LINO MONDRAGÓN
Sábado, 3 de mayo 2008, 02:54
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vitoria. DV. Una nana vasca cantada por su hermano Gorka y el coro Udaberri, del que forma parte su hija Iruri, puso emocionado final ayer en Vitoria al funeral por el lingüista y catedrático de euskera Henrike Knörr, fallecido el miércoles a los 61 años de edad. Con una iglesia de El Pilar abarrotada, y con voz quebrada, su hijo Garikoitz tuvo un recuerdo a la figura de su padre, que también glosó uno de sus hermanos, Natxo, y una mujer del grupo que, junto a él, impulsó en su día la ikastola de Ali.
En el templo había una importante presencia de la sociedad alavesa más variada y una nutrida representación del mundo cultural vasco. El presidente de Euskaltzaindia, Andrés Urrutia, encabezó la amplia delegación de académicos que compartieron su labor con Knörr, miembro de la institución durante los últimos 32 años. También era amplia la representación del mundo universitario.
Por parte del Gobierno vasco estuvo presente el director de Política Lingüística, Patxi Baztarrika. También acudió la diputada de Cultura de Vizcaya, Josune Ariztondo, junto a políticos de diversos partidos como Rafael Larreina (EA), Carmelo Barrio (PP) o Iñaki Aldekoa (Aralar).
El oficiente -concelebraron 15 sacerdotes- glosó el perfil de Knörr como «hombre bueno, de palabra, tolerante, muyn leal, amante de la cultura y del euskera, un sabio en zapatillas», recurriendo a calificativos publicados estos días.
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