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Impresionante socavón en el Paseo Nuevo donostiarra. La fuerza del mar partió el pavimento como si fuera una tableta de chocolate. [LOBO ALTUNA]
El agua se llevó el muro del Paseo Nuevo y provocó un enorme socavón
AL DÍA

El agua se llevó el muro del Paseo Nuevo y provocó un enorme socavón

La reparación del recorrido que bordea el monte Urgull, que sufrió un severo castigo durante toda la jornada, requerirá un estudio exhaustivo El Ayuntamiento donostiarra busca un paso peatonal provisional

ANA VOZMEDIANO avozmediano@diariovasco.com

Miércoles, 12 de marzo 2008, 02:55

SAN SEBASTIÁN. DV. «¿El Paseo Nuevo? Si casi ha desaparecido». Era el comentario común entre los políticos y técnicos en los pasillos del Ayuntamiento de San Sebastián. Y es que esta es la zona de la capital donostiarra que ha resultado más afectada por el oleaje de ayer, con un gran socavón de 12 metros de diámetro como muestra más significativa de los destrozos. Además de este gran cráter, el muro de costa ha desaparecido en largos tramos, el bidegorri aparece hundido y el mar arrancó también gran parte del mobiliario urbano, los bancos y farolas que se encuentran en esta zona. Los coches habían sido retirados el lunes por la tarde, en previsión de un temporal que, según reconocía ayer el alcalde Odón Elorza, ha tenido consecuencias mucho más graves de lo que podía esperar.

El estado en el que ha quedado el Paseo Nuevo obligará a realizar un estudio en profundidad de su estado, ya que se teme que pueda haber grietas y oquedades ocultas en todo lo que es el paseo. El nuevo oleaje que provocó la pleamar hacia las seis de la tarde, aunque de un impacto considerablemente menor, también castigó con severidad la ya deteriorada piedra.

El Ayuntamiento y la dirección de Costas del Ministerio de Medio Ambiente abordarán este informe técnico sobre el estado del Paseo Nuevo y las posibilidades de reparación, una vez se calme la mar, dentro de un par de días. Se analizará el estado de todo el Paseo tanto desde tierra como desde embarcaciones en el mar. No se descarta que sea necesario elaborar un nuevo proyecto de rehabilitación en función de los daños que se detecten en toda la estructura, más allá de lo que costará reponer todo el alumbrado y los servicios. Ayer se prefería no hablar de cantidades económicas y se temían los plazos.

Los váteres, cerca del gran socavón, también han sido arrasados por el agua y exigirán una reparación completa.

Paso provisional

El alcalde Odón Elorza se mostraba ayer pesimista con el estado del Paseo y los destrozos causados por la furia del mar. «A falta de que tengamos las conclusiones del informe técnico sobre posibles grietas ocultas, podemos calcular que pasarán tres meses hasta que todo vuelva a ser igual que el lunes. Va a costar volver a la normalidad, hay que volver a colocar todos los elementos que lo configuraban, las barandillas, los bancos, las farolas... Y rellenar ese enorme cráter en el que se ha hundido todo el pavimento».

De momento, el Ayuntamiento se plantea buscar una solución provisional que permita el paso de peatones por lo que es uno de los atractivos más poderosos de la ciudad. Todavía no se sabe si será posible, aunque sí está claro que cualquier opción que se adopte se limitará a quienes vayan a pie y en ningún caso se permitirá tráfico rodado.

Ese paso peatonal tiene el inconveniente fundamental de que debería sortear con garantías de seguridad el gran socavón provocado por el oleaje, aunque se baraja dejar un espacio de unos tres metros bien protegido y pegado al monte por el que podría transitarse en este tramo.

Pero es que, además, no hay barandillas y falta muro, aunque esto podría solventarse con vallas ancladas provisionales que garantizaran la normalidad. El objetivo sería habilitar esta opción para la Semana Santa y perjudicar así lo menos posible tanto al Aquarium como al restaurante que se encuentra en el principio del Paseo, junto a las escaleras que la comunican con el Muelle.

El puente

Otro punto de la ciudad preocupaba ayer entre los técnicos municipales, el puente de María Cristina, el que une la plaza de Bilbao con la estación del Norte. A pesar de que es el tercero desde la desembocadura, río adentro, volvió a sufrir daños importantes, que se concentraron una vez más en el barandado y el muro de uno de sus laterales, el que hace esquina con el paseo de los Fueros.

Los desperfectos no fueron tan importantes como en la línea de costa y también desapareció parte de la barandilla en el puente de Santa Catalina, el de Gros, pero los técnicos van a elaborar un informe porque no es la primera vez que esta zona del puente sufre destrozos y, de hecho, fue reparado recientemente.

No se sabe la razón por la que el oleaje afecta tanto a una infraestructura que, en principio, está protegida, y ayer se barajaba incluso que pudiera ser el efecto de la retirada de grandes bloques de piedra en una de las orillas más próximas.

De momento, tal y como se va a hacer en el Paseo Nuevo, será el informe de los técnicos el que aclare qué consecuencias pudo tener esa operación o si el nocivo efecto de la ola en este lateral se debe a otros motivos. En este caso, sin embargo, la reparación se hará de forma más inmediata.

En el Ayuntamiento se asumía ayer que, más allá de la colaboración institucional y del papel de los seguros y del Consorcio que los aglutina, las tareas de limpieza, reparación y reconstrucción serán largas. En el caso del mobiliario urbano, será necesario encargar gran cantidad de elementos para sustituir a los engullidos por la furia del oleaje.

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