La fiebre amarilla en Donibane

En la revista Oarso de 1987, facilitada por el recordado Joxan Arbelaiz, Felipe Maya, primer presidente de Antxotarrok Historia Mintegia, publicó un artículo que comienza analizando la situación política en Europa en dicho año. Por una parte estaban los países que componían la Santa Alianza y por otro, los constitucionalistas que gobernaban en España. En abril se inicia por el Bidasoa la invasión de los Cien Mil Hijos de San Luis, aunque en Donostia no sufrieron un asedio tan duro como el de 1813, además, de que de los 6.000 vecinos sólo estaban 200 en su interior.

Con Donostia sitiada y la provincia tomada por los franceses, San Juan tenía alrededor de 800 habitantes, en 125 casas, mientras que las cifras de San Pedro eran de 500 y 85. En el verano de 1823, según Iturrioz, 3.800 personas habían huido del bloqueo de San Sebastián y estaban refugiadas en Pasajes. Hasta el verano, y a pesar de la aglomeración de gente, no había problemas sanitarios hasta que llegó el bergantín Donostiarra que había salido de La Habana. Antes de llegar a La Coruña ya había tenido una víctima por fiebre amarilla y llegó a Pasajes el 3 de agosto. El 17 de agosto murió el guarda Manuel Ali y el día 19 comenzaron una reparación en el Donostiarra y abrieron uno de los costados, por lo que los primeros fallecidos fueron 7 carpinteros de ribera y 2 vecinas, de cerca de La Piedad.