POLÍTICA

El equipo de Rubalcaba

El ministro de Interior apuesta en su nueva etapa por la continuidad y mantiene a su'número dos', Antonio Camacho, además de reforzar Instituciones Penitenciarias

ÓSCAR B. DE OTÁLORA

Domingo, 27 de abril 2008, 03:01

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BILBAO. DV. El pasado martes, el ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba presentó su nuevo gabinete de Interior como si se tratase de un equipo de fútbol. «No ha habido cambios. Antonio Camacho y yo, como buenos entrenadores, sólo hemos movido de puesto a un jugador», aseguró el ministro.

El Ministerio de Interior es una de las carteras más sensibles del Gobierno, ya que, entre otros temas calientes, debe hacer frente a la ofensiva desatada por ETA tras el fracaso del proceso de diálogo con la banda. Los primeros meses tras el fin de la tregua, la Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía consiguieron desbaratar gran parte de los planes de la banda para atentar. A la hora de planificar la respuesta del nuevo Gobierno Zapatero ante la escalada terrorista de los últimos meses, el presidente volvió a confiar en el mismo equipo.

El «cambio de jugador» al que se refería Rubalcaba ha sido Francisco Javier Velázquez, un funcionario de 57 años con una larga trayectoria en la Administración. Desde la pasada semana es el Mando Unico del Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil, cargo en el que sustituye a Joan Mesquida.

Su carrera política comienza en 1982, cuando fue nombrado director de gabinete de la Secretaria de Estado del Ministerio de Administraciones Públicas. Cuando Rubalcaba fue nombrado ministro, le llamó como responsable de Protección Civil. Según los que le conocen, es uno de esos hombres en la sombra que consiguen que la maquinaria no deje de funcionar ya que, entre otras cosas, tiene cubiertos todos posibles fallos. Como ejemplo de esta actitud recuerdan que ha sido uno de los responsables de la operación Paso del Estrecho en los últimos años. Su misión, en contacto con distintas administraciones, consistía en que 2.800.000 ciudadanos atravesarán la península y embarcaran hacia Marruecos. Asimismo, en los últimos años, se ha encargado del control de todos los planes de seguridad de las centrales nucleares. «Si alguien piensa que es un hombre que hace números en su despacho, se equivoca».

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Uno de los ejemplos que mejor ilustra la continuidad del equipo de Interior es el mantenimiento en sus puestos de los máximos responsables de la Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía. Al frente del instituto armado se mantiene el general José Manuel García Varela, quien tiene el cargo de director adjunto operativo de la Guardia Civil. Varela es un experto en la lucha antiterrorista procedente de los servicios de Información. Al frente de la Policía continúa el director adjunto operativo Miguel Angel Fernández Chico. La intención del Ministerio también es mantener en sus puestos a figuras claves de la lucha contra ETA como el director del Centro Nacional de Coordinación Antiterrorista (CNCA), Eugenio Pereiro. Estos serán algunos de los hombres que ayudarán a Francisco Javier Velázquez, Paco para sus cercanos, a coordinar los 140.000 policías y guardias civiles que suman las plantillas de ambos cuerpos.

Pero al presentar a su nuevo equipo, Rubalcaba se deshizo en honores del único jugador que ha sido ascendido: la responsable de Instituciones Penitenciarias, Mercedes Gallizo. Esta aragonesa procedente de la corriente Nueva Izquierda de IU es la persona más reforzada dentro del organigrama del Ministerio de Interior, al pasar de directora general a tener el rango de secretaria de Estado. Según fuentes consultadas, su papel en el ministerio será clave, ya que en el Ministerio de Interior se considera que la política penitenciaria es «una de las patas» del combate al terrorismo, tanto de ETA como el de carácter islamista. En este último capítulo, una de las misiones de Instituciones Penitenciarias será intentar evitar que las prisiones se conviertan en un lugar de radicalización yihadista. En la reciente sentencia de la denominada 'operación Nova' se demostró que las prisiones españolas existían células islamistas que se comunicaban mediante correo y desde las propias prisiones preparaban planes para cometer atentados en España.

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«Esférica, inatacable»

El ascenso de la máxima responsables de Instituciones Penitenciarias también está directamente relacionado con el aumento de peso de su propia área. Este departamento se encarga de la gestión de 25.000 funcionarios y cuenta con un plan de infraestructuras para renovar las cárceles españolas -entre las que se encuentra Nanclares de la Oca- de 1.600 millones de euros. Al presentar el pasado martes a Mercedes Gallizo, Rubalcaba se deshizo en elogios. «Es esférica, inatacable», afirmó el ministro, «su gestión ha tenido el 100% de apoyos. A pesar de que es una persona con trayectoria política, se esfuerza por no salir en los medios. No hemos conseguido que nadie hable mal de ella ¿Verdad Antonio?», preguntó Rubalcaba a Camacho.

La pregunta no es baladí. El 'número dos' de Interior, Antonio Camacho, ha hecho de la discreción una de las características de su mandato. Tal y como le definió el ministro, él es «el entrenador» del equipo de Interior. Camacho, de 43 años, es un hombre de la máxima lealtad hacia Rubalcaba aunque llegó al puesto con el anterior Ministro de Justicia y actual portavoz socialista, José Antonio Alonso. El secretario de Estado fue juez y fiscal y ha tenido cargos en el Tribunal Superior de Justicia de Valencia, en Madrid, donde fue juez de vigilancia penitenciaria, en Valdemoro, y responsable de la secretaría técnica de la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de Madrid. En este puesto coincidió con el actual Ministro de Justicia Mariano Fernández Bermejo. Entre los años 2000 y 2003 fue portavoz de la Unión Progresista de Fiscales, donde su opuso con firmeza al pacto sobre la Justicia firmado por PP y PSE.

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La metáfora deportiva de Rubalcaba tiene otro prisma. Tras la ruptura de la tregua y la continua detención de comandos que pretendían atentar, el ministro comparó la situación con un partido de tenis en el que a ETA le basta que una pelota pasara una vez para conseguir un éxito. Ahora, el equipo de Rubalcaba intentará que la banda no meta más goles.

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