauguró el 31 de mayo de 2006 y el Papa Benedicto XVI acudió a bendecirlo. Su situación, en un increíble balcón natural sobre el lago de Como, es paradójicamente su mayor problema. El lugar es precioso pero no está a mano. Eso ha hecho que las visitas no sean muy numerosas. Sólo se ingresan 12.000 euros al año por la venta de entradas (cuestan seis euros y los visitantes son sobre todo aficionados y cicloturistas extranjeros). Con la crisis, las ayudas públicas han desaparecido y el museo no tiene recursos para mantenerse abierto.
Maglias rosas desde 1931
Entre los numerosos tesoros que guarda el museo se encuentra una completa colección de maglias rosas -el maillot que distingue el líder del Giro de Italia-, que se remonta hasta 1931. Se puede contemplar asimismo una gran colección de bicicletas y accesorios, así como fotografías, películas y hemerotecas de la historia de este deporte. Muchos grandes corredores, como Eddy Merckx, han donado objetos personales que allí se exponen. Por supuesto, no faltan los bustos de los tres grandes ciclistas italianos de la historia: Binda, Bartali y Coppi.
Las fuerzas vivas del ciclismo italiano han reaccionado al cierre y han solicitado cambios en la gestión del museo para implicarse en su saneamiento. El Gobierno regional de Lombardía quiere colaborar, lo mismo que el Comité Olímpico Italiano. Varios fabricantes de bicicletas también han mostrado sus disposición, pero todos exigen que se cambie el modelo de gestión del museo.
El ciclismo descansa en invierno. Si se cumplen las previsiones, el museo también volverá a rodar en abril, en primavera, el momentos de varias de las mejores carreras de la temporada, las clásicas.
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