Aterciopelado

Primera de las citas del triplete actuante de Mikel Erentxun en nuestra ciudad para homenajear esa selección musical propia de la que, según propias palabras, se despide para nunca más volver a hacerla sonar.

Ayer no hubo colaboraciones, salvo la sorpresa de Rafa Berrio (y su camiseta We love Erentxun). Pero respetaremos a los asistentes futuros y no les detallaremos la lista de tonadas ejecutadas.

Calado con una gorra a medio camino entre el truhán dylaniano que tanto adora y el excesivo Pete Doherty, Mikel Erentxun se hizo rodear por una banda de corte norteamericano. La aportación del conjunto fue aterciopelada, añadiendo rasgados y electricidad a la ya conocida eficacia pop del donostiarra. Sonando dulce sin empalagar, tensando sin abrumar las cuerdas de la guitarra.

Con Morrissey siempre en mente (el ex-cantante de los Smiths fue homenajeado por partida doble) y muchas veces en voz, el concierto llegó hasta las dos horas, demostrando el cantante local que sabe mantener la atención de los asistentes.

Espectadores que asisten a la cercanía y complicidad de un ensayo abierto. Gentes que disfrutan con la actualización de esos viejos éxitos, más rabiosos ahora que hace años, y con el par de nuevas melodías que ayer escuchamos . Personas que agradecen los momentos acústicos con los que Erentxun completa su lista de composiciones.

Hoy y mañana habrá invitados ilustres. Pero no se despisten del fondo con tanta voz famosa. Siéntense y disfruten. Este «último vals» lo merece.