Sebastián, a la derecha, acudió al pleno del Congreso del martes sin corbata. /SERGIO BARRENECHEA/EFE
POLÍTICA

La batalla de las corbatas

El ministro de Trabajo se quitó ayer la corbata en solidaridad con Sebastián, que rechazó vestir esta prenda en el Congreso

AMAIA CHICO

Viernes, 4 de julio 2008, 03:20

Publicidad

DV. La licencia que el ministro de Industria, Miguel Sebastián, se permitió el martes en el pleno extraordinario del Congreso ha abierto el debate. Su decisión de acudir al hemiciclo sin corbata y de rechazar la que José Bono le regaló ha dado pie a una 'rebelión' contra esta prenda, que ha resultado ser incompatible con el ahorro de energía.

La polémica llega tras la decisión de Sebastián de mantener las instalaciones de su ministerio a 24 grados durante todo el verano para reducir el uso del aire acondicionado y, así, minimizar el consumo de energía. La decisión, inapelable, fue acompañada de una postdata: no hace falta llevar corbata salvo en actos oficiales externos y en reuniones de carácter institucional.

Dicho y hecho, el primero en dar ejemplo fue el ministro en la sesión extraordinaria que tuvo lugar en la Cámara baja el martes por la tarde. Sebastián decidió acudir con vestimenta informal y el presidente de la Mesa, José Bono, al ver que «un ministro» no llevaba la prenda, instó al ujier mayor a que le regalara una corbata de las que se venden en la tienda del Congreso, a un precio de 35 euros. Sebastián agradeció el gesto, pero rehusó ponérsela.

«La guardaré para octubre» -mes en que finaliza la orden energética-, anunció ayer Sebastián, después de comprobar la trascendencia que ha tenido su 'informalidad'. Además, siguiendo con la broma, decidió involucrar a Bono en su campaña veraniega y le regaló un termómetro para que sea dé cuenta de la necesidad de «subir la temperatura» en el hemiciclo.

Publicidad

El presidente del Congreso, que aún no ha manifestado si se adherirá o no a la iniciativa del ministro de Industria, no quiso dar trascendencia al asunto, «que no tiene más valor que el de una anécdota y el de una corbata regalada».

Efecto dominó

Pero la osadía del ministro Sebastián ha sentado precedente y ayer algunos miembros del Gobierno, entre ellos, el ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, se apuntaron a la nueva moda estival y se quitaron este complemento. «Soy partidario de que en verano no se lleve corbata», señaló después de participar en la entrega de diplomas de la XXI promoción de subinspectores de Empleo y Seguridad Social.

Publicidad

Corbacho afirmó que a partir de la semana que viene seguirá el ejemplo de su homólogo de Industria y confió en que «el presidente no me riña».

«La formalidad se puede mantener con corbata y sin corbata», explicó, «es un complemento de la vestimenta y no la censuro, de hecho me encanta y tengo muchas, pero no hay que hacer de la corbata una especie de dogma por el que parece que estemos obligados a llevarla».

José Blanco, el secretario de Organización del PSOE, defendió en un programa de TVE -al que acudió encorbatado- que cada uno vaya al Congreso «como estime» y consideró un «despropósito» que se plantee «uniformizar» el Consejo de Ministros. «Es un debate que no tiene ninguna trascendencia», añadió.

Publicidad

Lo que da de sí el cambio climático.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete los 2 primeros meses gratis

Publicidad