

Secciones
Servicios
Destacamos
MITXEL EZQUIAGA mezquiaga@diariovasco.com
Miércoles, 5 de septiembre 2007, 09:35
SAN SEBASTIÁN. DV. Parecían coleccionistas japoneses de arte pujando en Christie's por un Picasso. Pero eran los propietarios de dos restaurantes del Goierri peleándose por medio queso. Frontón Beti-Alai de Ordizia, septiembre de 2004. Las hermanas Marisol y Lurdes Arruabarrena, del Asador Patxi de Liernia, pujan a cara de perro contra el propietario del Hotel Castillo. Las cifras se disparan ante un público boquiabierto. Al final, las hermanas se quedan con el queso ganador por 12.100 euros. Baten todos los récords precisamente el año que conmemora el centenario del «miércoles de septiembre» del mercado de Ordizia.
¿Valió la pena aquel duelo? Responde Marisol Arruabarrena dos años después. «¿Por supuesto! Hubo quien nos vio como unas 'farolas', pero es que somos de Eibar», dice con una sonrisa. Y añade: «Era una cuestión sentimental: mi padre es de Ordizia y le hacía mucha ilusión quedarse con ese queso del centenario. También nos sirvió de propaganda, aunque para amortizar dos millones de pesetas hay que vender muchas chuletas... Mi aita nos enseñó que en esta vida hay que luchar y cuando nos metimos en la subasta estábamos dispuestos a plantar batalla hasta el final».
¿Qué paso con aquel queso? «Lo cortamos en láminas muy finas y lo repartimos a los clientes, como una gentileza de la casa», recuerda Marisol. En junio han cerrado el Asador Patxi. «Mi familia llevaba muchos años con ese local y ahora hemos decidido centrarnos en el Ostatu de Mutiloa, que también regentamos». ¿Volverán a pujar? «De momento, no».
Bomberos de Nueva York
La historia sitúa en 1904 el primer concurso de queso de oveja dentro de las Euskal Jaiak de Ordizia, pero fue en 1980 cuando el queso ganador se subastó por primera vez, entonces con fines benéficos. En aquella ocasión fue el cocinero Juan Mari Arzak quien se quedó el medio queso por 12.000 pesetas. Por cierto: ¿por qué medio queso? Porque el otro medio se consume por el jurado durante las catas deliberatorias.
Luego fueron entrando en la puja supermercados o restaurantes en busca de notoriedad. Ha habido excepciones curiosas: en 2002 el pintor zarauztarra Angel Uranga se llevó el queso por 4.100 euros y luego lo «donó» a los bomberos de Nueva York. Acababa de ocurrir el atentado del 11-S y Uranga había pintado una serie de cuadros sobre los torres gemelas antes del suceso. El pintor hizo llegar el queso a los bomberos a través de la embajada norteamericana en Madrid,
El otro gran queso viajero en la historia de la subasta fue obtenido en 2001 por el catalán Josep Ravell para su restaurante de Barcelona. Pagó 610.000 pesetas y hoy, a través del teléfono, dice que fue «un marketing estupendo». «Me gusta todo lo vasco: compro el pescado en Oiartzun, el tomate con label, las potxas, las guindillas... y también el queso». Aquel medio queso ganador lo tuvo expuesto en su tienda-restaurante y compró 500 piezas más al pastor ganador. Regaló muchos a sus colegas de Barcelona y disfrutó con la idea de inundar la ciudad condal «con el espíritu de Ordizia».
El año pasado fue Manolo Gómez, del restaurante El Caserón de Armentia, quien se llevó el queso por 6.200 euros. «Nos lo comimos el día siguiente entre ocho amigos», recuerda hoy. «Me dio fundamentalmente publicidad pero también ratos formidables», sentencia. Ahora su reto es llevarse el primer salmón asturiano. ¿Y hoy? ¿Quién se llevará el queso? A mediodía, la subasta. Y la respuesta.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Recomendaciones para ti
Favoritos de los suscriptores
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.