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P. ECHANIZ
Viernes, 13 de diciembre 2013, 09:44
Argentino de Buenos Aires. 40 años. Entrenador de hockey. Se empapa de libros de Neurociencia y Coaching en sus ratos libres. Le gustan todos los deportes, no solo como espectáculo, sino ver y estudiar los distintos entrenamientos. Pablo Fernández entrena a la Real Sociedad desde hace tres meses y la trayectoria del equipo es muy positiva. Líder de la Liga, con una sola derrota, atraviesa esta semana un momento importante de la temporada.
«El domingo ganamos 2-0 al Junior, uno de los rivales para el título. Y en la próxima jornada visitamos a otro de los aspirantes, el Club de Campo, en Madrid. El partido contra el Junior, en Bera Bera, fue muy peleado. Tuvimos menos posesión de lo habitual, pero tampoco sufrimos grandes sobresaltos. Esperamos volver a jugar bien ante el Club de Campo, un equipo al que no conozco con todo detalle. De hecho, en esta primera fase de la liga estoy conociendo mejor a los rivales al verles en directo, porque no es suficiente con estudiar vídeos».
El nuevo formato del torneo, con una segunda fase en la que se arrastran los resultados de los partidos contra los rivales directos, permite esa tranquila comprobación. «El triunfo ante el Junior pensando en la fase final es importante», afirma.
La Liga parará tres meses, hasta marzo, y eso obligará a realizar casi otra pretemporada. «La Real no juega hockey sala en este parón, pero las jugadoras tendrán un programa de preparación física antes de volver a entrenar en febrero». Pablo González está muy contento de sus jugadoras. «Se ve que tienen una excelente base del trabajo realizado durante varios años con Castaño, con muy buenos hábitos. Han completado un trabajo serio y forman un equipo aguerrido, con alto nivel físico, que trabaja muy bien».
¿En qué puede consistir, por tanto, la aportación del nuevo entrenador? ¿En que deben mejorar? Pablo lo tiene claro: «Para ganar la Liga, la Real tiene que crecer, que no es nada fácil después de la gran temporada anterior. Yo estoy incidiendo en tres aspectos. En primer lugar, la dinámica del juego que nos permitirá tener más posesión y de esa manera, más ocasiones de marcar. Además, quiero que se afine a finalización de las jugadas de ataque. Y el tercer punto es reforzar la defensa».
Los porcentajes en lanzamientos de un lance clave como el penalti-corner están siendo bastante buenos («hemos marcado en esta jugada en casi todos los partidos») y el equilibrio entre las más jóvenes, ya que tenemos varias internacionales juniors, y otras experimentadas como Poli Guajardo o Anabel Flores son dos bases importantes del buen rendimiento realista. «Yo trato de que mi equipo imponga su ritmo, que sea el rival el que tenga que adaptarse».
Todo hará falta para sacar adelante una temporada exigente que, además de las competiciones locales, les llevará en abril a una Copa de Europa fantástica, en el césped del actual campeón, el Hertogenbosch holandés, contra las mejores formaciones continentales. «Aunque serán rivales muy superiores, espero que podamos competir a buen nivel», dice Pablo.
Su novia, rival
Pablo Fernández fue un jugador todoterreno en Buenos Aires (desde libero a delantero). Jugó a hockey desde los seis años hasta los 28, pero pronto sintió interés por ser entrenador. «Con 18 años empecé a entrenar a chavales mientras seguía como jugador y así lo hice durante las temporadas restantes».
Su carrera como técnico profesional se inició en Italia. Luego estuvo en el Atlético San Sebastián y regresó a Argentina para entrenar a su club de siempre, el Ciudad de Buenos Aires y también al Banco Provincia. Volvió a Euskadi, dirigió al Jolaseta y, tras dos temporadas en el Complutense, ha fichado por la Real.
«Que me llamase un equipo campeón como la Real fue un desafío y todo un compromiso para mí, en especial porque hsta ahora había centrado mi carrera entrenando equipos masculinos».
Como profesor de Educación Física y neuropsico-educador, Pablo Fernández sabe analizar muy bien la diferencia de dirigir a hombres o mujeres. «En principio, los chicos tienen la ventaja de que han visto más deporte y conocen la lógica del fútbol, que es un deporte con similitudes espaciales con el hockey. Las chicas tienen una variabilidad mayor en su estado de ánimo, reclaman todo, pero tienen más memoria, retienen más información emocional y cuentan con una capacidad de sacrificio superior».
(Ahí están las famosas 'leonas' argentinas, acaparadoras de títulos en hockey o las exitosas 'guerreras' de balonmano español.)
Para Pablo Fernández los viajes a Madrid, donde la Real juega este fin de semana, son muy habituales por una razón poderosa. «Mi novia, Sol Parral, es jugadora del San Pablo Valdeluz. Es una mediocentro muy fuerte. Curiosamente, jugamos no hace mucho contra ellas en la Liga y les ganamos».
No hay conflicto familiar entre Pablo y Sol. «Nos pasó algo parecido cuando estábamos en diferentes equipos en Argentina. Lo llevamos bien, procuramos no darle muchas vueltas, cada uno hace su trabajo».
Y luego tan amigos («Tenemos pensado cansarnos pronto», dice Pablo) aunque el hockey es tema recurrente de conversación de la pareja. El paréntesis de la Liga les permitirá estar juntos unas semanas porque, además, Pablo no tiene compromisos con la selección italiana masculina a la que también dirige aunque le ocupa poco tiempo porque su actividad es muy limitada. En junio, cuando acabe la temporada y sus contratos, Pablo y Sol repasarán las posibilidades futuras y decidirán si se quedan en Europa o vuelven a Argentina. «Sería bonito entrenar en Holanda, que es lo máximo en hockey.».
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