Las religiosas de la Guardería de Trintxerpe conmemoraron sus 50 años

DV. Compañeras venidas desde otras ciudades, antiguos alumnos y familias enteras se sumaron a la celebración del cincuentenario de la llegada de las religiosas de la Guardería infantil de Trintxerpe. El aniversario tomó forma de misa, la oficiada por el obispo Juan María Uriarte, y de un pequeño lunch ofrecido a su término. El encuentro se convirtió en la ocasión idónea para rememorar medio siglo de historia escrita en este municipio.

Dos fueron las razones que llevaron a las monjas, pertenecientes a la congregación religiosa Obra Misionera de Jesús y María a instalarse en Pasaia en 1958. Por un lado, su deber de extenderse a rincones donde existen necesidades económicas, sociales y religiosas; y por otro, el fallecimiento en Donostia de su fundadora, la Beata Mª Pilar Izquierdo.

Tras instalarse en un piso de la antigua General Mola y, posteriormente, en el sótano de la Villa Gure Cabiya, comenzaron a ayudar al párroco Serafín Esnaola y a realizar visitas a domicilio a pobres y enfermos. «Se les ayudaba con medicinas, alimentos o dinero, aunque no tanto como hubieran necesitado o nosotras hubiéramos querido», señala la Madre Rosa.

A principios de los 60, «viendo que era primordial recoger a los niños mientras sus madres iban a trabajar», iniciaron la construcción de una guardería que en la actualidad es atendida por 15 religiosas, con la ayuda de cuatro educadoras seglares, y que cuenta con cerca de 130 niños. En otro tiempo, ésta compartió instalaciones con un consultorio médico infantil, una clínica infantil para 20 niños, un dispensario y tres aulas para párvulos.

Hoy en día, su labor se centra en la guardería y en el trabajo que las religiosas desarrollan «silenciosamente», siguiendo el lema de la congregación: «El bien no hace ruido ni el ruido hace bien».

«Estamos muy contentas del cariño y bondad con que nos trata el Ayuntamiento, los párrocos y todas las personas de este barrio», aseguran.