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ANA URROZ
Martes, 7 de octubre 2008, 19:10
DV. Las estrellas fueron puntuales. A las nueve, exactas, de la noche de cocineros guipuzcoanos estrellas de la Guía Michelin se hallaban a la puerta de la sociedad Gaztelubide y brillaban ante los flashes de los fotógrafos. Del grupo de los de los fogones estuvieron presentes nueve en el homenaje que se tributó a los veteranos Juan Mari Arzak y Luis Irizar, junto a los de las posteriores generaciones, Martín Berasategui, Andoni Luis Aduriz, José María Arbelaitz, y a los más nuevos, Gorka Txapartegi, Isaac Salaberria, Daniel López y Mikel Gallo. Dos ausencias, las de Pedro Subijana e Hilario Arbelaitz ya que el primero estaba fuera de la ciudad y para el líder de Zuberoa era día de trabajo.
A los sones del tradicional «tenemos hambre, hambre. Tenemos hambre» se abrió la cena en la sociedad popular donostiarra y los galardonados ocuparon la mesa presidencial, la del fondo, rodeando al presidente de la entidad José Antonio Salas, que encabezaba el acto sentado bajo el busto del fundador, Sotero Irazusta.
Buenos platos y música fueron el componente del acto al que se sumaron un total de 110 asistentes entre socios e interesados. Por una vez fueron los chefs los que permanecieron alejados de los fogones y solo se dedicaron a degustar el menú que prepararon Juan Bustillo y su hijo Alex, compuesto por la clásica entrada de chorizo y morcilla con puré de patatas, crepa de pescado y marisco y lomos de merluza con kokotxas al txakoli. El postre, arroz con leche, fue realizado por las religiosas clarisas del convento de San Teresa, vecino a la sociedad.
Para regar los platos, grandes botellas, de Imperial cosecha del 2001obsequio de Cune.
Juan Mari Abad, el vicepresidente de la sociedad y tambor mayor de la tamborrada donostiarra, comentaba con humor que la cena iba a ser de «las más cómodas» ya que no había agobio de comensales como en Semana Grande.
Tambor txuri urdin
A los postres tuvo lugar la entrega del recuerdo del homenaje que consistió en pequeño tambor txuri urdin, realizado en blanco metal plateado y cristal azul. Jose Antonio Salas recordó la trayectoria profesional de los cocineros abriendo el turno con Irizar, maestro de la mayoría de ellos y recordando que fue él el primero en obtener una de las prestigiosas estrellas de la guía gastronómica francesa. Posteriormente, fue dedicando elogios a cada uno de los chefs deteniéndose especialmente en Juan Mari Arzak, que hoy recibe el premio de Vasco Universal.
El imprescindible Orfeón de la Castaña tomó el protagonismo musical durante la velada y anoche tuvo a casi toda su nómina al completo, contando con las voces de José María Fernández, Fernando Antón, Darío Maya, Juan María Salas, José Mari Altuna, Valentin Aldalur, Evangelista Fernández y Alberto Urrestarazu, entre otros. Las clásicas partituras del , sonaron y resonaron para solaz de los asistenteEl director del Orfeón Donostiarra, José Antonio Sainz de Alfaro, se sumó a las voces del coro y junto con ellas completó la interpretación de las canciones que eran seguidas y coreadas por la audiencia. Más tarde, a lo largo de las horas, los solistas fueron interpretando obras del repertorio popular de Gaztelubide.
La velada fue larga ya que se prolongó hasta las primeras horas de esta madrugada entre música y copas.
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