Juan Carlos Adot, director de la Herri Eskola de Elgoibar, apuesta por la educación en la escuela. [MICHELENA]
EDUCACIÓN

Una escuela de andar por casa

La imputación de un matrimonio de Irun por educar asus hijos sin llevarlos a un colegio ha abierto un amplio debate social. Expertos en educación hablan del asunto

CRISTINA TURRAU cturrau@diariovasco.com

Sábado, 10 de noviembre 2007, 09:36

SAN SEBASTIÁN. DV. Un matrimonio de Irun ha sido imputado judicialmente por educar en casa a sus hijos de 12, 10, 8 y 6 años. Ketty Sánchez, profesora que regenta una academia de idiomas, donde ofrece formación a sus hijos, y su marido, el estadounidense Michael Branson, se han enfrentado al departamento de Educación del Gobierno Vasco. Defienden un derecho que consideran que debe de poder ejercer cualquier padre: el de educar a sus hijos. ¿Es una fórmula que debe ser admitida? ¿Habría que regularizarla como han hecho algunos países europeos o Estados Unidos? Tres expertos del área de la Educación y la Pedagogía opinan sobre la cuestión.

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JUAN CARLOS ADOT

Director de Herri Eskola de Elgoibar

«La educación en casa no cubre bien el aspecto social»

Aceptando el hecho de que pudieran existir otros sistemas paralelos, deberían estar legalizados. La inspección educativa debería llevar un control riguroso de los mismos. Se trataría de visitar a las familias y conocerlas. Y éstas, avisar de que no van a entrar en el sistema general, anunciar que van a educar a sus hijos en casa. Y la inspección de Educación debería comprobar que se trata de familias aptas para ello. Y entramos así en una distinción social. ¿Quiénes son aptas? ¿Las personas con mayor capacidad intelectual o mayor capacidad económica?

Así se cubriría la parte de la instrucción. Pero queda el lado social, que en casa no se cubriría del todo. La escuela, con sus aspectos buenos y malos, es una microsociedad, con niños y niñas diferentes, que reproduce los conflictos que existen fuera. No hay que negarles la experiencia de enfrentarse y superar los conflictos que allí surgen.

Creo que el mejor sistema es el que tenemos. Si la Administración piensa que debería haber otros, el control debería ser muy riguroso».

FÉLIX ETXEBERRIA

Catedrático de Pedagogía en la UPV

«Judicializar el caso de Irun ha sido un disparate»

Se trata de proteger los derechos de los niños. Cuando se acude a la familia y se comprueba que la familia está atendiendo los derechos de sus hijos, hay que admitirlo. Y puede haber variadas razones para ello. Entiendo que desde Inspección no se ha ido a casa de la familia. No han hablado con ellos. Y ha abierto un trámite judicial, lo que me parece un disparate».

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El sistema educativo es lo mejor que tenemos. La escuela es la mejor máquina de enseñar. Eso no quiere decir que todos tengan que pasar por el mismo camino. Y tampoco que una alternativa como la de educar en casa tenga que generalizarse».

Supongo que la Inspección educativa se encuentra en el dilema de cumplir la legislación, que dice que la enseñanza es obligatoria y por otro, respetar el derecho o la libertad a la familia a educar de una forma diferente, garantizando los niveles educativos. Pero han actuado erróneamente. Si hubiera detectado abandono, sería diferente.

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¿La Inspección educativa no tiene asuntos más urgentes y apremiantes de qué ocuparse? ¿No sería mejor garantizar el éxito escolar de los alumnos inmigrantes o el aprendizaje del euskera en una mayor proporción de la que existe actualmente?».

GARBIÑE ARRIZABALAGA

Pedagoga asesora de Baikara, Federación de Asociaciones de Madres y Padres de la Escuela Pública Vasca

«Hay que regular una alternativa que no sirve para todos»

Educar en casa no es fácil. Requiere unas condiciones y una preparación por parte de los padres. No es una alternativa al alcance de cualquiera. No todos pueden permitirse una posibilidad así. Porque aparte de la disponibilidad horaria, está la necesidad de determinado tipo de conocimientos y el contar con una serie de apoyos didácticos y pedagógicos, que en este momento están cubiertos por el sistema educativo.

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Las leyes educativas deberían contemplar qué condiciones deben de cumplirse para educar en casa. Es diferente a otras alternativas. Porque cuando se abre un centro educativo, aunque vaya en una línea diferente de la oficial, se requieren una serie de permisos y el sometimiento a determinadas pruebas o exámenes. Pero este caso es diferente, porque son los propios padres los que se instituyen como agente educativo formal».

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