

Secciones
Servicios
Destacamos
MIKEL G. GURPEGUI
Martes, 12 de febrero 2008, 09:36
Hoy ni existen propiamente, pero no hace mucho tiempo era habitual en nuestra ciudad la imagen de los bacheadores, que rellenaban agujeros y hacían petachos en la sufrida capa de gallipot.
En el DV del 11 de febrero de 1978 encontramos una larga mención a su labor: «Bien por los bacheadores. Muchas veces lo hemos dicho y repetido, que son la fuerza de choque municipal, los más activos a siete traineras de otros servicios, merecedores de homenaje y reconocimiento, que trabajan tanto en las actuales condiciones adversas como en las apropiadas de buen tiempo».
Repasaban algunas de las actuaciones que hace treinta años tenía entre manos la brigada de bacheadores. «Ya han tapado por lo menos lo más visible de Sancho el Sabio que aún quedaba por cubrir. Y en la calle Prim, ayer mismo, rellenaban los hundimientos producidos por vehículos pesados en las paradas de autobús y en las inmediaciones de los semáforos, zonas más sufridas por el peso, frenado y arranque de autobuses, camiones y demás monstruos rodantes».
Con humor, el periódico hablaba también del trabajo que quedaba por hacer: «Sólo se han dejado dos sin cubrir, un hermoso bache ante el portal de la Delegación de Industria, acaso porque piensen poner una central eléctrica a pie de presa, y otro en la esquina del ratalito de la calle Urdaneta que va hacia el paseo del Arbol de Guernica. Quedan todavía varios millones de baches en el casco urbano, especialmente en los barrios, pero todo se andará. El castigo que padecen las calzadas de las calles es tremendo y, salvo que al Ayuntamiento le caiga el gordo de Navidad varias veces seguidas, ponerlas en condiciones durables resulta francamente difícil».
Curiosamente, en la misma página se recordaban algunos acuerdos municipales de 1868, uno de los cuales culpaba de ciertos baches a la Fábrica de Gas: «Notando el Ayuntamiento que en los trabajos de canalización que se efectúan en el ensanche para el establecimiento de la tubería del alumbrado de gas, no se tiene el cuidado suficiente en dejar el trayecto que atraviesa en las condiciones en que se hallaba (...) sino que los braceros se contentan con rellenar la zanja de escombros o tierra, sin afinarlas y apisonarla lo bastante; e irrogándose de este descuido graves perjuicios al tránsito público y los consiguientes gastos de reparación al Municipio, ha acordado (...) prevenir a V. E. que encargue eficazmente a sus empleados el mayor esmero (...)». Unos buenos bacheadores es lo que necesitaban.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Las olimpiadas de la FP cántabra
El Diario Montañés
Publicidad
Publicidad
Favoritos de los suscriptores
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.