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MITXEL EZQUIAGA , DIARIOVASCO.COM
Viernes, 24 de enero 2014, 08:29
El pintor Joaquín Sorolla pintando en el Paseo de la Concha hacia 1912, una estupenda Marlene Dietrich en la plaza de toros del Chofre en los años 30 o el emperador japonés Akihito en el museo de San Telmo en 1953. Son algunas de las imágenes incluidas en el libro "Personajes históricos que visitaron San Sebastián", que se presentó la pasada semana en Donostia y que es una memoria gráfica de casi doscientos ilustres que pasaron por la ciudad desde que la fotografía existe. Como un "Hola" de la historia, escrito e ideado por el crítico Juan Antonio García Marcos.
Es un libro original en muchos sentidos. En primer lugar (y esto puede ser una decepción para muchos lectores) en que se trata de un volumen que no está a la venta. El proyecto ha sido editado por Gráficas Michelena en su prestigiosa colección "mono-gráficas Michelena". Desde hace dos décadas la veterana empresa donostiarra de artes gráficas publica cada Navidad un volumen escrito por escritores guipuzcoanos sobre temas cercanos. «Es un libro que hacemos solo para clientes y amigos, con una tirada limitada y numerada, pensada como una colección», explica Nagore Michelena, tercera generación involucrada en el negocio familiar.
«Este año la empresa cumple 65 años y queríamos hacer algo aún más original», añade la representante de Gráficas Michelena. Así surgió este libro que salió con retraso sobre lo previsto «por un problema... feliz: hemos tenido tal sobrecarga de trabajo en la empresa que hasta ahora no hemos podido lanzarlo», apuntaba con una sonrisa.
«Solo hemos editado 700 ejemplares, y no se venden: solo los regalamos. En el pasado ya hemos tenido problemas por este motivo: algunos de los títulos de la colección eran demandados por gente que no entendía que los libros no estuviesen a la venta, pero pienso que todo el realmente interesado termina encontrando su ejemplar», agrega Nagore Michelena.
Distintas colecciones
El libro de este año será demandado porque es un curioso paseo por la historia donostiarra de la mano de los «ilustres» que la han visitado. «Durante años había ido almacenando imágenes y ahora, debidamente documentadas, dan una historia de la ciudad a través de los ojos de quienes nos visitaron», señala su autor, Juan Antonio García Marcos. Las imágenes proceden en su mayor parte de los fondos de Kutxa, del archivo de la revista Novedades o de la revista "Azul", además del propio archivo personal de García Marcos, crítico artístico y autor de numerosos libros relacionados con los creadores y la cultura vasca.
Imágenes de la conmemoración, en 1913, del primer centenario de la destrucción y reconstrucción de San Sebastián abren el libro, por cuyas primeras páginas desfilan el príncipe Enrique de Prusia, el rey Manuel II de Portugal (que poco después sería derrocado por un golpe militar) o los hermanos Joaquín y Serafín Alvarez Quintero, que tenían casa en Hondarribia.
El hecho de que San Sebastián fuera en esos años del siglo XX residencia del veraneo real propicia imágenes de Alfonso XIII en la Diputación y numerosas presencias de la política dirigente de la época, desde el presidente del Consejo de Ministros, José Canalejas, hasta Alejandro Lerroux o Eduardo Dato.
Con ellos, la cultura del momento: un Joaquín Sorolla pintando en mitad del Paseo de la Concha, la actriz María Guerrero, el tenor Titta Ruffo y el escultor Mariano Benlliure, el escritor Torcuato Luca de Tena o un fantástico José Martínez Ruiz, Azorín, paseando por La Concha con canotier y bastón, en una imagen de 1915 que resume toda una época. También es conocida la estampa de Jacinto Benavente en el Victoria Eugenia con actores de su compañía en 1920.
«Ha sido complicado seleccionar las imágenes porque no todas cabían en el libro y muchas son fantásticas estampas que cuentan bien cómo ha transcurrido la historia de San Sebastián», explica García Marcos. El Príncipe de Gales, que sería Eduardo VIII y renunciaría a la corona por amor, paseando por el hipódromo de Lasarte en 1925, o la actriz Pola Negri, mítica figura del cine ruso, asomada a Igueldo, son otros iconos recogidos en el libro.
Figuras en El Chofre
El presidente de la II República, Niceto Alcalá Zamora, en el Náutico, o el compositor Bela Bartok en el Panier Fleuri con músicos vascos como Nemesio Otaño forman parte de ese largo elenco en que uno encuentra a Pablo Ruiz Picasso de tertulia frente a la bahía, a José Antonio Primero de Rivera con el arquitecto Aizpurua en la Estación del Norte o al torero Rafael El Gallo, «el divino calvo», en la plaza de toros de El Chofre en 1934. También en el desaparecido coso vemos a Marlene Dietrich, Charles Chaplin o, años más tarde, a Hemingway.
Los años de la República, con mítines bien distintos de José Calvo Sotelo o José Antonio Aguirre, dan paso a estampas para la guerra y la postguerra: el general Mola en la Plaza de Gipuzkoa días después de que los "nacionales" tomaran San Sebastián, Millán Astray en un funeral por los combatientes franquistas junto al Kursaal, las visitas del italiano Conde Ciano, el nazi Himmler o el fascista belga León Degrelle con su "aterrizaje" en la Concha en 1945 cuando huía de los aliados.
«San Sebastián ha sido visitada por muchos más "ilustres" de lo que correspondería por su tamaño», dice Juan Antonio García Marcos. «El hecho de haber sido capital del veraneo oficial, y su pujanza cultural, explican tal número de personajes en la ciudad», agrega. Y es que al pasar las páginas de su libro uno va encontrando al cardenal Roncalli, que luego sería Juan XXIII, Balduino y Fabiola de Bélgica, Juan Carlos y Alfonso de Borbón, César González Ruano entrevistado por un joven Javier de Aramburu, Johnny Hallyday y Silvie Vartan por la Plaza de Gipuzkoa, Perico Chicote o la doctora Aslan , inventora del "gerovital", el famoso medicamento geriátrico.
El Festival de Cine de San Sebastián, gancho de tantas estrellas que han pasado por la ciudad, ocupa un capítulo propio, con las conocidas imágenes de Hitchcock por la Parte Vieja o el Tarzán Lex Barker en traje de baño en la piscina de Ondarreta.
«Era muchísimo el material de que disponíamos, y lo complicado fue seleccionar», insiste García Marcos y coincide Nagore Michelena. «Hasta última hora hemos estado añadiendo imágenes, porque nos daba pena que quedaran fuera».
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