
JOTI DÍAZ
Martes, 15 de julio 2008, 03:26
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Son de la quinta del 65 y acabaron el bachiller hace 25 años. Completan un grupo de ex alumnos del colegio de Marianistas, la cuesta de Aldapeta. El encuentro se organizó con unos meses de antelación, comenzando por la localización de los más de doscientos ex compañeros, y el posterior envío de invitaciones a todos ellos. También se creó una web para la ocasión: altuna.net/aldapeta13.
De los noventa que tuvieron la cortesía de responder, finalmente pudieron acudir sesenta, casi todos desde Donosti y alrededores.
Sus nombres: Itziar Aduriz, Txema Albizu, Iñaki Aguirrezabala, Juan Cruz Altuna, Álvaro Altuna, Alberto Álvarez, Ricardo Arana, Carolina Aristizabal, Pablo Arrillaga, José Arruti, Asun Artaza, Alberto Aseguinolaza, Patxi Azpiri, Luis Azqueta, José Ramón Barrena, Natalia Calparsoro, Eva Campo, Jorge Cancio, Txema Castro, Beatriz Ciprián, Chema Cortés, Javier De Miguel, Xabier Erentxun, Eduardo F. Lagunilla, Roberto Garagorri, Mikel Garcés, Laura García, Iñigo Garciarena, Iñaki G. De San Pedro, Iñaki Gorostidi, Natxo Ibarreta, Patxi Irazustabarrena, Ángel Laca, Lorenzo López, Natalia López-Roldán, Ignacio Martínez Andueza, Joaquín Martínez Fonseca, Patxi Martínez Ibarreta, Amaya Martínez Zalla, Eva Muñoz, Iñaki Oruezabal, Juan Otegui, Álvaro Ordinas, Javier Pascual, Óscar P. Mallaina, Carlos Pintor, Iñaki Rica, Elena Sancho, Fernando Santos, Ignacio Serrats, Iñaki Soroa, Jorge Stampa, Elisa Uralde, Fernando Uriarte, Jesús Velasco. Teresa Arteche, Marivi Baena, Coro Ruiz y Elena Querejeta hicieron el esfuerzo de llegar puntuales a la cita desde Madrid.
Algunos no pudieron acudir por coincidencia de fechas, por encontrarse en el extranjero. El caso más exótico fue el del amigo Mikel Audicana que se encuentra trabajando en los Emiratos Árabes, donde va a residir los próximos años junto a su mujer y sus hijas.
El día del encuentro se fueron reuniendo en la entrada del colegio, intentando identificar poco a poco a aquellos señores con poco pelo o con muchas canas que se iban saludando, y que la última vez que se vieron presentaban un aspecto juvenil. Obligado es reconocer que los cambios experimentados por las chicas han sido, en todos los casos, a mejor.
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Superado este primer momento de emoción y desconcierto, recuperaron rápidamente la confianza de los viejos tiempos y de valor volvieron a penetrar en los dominios de los Marianistas: Escucharon misa en la capilla del colegio, oficiada por el padre Jesús Orbegozo, que sustituyó a última hora al entrañable padre Fermín Gastaminza. Después se adrentaron por patios y pasillos, por los que, durante tantos años, corretearon juntos.
Se despidieron, una vez más, del colegio y se dirigieron al hotel de Londres. No fue fácil conseguir un sitio tan espectacular como éste en esas fechas de bodas y banquetes, pero con tiempo suficiente y el buen hacer de su responsable de convenciones, Angélica Orallo, pudieron disfrutar de un espectacular salón con vistas a la bahía.
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El cocktail de bienvenida y la posterior comida transcurrieron en un ambiente inmejorable, recordando viejas batallitas.
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