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Imagen virtual del edificio concebido por el arquitecto Julián Argilagos para albergar el Museo Balenciaga en Getaria.
El fiscal investigará en el Museo Balenciaga desvío de fondos y falsificación de documentos
EL MUSEO BALENCIAGA EN EL OJO DEL HURACÁN

El fiscal investigará en el Museo Balenciaga desvío de fondos y falsificación de documentos

La denuncia presentada ayer incluye facturas y contratos con la firma presuntamente falsificada del arquitecto Julián Argilagos. Estiman que el ex gerente Camio pagó al cubano 439.905 euros de más.

TERESA FLAÑO tflano@diariovasco.com

Miércoles, 28 de noviembre 2007, 08:28

SAN SEBASTIÁN. DV. La sociedad Berroeta Aldamar, -encargada del proyecto del nuevo edificio del Museo Balenciaga- y la Fundación que lleva el nombre del modisto -responsable de definir y gestionar los contenidos del museo- presentaron ayer ante la Fiscalía una denuncia conjunta contra su ex gerente Mariano Camio, por falsedad de documentos, administración desleal -una especie de abuso de confianza cuando el administrador actúa en contra de los intereses de la institución para la que trabaja- y apropiación indebida de fondos públicos. La denuncia aparece firmada por la diputada de Cultura María Jesús Aranburu, como secretaria de Berroeta, y Manuel Cabrera, secretario general de la Fundación

Ahora corresponde al fiscal emprender las diligencias, que consistirán en estudiar las pruebas aportadas por los denunciantes, tomar declaración a los implicados y posiblemente realizar investigaciones in situ.

Según pudo saber ayer DV, de fuentes cercanas a los denunciantes, entre los documentos que se entregaron a la Fiscalía se plasma que en marzo pasado se descubrió que las obras se estaban realizando sin licencia municipal y que tampoco había una póliza de seguro de riesgos.

También aparecieron documentos, que tras una prueba pericial caligráfica, demostraron que eran falsos. En ellos, se había sustituido parte del texto por otros extractos sacados de otros papeles, y aparecía la firma de Argilagos escaneada, no la original, en contratos donde Berroeta reconocía pagos al arquitecto por trabajos que no se habían realizado. Las facturas estaban emitidas en Gipuzkoa cuando el cubano residía en Miami y no había pisado el territorio hace tiempo.

Asímismo se ha aportado un contrato con el arquitecto cubano Julián Argilagos, responsable del proyecto del Museo Balenciaga, que no conocía ni Berroeta Aldamar ni la Fundación Balenciaga, para hacer el comisariado de la exposición inaugural. En ese momento se le pagó el 50% del ese trabajo, 15.000 euros. Camio también autorizó, sin consultar a nadie, que la dirección de obra la llevase Argilagos desde Estados Unidos sin aparecer por Getaria, con un testaferro, Ronaldo Paciel, que también cobraba por el mismo trabajo. Finalmente, fueron empresas vascas las que tuvieron que hacerse cargo de la dirección de la obra.

No existe un proyecto de ejecución, aunque también cobró por él, y el proyecto general que presentó no incluye temas tan imprescindible como el cierre de las mamparas de cristal de los cubos o del techo. De los 6 millones de euros iniciales el presupuesto ha ascendido a 20. Por contrato, Argilagos recibía el 7% del total. Ahora, la Fiscalía deberá dilucidar si Camio ya era consciente de que el presupuesto inicial superaría los 12 millones de euros y que por tanto el arquitecto cobraría una cifra muy elevada.

Según datos que aportó la diputada de Cultura María Jesús Aranburu en una comparecencia ante las Juntas Generales tras realizarse una auditoría, se estima que las irregularidades en las cuentas gestionadas por Camio ascienden a 439.905 euros destinada al pago de los servicios de Argilagos.

En la Fundación prefieren no pronunciarse oficialmente sobre la situación en la que se encuentra la polémica, aunque el patronato tiene claro que Camio les ocultaba información y que en las ocasiones en las que se le solicitaron detalles, el ex alcalde de Getaria no les respondió. Es más, desde 2004 no convocó a la comisión ejecutiva, potestad que era suya porque tenía los poderes.

En un acta del año 2003 de la comisión ejecutiva ya se instaba a que no se firmara ningún contrato si no había pasado previamente por ella, pero no se tomó al pie de la letra porque en la Fundación había una confianza en Mariano Camio como promotor de la idea, quien inicia todo el proyecto. Aunque hubo algunos hechos puntuales que les hizo sospechar. Por ejemplo cuando Camio encargó un estudio de viabilidad a la empresa bilbaína Unisys. El informe cuestionaba algunos aspectos del trabajo de Argilagos. El documento nunca se presentó ni al patronato ni a la sociedad.

El 5 de marzo de este año, Givenchy, presidente de la fundación, envió por bureau fax desde París dos cartas a Camio cesándole fulminantemente y revocándole todos los poderes. Entonces no se le pudo cesar ni como patrono ni como vicepresidente de la fundación porque había que convocar un patronato. En una reunión con el secretario general y con el tesorero se le conminó a que firmara una carta cesando como patrono y vicepresidente, quedando a disposición de la fundación. Camio pidió que se cambiara el enunciado y que apareciera que su dimisión era por motivos de salud. A continuación cesó como gerente de Berroeta.

Un informe de 2005 del Ministerio de Cultura cuestionaba la viabilidad del edificio

SAN SEBASTIÁN. DV. El 22 de marzo de 2001 se colocó la primera piedra del futuro Museo Balenciaga con un proyecto diseñado por el arquitecto cubano Julián Argilagos. Ahora, tras la polémica surgida por la gestión de su principal defensor, el ex gerente Mariano Camio, se ha constatado que el edificio comenzó a levantarse sin los proyectos de ejecución y de interiorismo. Ahora van surgiendo detalles como que en el proyecto se contemplaba un taller de restauración en la zona más expuesta a la luz, algo que resulta imposible para conservar en buen estado las piezas. Los almacenes estaban ubicados en el lugar donde se acumula más humedad. Los famosos cubos colgados tienen habitáculos con temperaturas distintas, al abrirse las puertas que los comunican se desequilibra la climatología. De cara al futuro también hubiera supuesto un gran consumo de energía.

En 2005, el Ministerio de Cultura realizó un informe, a través de la dirección general de Bellas Artes, donde sus arquitectos ponían muchos problemas a la viabilidad del edificio, tal y como estaba concebido por Julián Argilagos, para albergar una colección de moda. Cultura dijo que necesitaba un plan museológico adecuado con las necesidades reales para que el proyecto funcionase. Tenía claro que el edificio, tal y como estaba ideado no funcionaba. Hasta el día de hoy, el plan no se ha presentado.

Los expertos constataron que aparecían cosas como que en la primitiva casa del Palacio Berroeta Aldamar, en la rehabilitación se habían incluido unas escalas mecánicas que producen un ruido no acorde con el silencio propio de un museo y foco de posibles incendios por los motores y por la grasa, además de la contaminación que produce en el espacio.

Cultura hizo constar en varias ocasiones que el proyecto no era acorde con lo que se pretendía para un museo de esa categoría y Camio mantenía que había que respetar el proyecto de Argilagos. El ministerio dijo que paralizaban todas las subvenciones: 1,4 millones para 2007.

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