P. DE LAS HERAS
Domingo, 13 de enero 2008, 01:53
MADRID. José Luis Rodríguez Zapatero encontró ayer un balón de oxígeno. El presidente del Gobierno necesitaba contrarrestar el efecto que han tenido en la percepción de la situación económica los últimos datos sobre paro e inflación. Y Pedro Solbes le dio la receta: 2007 se cerró con un superávit en las cuentas públicas superior al 2% del Producto Interior Bruto (PIB).
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La cifra sirvió a Zapatero para arengar a sus huestes en un acto de partido con el que se calentaron los motores de la campaña, tras la reunión del Comité Federal que aprobó las candidaturas al Congreso y al Senado.
Es probablemente el único dato positivo al que podrán aferrarse los socialistas de aquí al 9 de marzo porque, según las propias previsiones del Gobierno, la inflación no bajará hasta la primavera y porque los primeros meses del año no acostumbran a arrojar buenos resultados de desempleo.
El otro pilar sobre el que el PSOE construirá su respuesta a los malos augurios del PP es el ritmo de crecimiento; en el último trimestre del año llegó al 3,5%.
Zapatero echó de nuevo mano de ella y atribuyó intereses perversos a la lectura que los populares hacen de la actual coyuntura económica. «Los problemas se abordan desde la confianza o desde el miedo; si la gente tiene miedo al futuro económico es evidente que será más fácil justificar por qué no se sube el Salario Mínimo Interprofesional, o por qué no se pueden aumentar las pensiones, o por qué habrá que hacer recortes sociales». COLPISA
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